La autoestima: cómo entenderla, reconocerla y mejorarla con apoyo profesional

Written by: Dr. Damián Álvarez Durán
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Edited by: Marga Marquès Gener

La autoestima es un concepto multifacético que describe cómo una persona se valora a sí misma desde diferentes miradas: psicológica, social y educativa. Desde la Psicología, se entiende como la opinión personal sobre el valor de nosotros mismos, agrupando las creencias sobre uno mismo y la actitud emocional hacia estas percepciones. Desde la perspectiva del desarrollo personal, la autoestima se relaciona con la percepción de competencia frente a los desafíos de la vida y la sensación de merecer la felicidad.

 

Sociológicamente, la autoestima refleja la interacción entre la persona y su entorno social, ella se forma a partir de las relaciones y el feedback recibido de otras personas en la interacción, así como de la comparación con estándares sociales. En el contexto educativo, puede influir en el rendimiento académico, afectando la motivación y la actitud hacia el aprendizaje de los estudiantes, basada en cómo perciben sus propias habilidades y valor.

 

En términos de salud mental, una autoestima saludable está asociada con una mejor calidad de vida y menores niveles de ansiedad y depresión, mientras que una autoestima baja puede ser un precursor de diversos trastornos psicológicos.

 

De forma sintética podemos decir que la autoestima es la valoración general que una persona tiene de sí misma. Es la suma de pensamientos, sentimientos y percepciones que construimos acerca de nuestra propia valía, habilidades y capacidades. Esta autovaloración se forma y evoluciona a lo largo de nuestra vida, comenzando en la infancia y continuando hasta la adultez. La autoestima no solo afecta cómo nos vemos a nosotros mismos, sino también cómo interactuamos con el mundo y enfrentamos los desafíos de la vida. Comprender y fortalecer nuestra autoestima es esencial para vivir una vida plena y satisfactoria.

 

La autoestima es un concepto multifacético que describe cómo
una persona se valora a sí misma desde diferentes miradas

 

¿Cuáles son los componentes esenciales de la autoestima?

La autoestima es una construcción multifacética de nuestra percepción personal que influye profundamente en cómo interactuamos con el mundo. Uno de sus componentes es el autoconcepto, que es cómo nos vemos a nosotros mismos, incluyendo nuestras habilidades, apariencia y rasgos de personalidad. Este elemento es esencial ya que forma la base de nuestra autoevaluación y se ajusta continuamente a medida que experimentamos y crecemos.

 

También tenemos la autoaceptación, que es crucial para una autoestima saludable. Se trata de aceptarnos completamente, reconociendo tanto nuestras fortalezas como nuestras debilidades sin hacer un juicio severo sobre nosotros mismos. Este componente nos ayuda a estar en paz con nosotros, facilitando una mejor salud mental y reduciendo los sentimientos de insuficiencia.

 

El autorespeto, por su parte, implica valorar nuestras propias necesidades y priorizar nuestro bienestar, tomando decisiones que reflejan nuestros valores personales. Actuar con respeto a nosotros mismos refuerza nuestra autoestima al confirmar nuestro propio valor a través de acciones que demuestran consideración y cuidado por nosotros mismos. Este proceso refuerza notablemente el amor propio.

 

La resiliencia también juega un papel fundamental. Esta es la capacidad de recuperarse de los contratiempos de la vida con una actitud positiva, manteniendo una imagen positiva de uno mismo a pesar de las dificultades. Desarrollar resiliencia nos permite enfrentar desafíos sin derrumbar nuestra autoestima, recordándonos que el fracaso y los errores son parte del proceso de aprendizaje y no reflejan nuestro valor total como personas.

 

Finalmente, la autonomía refleja nuestra capacidad de actuar de forma independiente, tomar decisiones propias y autogestionar nuestra propia vida. Al fomentar la autonomía, reforzamos nuestra autoestima al sentirnos capaces y competentes con nuestras acciones, elementos que son cruciales para sentirnos seguros y valorados.

 

Aspectos que pueden influir en nuestra autoestima

La autoestima no se forma en el vacío; está influenciada por múltiples factores a lo largo de nuestra vida y comprender estos factores puede ayudarnos a identificar cómo podemos trabajar en mejorarla. Algunos de esos factores que influyen en cómo nos valoramos a nosotros mismos son:

