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El implante dental es un dispositivo similar a un tornillo que está recubierto por una superficie de titanio. El uso del titanio para esta técnica se debe a que éste es un metal compatible con el hueso, que al entrar en contacto con él crea un mecanismo de osteointegración permitiendo la inserción del tornillo en el hueso. Unos meses después, el hueso “abraza” el tornillo de titanio y lo fija para toda la vida como si de la raíz dental natural del paciente se tratara. El Dr. Manel Gorina, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial, establece que el implante dental está diseñado para sustituir la falta de uno o de varios dientes. Cuando un paciente acude para rehabilitarse el espacio dental, los expertos en Cirugía Oral y Maxilofacial colocan un implante en esta zona sin dañar los dientes adyacentes.
Antes de realizar una cirugía de implantes dentales, es preciso realizar una historia clínica del paciente para conocer sus antecedentes de riesgo, enfermedades, operaciones anteriores y medicación que ingiere, ya que en función de la medicación que tome, como antiagregantes o anticoagulantes, habría que retirarlas en los días previos. También, se administra antibiótico una hora antes de la intervención para asegurar que no haya bacteriemias en sangre. El post-operatorio de un implante dental es muy llevadero, similar o incluso menor que el de extracción de un diente, ya que al extraerlo se daña y se deja abierta la zona quirúrgica. Sin embargo, con un implante dental, se sella la zona intervenida y la inflamación es mínima. El paciente deberá colocarse hielo y frío durante las 24 horas tras la cirugía, y tomar antibióticos durante la semana después. El Dr. Gorina, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial, establece que el paciente, tras la intervención, puede incorporarse a su rutina al día siguiente sin problemas.
El Dr. Gorina, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial, confirma que los cuidados que el paciente debe seguir tras un implante dental son similares a los que tiene con sus dientes naturales. Lo más importante es el mantenimiento de una buena higiene oral, cepillando los dientes tras cada comida, ya que la comida también puede introducirse entre los dientes y causar inflamación. También, deberá acudir al odontólogo mínimo una vez al año para que revise la prótesis: que esté bien adaptada y no se mueva con el fin de evitarinflamaciones de la encía, perimplantitis, etc… En definitiva, los mantenimientos básicos de un implante son parecidos al de una dentadura original.
Si se quieren comparar las diferentes opciones para rehabilitar la falta o pérdida de dientes, además de los implantes dentales, existen otras opciones. Por un lado, están los puentes fijos. Esta técnica tiene el inconveniente de que hay que dañar los dientes adyacentes a la zona que se quiere rehabilitar: hay que pulir la corona del diente, darle una forma concreta, colocar la prótesis y que se adapte para ganar un diente. Por otro lado, están las prótesis removibles, que consisten en unos anclajes que se sujetan en los dientes sanos del paciente, aguantando las fuerzas de masticación y de tracción que puedan realizar los movimientos de la boca. También, llevan unas plataformas para repartir la fuerza de masticación, que no deja de incomodar al paciente ya que al tener estas plataformas de resina que cubren de forma parcial o total el paladar, quitan el sabor a los alimentos, rozan la encía, y desgastan el hueso subyacente. El Dr. Gorina, especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial, establece que la solución con implantes en la que sólo se rehabilita la zona en la que hay falta de dientes, es actualmente la mejor que los especialistas pueden ofrecer al paciente.