¿Qué es la hipófisis?
Written in association with:La hipófisis es una pequeña glándula que "cuelga" de la cara inferior del cerebro, en íntima relación con el hipotálamo y que es responsable de la secreción de gran parte de las hormonas que el organismo produce (tiroideas, estrógenos, prolactina, cortisol etc.).
¿Qué patologías puede sufrir?
Los tumores de hipófisis son benignos (adenomas), con buen pronóstico por tanto y se producen por el crecimiento desordenado de algunas células. Se clasifican según el tipo de hormonas que secreten en: adenomas productores (que pueden ser de Hormona del Crecimiento -GH- , Cortisol -ACTH-, Prolactina etc...) y adenomas no productores (que al no producir hormonas se diagnostican siempre más tarde, por lo que suelen ser de mayor tamaño).
¿Cuáles son los síntomas que presentan los tumores de hipófisis?
Los síntomas dependerán del tipo de hormona cuya secreción favorezcan:
Así los productores de Hormona del Crecimiento hacen que el paciente experimente unos cambios físicos caracterizados por el crecimiento de manos y pies, lo que lleva al paciente a cambiar de número de zapatos o a no poder llevar anillo y otros cambios corporales que denominamos Acromegalia.
Los que producen aumento de cortisol (una de las principales hormonas "de alarma" del organismo) hacen que al paciente le aparezcan estrías en abdomen o cambie la distribución de grasa corporal, así como hipertensión e hiperglucemia entre otras manifestaciones. A todo ello le llamamos Enfermedad de Cushing, en honor al primer neurocirujano que las describió.
Los no productores al alcanzar mayor tamaño suelen producir por su parte dolor de cabeza o afectación visual al contactar el quiasma óptico que está cerca.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se basa en la sospecha clínica por parte del médico que se confirma con análisis de sangre y finalmente con resonacia magnética.
¿En qué consiste el tratamiento?
El tratamiento puede ser médico en algunos casos (como los prolactinomas) pero en la mayoría de las ocasiones requieren cirugía.
La buena noticia es que es una cirugía relativamente sencilla, que no requiere incisión visible, ya que se realiza a través del orificio nasal (con microscopio o endoscopio) por lo que es una de las primeras cirugías mínimamente invasivas que se describieron (a comienzos del siglo XX).
El paciente puede estar levantándose la misma tarde de la cirugía con un taponamiento nasal que solemos dejar durante 24h y suele irse a casa a partir de las 48h. Se realiza control analítico y de imagen para confirmar curación.
En algunos casos raros, en que no se puede realizar resección total y/o se confirme durante el seguimiento recrecimiento pueden necesitar tratamiento complementario con radiocirugía y/o tratamiento médico. Esto es una situación que deberán consensuar con su endocrinólogo y neurocirujano.