Cólicos
Dr. Ramón Tormo Carnicé - Aparato digestivo
Creado el: 03-11-2015
Editado el: 17-04-2024
Editado por: Patricia Pujante Crespo
¿Qué es un cólico?
Un cólico es un tipo de dolor abdominal que va variando de intensidad y puede ser muy agudo. Existen tres tipos de cólico:
- Cólico biliar: se produce por la distensión de la vesícula biliar, normalmente por un cálculo.
- Cólico nefrítico: es causado generalmente por un cálculo en el riñón o piedras en el riñón.
- Cólico del lactante: ocurre en algunos bebés durante los primeros meses.
¿Qué síntomas presenta?
Este dolor también puede ir acompañado de náuseas, vómitos y diarrea. Además, puede producir irritabilidad, tensión y estrés.
Los gritos y el llanto son normales en los bebés, especialmente durante los tres primeros meses. Y el rango de lo que es un llanto normal es difícil de precisar. En general, el cólico se define como el llanto durante tres o más horas al día, tres o más días a la semana, durante tres o más semanas.
Las características del cólico pueden incluir lo siguiente:
- Llanto intenso que puede parecer más bien un grito.
- Llanto sin razón aparente.
- Alboroto extremo, incluso después de que el llanto haya disminuido.
- Tiempo predecible, con episodios que, a menudo, ocurren en la noche.
- Decoloración facial, como el enrojecimiento de la cara o la piel más pálida alrededor de la boca.
- Tensión corporal, como piernas estiradas o rígidas, brazos rígidos, puños apretados, espalda arqueada o abdomen tenso.
A veces se produce un alivio de los síntomas después de que el bebé expulse gases o tenga una evacuación intestinal. El gas es probablemente el resultado de la ingestión de aire durante el llanto prolongado.
¿Cuáles son las causas del cólico?
La causa de un cólico es, a veces, un aumento de los movimientos peristálticos de las vísceras huecas abdominales. En el cólico biliar, la causa principal es el exceso de colesterol, aunque también puede producirse por el estrechamiento de las vías por donde la bilis circula, por golpes en el hígado, dietas hipocalóricas o por ayunas de más de ocho horas. En el caso del nefrítico, la principal causa es la acumulación de sales en la orina producida por pus o por un coágulo de sangre. En cuanto al cólico del lactante, no se conoce la causa exacta.
¿Se puede prevenir?
Hay varios hábitos que se pueden establecer para evitar que se produzca un cólico. Para evitar el nefrítico y el biliar se recomienda beber mucho líquido, controlar la dieta y reducir el consumo de sal; para prevenir el del lactante, se aconseja poner el bebé en posición vertical después de comer y darle golpecitos suaves en la espalda para eliminar gases, evitar productos lácteos durante el embarazo y mantener el bebé sentado cuando se alimenta, entre otros.
¿En qué consiste el tratamiento?
Existen varios medicamentos para combatir los espasmos producidos por el cólico, que impiden el paso de los impulsos nerviosos en la región afectada.
Los objetivos principales son tranquilizar al niño tanto como sea posible con diferentes intervenciones y garantizar que los padres cuenten con el apoyo que necesitan para sobrellevar la situación.
Podemos dividir el tratamiento en diferentes cambios:
- Estrategias tranquilizantes, tales como:
- Utilizar un chupete.
- Llevar al bebé a dar un paseo en auto o en un cochecito.
- Caminar con el bebé en brazos o mecerlo.
- Envolver al bebé en una manta.
- Darle al bebé un baño tibio.
- Frotarle la panza al bebé o ponerlo boca abajo para frotarle la espalda.
- Reproducir una grabación de audio con latidos del corazón o sonidos suaves y tranquilizantes.
- Hacer ruido de fondo con una máquina de ruido blanco, una aspiradora o una secadora en una habitación cercana.
- Atenuar las luces y limitar otras estimulaciones visuales.
- Prácticas de alimentación, tales como:
- Dar el biberón a tu bebé en posición vertical.
- Hacerlo eructar frecuentemente durante y después de la alimentación.
- Utilizar un biberón curvo ayudará a la alimentación vertical.
- Usar un biberón de bolsa plegable puede reducir la entrada de aire.
- Cambios de prueba en la dieta, tales como:
- Cambio de la fórmula. Si alimentas a tu bebé con fórmula para lactantes, el médico puede sugerirte una prueba de una semana de una fórmula hidrolizada extensa.
- Dieta materna. Si estás amamantando, puedes probar una dieta sin alérgenos alimentarios comunes, como los lácteos, los huevos, los frutos secos y el trigo. También puedes intentar eliminar alimentos potencialmente irritantes, como el repollo, la cebolla o las bebidas con cafeína.
- Cuidado personal para padres, tales como:
- Descansa. Túrnate con tu cónyuge o pareja, o pídele a un amigo que se haga cargo por un tiempo. Aprovecha la oportunidad de salir de casa si es posible.
- Usa la cuna para los descansos cortos. Está bien dejar a tu bebé en la cuna por un tiempo durante un episodio de llanto si necesitas reponerte o calmar tus propios nervios.
- Expresa tus sentimientos. Es normal que los padres en esta situación se sientan desamparados, deprimidos, culpables o enojados. Comparte tus sentimientos con los miembros de tu familia, tus amigos y el médico de tu hijo.
- No te juzgues a ti mismo. No midas tu éxito como padre o madre en función de cuánto llora tu bebé. Los cólicos no son el resultado de una mala crianza, y el llanto inconsolable no es una señal de que tu bebé te rechaza.
- Cuida tu salud. Consume alimentos saludables. Hazte un tiempo para hacer ejercicio, como por ejemplo una caminata a paso ligero todos los días. Si puedes, duerme cuando el bebé duerma, incluso durante el día. Evita el alcohol y otras drogas.
- Recuerda que es algo temporario. Los episodios de cólicos suelen mejorar después de los 3 o 4 meses de vida.
- Ten un plan de rescate. Si es posible, organízate con un amigo o pariente para que intervengan cuando estés abrumado. Si es necesario, llama al médico, a un servicio de intervención en caso de crisis o a una línea de ayuda para la salud mental para buscar asistencia adicional.
- Posibles tratamientos futuros, tales como:
- Un tratamiento que se encuentra bajo investigación es el uso de bacterias buenas (probióticos) para crear un equilibrio bacteriano adecuado a fin de mejorar la salud digestiva general.
- Tratamiento con una bacteria llamada «Lactobacillus reuteri».