Cómo controlar los pensamientos que no te dejan en paz
Written by:¿Alguna vez has sentido que tus pensamientos simplemente no paran? ¿Qué están en constante movimiento, saltando de un tema a otro sin dejar espacio para la calma?
Si es así, no estás solo. Muchas personas experimentan este flujo constante de pensamientos, y puede ser abrumador.
Los pensamientos no te definen
Primero, es importante comprender que tus pensamientos no te definen como persona. A menudo, nos identificamos demasiado con lo que pensamos, diciendo cosas como "soy muy reflexivo" o "soy mi peor enemigo porque no puedo dejar de pensar". Sin embargo, tus pensamientos son solo una parte de ti, y no representan tu ser completo.
La mente sensitiva, sintiente e intuitiva emerge cuando los pensamientos se aquietan. Es en este espacio de tranquilidad donde podemos encontrar herramientas para modular la intensidad de nuestros pensamientos y las emociones que generan.
¿Cómo podemos soltar los pensamientos excesivos?
Aquí tienes una pequeña guía que puede ayudarte a liberarte de la tiranía de tus pensamientos:
- Dejar que los pensamientos fluyan: Imagina tus pensamientos como nubes que flotan en el cielo. Obsérvalos, acéptalos y déjalos ir. No te enganches en ellos. Permíteles marcharse.
- Escucha tu cuerpo: Presta atención a las sensaciones en tu cuerpo. ¿Sientes molestias, dolor, tensión o cualquier otra sensación física? Acéptalas y respira sin juzgarlas. Simplemente reconoce que están ahí.
- Concentración en la respiración: Centra tu atención en tu respiración. Permítete sentirte vivo/a en este momento y acepta que lo que experimentas no es ni bueno ni malo, simplemente es.
- Movimiento corporal: El movimiento puede ser una excelente herramienta. Intenta pararte en una pata y mantén el equilibrio el mayor tiempo posible. Estira, bosteza, salta o canta. Deja que tu cuerpo se exprese y te conecte con tu sentir, no con tus pensamientos.
- Cambia de actividad o escenario: Si los pensamientos simplemente no te dan tregua, cambia de actividad o de lugar. Encuentra algo que sea incompatible con tus pensamientos. Escuchar música, bailar, correr, hablar con alguien de temas triviales, jugar con niños o realizar una manualidad son opciones válidas.
Recuerda que, en última instancia, el ser humano está orientado hacia el placer. Si logras apaciguar el ruido de tus pensamientos y dar espacio a tu cuerpo y emociones, tu mente intuitiva y placentera buscará naturalmente el camino hacia el bienestar.
Si te sientes identificado con esta experiencia no dudes en consultar con un especialista en Psicología para resolver todas tus dudas.