Glándula maestra: todo lo que debes saber sobre la hipófisis
La hipófisis o glándula pituitaria es una pequeña glándula ubicada en la base del cráneo, específicamente en una región conocida como la silla turca. Se encuentra estrechamente vinculada al cerebro y su principal función es regular la actividad de otras glándulas en el cuerpo, como la tiroides, las glándulas suprarrenales y las gónadas, para asegurar la producción adecuada de hormonas.
Actuando como un tipo de "glándula maestra", desempeña un papel crucial en la regulación del funcionamiento de diversos órganos del cuerpo. Cuando su función se ve comprometida, se manifiestan consecuencias que afectan múltiples funciones del organismo, dando lugar a una extensa variedad de síntomas.
Tumor de hipófisis
Los tumores que se desarrollan en la glándula hipófisis, también conocida como pituitaria, suelen ser benignos y constituyen aproximadamente el 10% de los tumores intracraneales. Estos tumores son más comunes en la tercera y cuarta década de la vida, afectando por igual a ambos sexos.
Entre los tumores hipofisarios más prevalentes se encuentran los Adenomas Hipofisarios, que son tumores benignos originados en la adenohipófisis. Dependiendo de su tamaño, se clasifican como Macroadenomas hipofisarios cuando superan 1 cm de diámetro, o Microadenomas hipofisarios si son más pequeños, con menos de 1 cm de diámetro.
Los adenomas no productores o adenomas no funcionantes
Constituyen aproximadamente el 35% de los tumores que afectan a la glándula hipófisis. La denominación "no productores" o "no funcionantes" implica que estos tumores no liberan ninguna de las hormonas que se producen en la glándula. Por lo general, al momento del diagnóstico, suelen ser macroadenomas, es decir, tumores de gran tamaño que se identifican debido a la presión que ejercen sobre las estructuras anatómicas circundantes.
El abordaje terapéutico inicial para los macroadenomas de la hipófisis es predominantemente quirúrgico, ya que las opciones de tratamiento médico no suelen ser efectivas, y la radioterapia se reserva para casos particulares. No obstante, lo más crucial es la evaluación especializada llevada a cabo por un equipo de Neurocirugía especializado en el tratamiento de este tipo de tumores, que determinará cuándo la cirugía inicial es recomendable frente a la opción de realizar un seguimiento periódico (clínico, oftalmológico, hormonal y radiológico).
Los adenomas productores o adenomas funcionantes
Conjuntamente, constituyen la mayoría de los adenomas que afectan a la hipófisis. Se clasifican en distintos tipos según la hormona que producen:
- Prolactinoma o Adenoma secretor de prolactina (PRL): Este es el adenoma funcional más frecuente. Estos tumores generan prolactina, provocando un exceso de esta hormona en el cuerpo, conocido como hiperprolactinemia.
- Acromegalia o Adenoma productor de hormona de crecimiento (GH): La acromegalia es un síndrome derivado del exceso de hormona de crecimiento en adultos. Este exceso suele ser causado por la presencia de un adenoma que produce hormona de crecimiento en la hipófisis.
- Enfermedad de Cushing o Adenoma secretor de corticotropina (ACTH): El síndrome de Cushing se manifiesta con la exposición prolongada a un exceso de cortisol, que puede tener diversas causas. Entre ellas, se encuentra la Enfermedad de Cushing, que surge cuando el exceso de cortisol se debe a la presencia de un adenoma en la hipófisis que secreta ACTH.
- Adenomas tirotrofos o Adenoma productor de tirotropina (TSH): Estos adenomas son poco frecuentes (representan el 0.5-1% de los tumores hipofisarios) y generan un cuadro de hipertiroidismo central, caracterizado por el aumento de la hormona tiroidea debido a la hipersecreción de tirotropina desde la hipófisis.
Ante cualquier duda es esencial consultar con un especialista en Neurocirugía con experiencia en el tratamiento de este tipo de tumores.