Tac de tórax
¿Qué es un TAC de Tórax?
Un TAC de tórax consiste en una prueba diagnóstica que se utiliza para efectuar el diagnóstico de alguna enfermedad del tórax, normalmente para enfermedades de los pulmones.
El TAC consiste en una prueba totalmente indolora que utiliza rayos X para conseguir imágenes de los pulmones, el corazón, los vasos sanguíneos, las vías respiratorias...
La máquina, de gran tamaño y en forma circular, consigue tomar imágenes de cortes transversales de los órganos y estructuras internas desde distintos ángulos. Posteriormente, estas imágenes se envían a un ordenador que las procesa y las habilita para su visión.
¿En qué consiste el TAC de Tórax?
El TAC es una máquina circular en cuyo interior se ubica una camilla en la que el paciente se tumba para ser examinado. Una vez que el paciente se encuentra en la camilla, comienza la prueba. El paciente escuchará la máquina funcionar, pero se trata de una prueba totalmente indolora que no conlleva ningún riesgo.
La duración aproximada de la prueba es de entre un cuarto y media hora, en función de la parte del cuerpo que se pretenda examinar.
En algunos casos, es posible que antes de empezar la prueba se inyecte por vía venosa un contraste, que permitirá diferenciar mejor las partes del cuerpo analizadas.
¿Por qué se realiza el Tac de Tórax?
Normalmente, un especialista pautará la realización de un Tac de tórax en pacientes que, tras haber realizado una radiografía, presentan algún tipo de anomalía que se debe estudiar mejor.
El Tac de tórax se indica en personas que padecen una tumoración del mediastino o una tumoración pulmonar, así como también para estudiar la extensión de otro tipo de tumores. Además, debe mencionarse que esta prueba puede enseñar también el resultado de otras enfermedades pulmonares, como un enfisema, una neumonía...
A su vez, estas son las principales indicaciones para realizar un Tac de tórax:
- Evaluar anomalías presentes en radiografías convencionales.
- Existe sospecha clínica de que existe una patología torácica oculta.
- Estadiar y seguir la evolución de un tumor maligno primario y secundario de pulmón.
- Evaluar manifestaciones torácicas de una enfermedad conocida fuera del tórax.
- Evaluación de anomalías congénitas o si se sospecha de su presencia.
- Evaluación y seguimiento de enfermedades de las vías respiratorias.
- Evaluación de un traumatismo.
- Sospecha de que existe un trombo pulmonar.
Preparación para el TAC de tórax
A la hora de llevar a cabo la prueba, es posible que le pidan que evite comer y beber durante las horas previas a la prueba, para acudir a la misma con el estómago vacío. Este ayuno será obligatorio en el caso de que sea necesaria la inyección del contraste.
Se recomienda también que el paciente beba abundantes líquidos tanto antes como después de realizar la prueba. La duración de la prueba no debería llevar más de media hora.
Por último, el paciente deberá acudir al lugar de la prueba con ropa cómoda, que sea fácil de quitar poner. Además, deberá mantener una higiene básica adecuada.
¿Qué se siente durante el TAC de tórax?
Se trata de una prueba totalmente indolora. Es normal que la persona pueda sentirse un tanto agobiada por el sonido que realiza el TAC, o incluso que puedan notar un leve aumento de temperatura, aunque nada que deba preocupar al paciente.
En el caso de que sea necesario utilizar medios de contraste yodado no iónico, es posible que se den reacciones alérgicas al mismo, aunque las posibilidades de que esto ocurra son muy bajas. Pueden darse las siguientes reacciones:
- Leves: son las más habituales, e incluyen síntomas como el calor generalizado, un enrojecimiento de la cara y posibles náuseas.
- Moderadas: aparecen como prurito, rinitis, conjuntivitis, urticaria limitada...
- Graves: se dan en cuatro de cada diez mil casos. Se trata de urticaria generalizada, edema de laringe, dolor de tórax, edema pulmonar, arritmia, convulsiones.