  • Las experiencias de la infancia juegan un papel crucial en la formación de la autoestima. El tipo de vínculo que tenemos con nuestros padres o cuidadores, el apoyo emocional que recibimos, y los mensajes que recibimos de ellos, pueden establecer la base de cómo nos veremos a lo largo de nuestras vidas. Por ejemplo, un niño que recibe elogios constantes y apoyo puede desarrollar una autoestima más alta que uno que es criticado o ignorado.
  • Las relaciones sociales, es decir, las relaciones con nuestros amigos, compañeros y maestros también moldean nuestra autoestima. Si somos aceptados y valorados en nuestro grupo social, es probable que nos sintamos más seguros de nosotros mismos. En contraste, aquellas personas que han experimentado la exclusión o el acoso pueden ver resentida su autoestima.
  • Cómo manejamos los logros y fracasos que hemos tenido a lo largo de la vida también puede afectar nuestra autoestima. Celebrar los logros, ya sean académicos, profesionales o personales, puede reforzar una imagen positiva de uno mismo. Sin embargo, centrarse excesivamente en los fracasos o compararse negativamente con los demás puede conducir a una percepción negativa de nuestro valor personal.
  • Los medios de comunicación y la cultura en que vivimos. Nuestra sociedad está saturada de mensajes sobre lo que significa tener éxito, ser aceptable y tener valor. Estos estándares, que muchas veces son idealizados y poco realistas, pueden afectar cómo nos vemos a nosotros mismos. La presión por cumplir con ciertos ideales de belleza y de éxito pueden hacer que sea difícil mantener una autoestima saludable si nos sentimos constantemente en comparación o si hacemos un uso excesivo de las redes sociales.
  • Por último, aunque no menos importante, la autopercepción y la autocrítica. La forma en que hablamos de nosotros mismos en nuestra mente o con quienes nos relacionamos tiene un impacto significativo en nuestra autoestima. Si tendemos a ser autocríticos y nos enfocamos en nuestras debilidades en lugar de nuestras fortalezas, puede ser más difícil sentirnos valiosos y competentes.

 

¿De qué manera podemos distinguir en la vida diaria una autoestima alta y una baja?

Las personas con autoestima baja a menudo se ven plagadas de sentimientos persistentes de tristeza y devaluación personal. Esto se puede observar en pensamientos recurrentes como "No soy lo suficientemente bueno/a para nadie", que pueden surgir incluso en situaciones donde deberían sentirse seguros, como en la interacción con amigos cercanos o durante actividades en las que antes se sentían competentes. Además, es común que estos individuos duden de su valía tras compararse negativamente con otros en redes sociales, pensando, por ejemplo, "Nunca seré tan exitoso/a como ellos" o “Nunca me veré tan bien como ellas/os”.

 

Esta baja autoestima también se evidencia en la dificultad para aceptar elogios y una marcada tendencia a enfocarse en las críticas. Un ejemplo claro es una persona que, tras una presentación exitosa en el trabajo, ignora las felicitaciones de sus colegas y se obsesiona con un único comentario destructivo, interpretándolo como una falla personal severa. Este tipo de rumiación puede llevar a episodios de ansiedad y evitación de futuras exposiciones públicas.

 

El miedo al fracaso es otro signo revelador, manifestándose en la evitación de desafíos. Por ejemplo, alguien podría renunciar a una promoción debido al temor de no estar a la altura de las expectativas, pensando "¿Y si no puedo manejar las exigencias?" Esta aversión a los retos impide el crecimiento personal y profesional, perpetuando un ciclo de dudas propias y resignación.

 

La sensibilidad excesiva a las opiniones de los demás también es común, donde comentarios inofensivos pueden ser interpretados como críticas veladas. Por ejemplo, un cumplido sobre su ropa podría ser malinterpretado como un comentario sarcástico sobre su sentido de la moda, llevando a una preocupación exagerada y a replantearse sobre su elección de vestimenta.

 

Las dificultades en establecer y mantener relaciones personales saludables se manifiestan en un retiro social. La persona podría pensar, "Mejor no voy a la fiesta, seguro que nadie notará si no estoy", lo que conduce a un aislamiento aún mayor y profundiza la percepción de inadecuación y soledad. Las personas con autoestima alta se caracterizan por una confianza sólida en sus habilidades y en su valor personal, lo que se refleja en una imagen positiva de sí mismos y una buena capacidad para enfrentar desafíos. Por ejemplo, pueden pensar: "Tengo las habilidades necesarias para hacer bien este trabajo", incluso frente a tareas complicadas, o podrían decir: "Estoy emocionado por esta oportunidad" al asumir un nuevo proyecto que puede ser desafiante. Además, estas personas son capaces de aceptar elogios y manejar las críticas de manera constructiva, diferenciando los comentarios útiles de las críticas destructivas. Tras recibir una evaluación negativa, por ejemplo, podrían reflexionar sobre cómo mejorar sin sentirse desvalorizados, y comentar, "Eso es algo en lo que puedo trabajar", en lugar de desmoronarse por la crítica.

 

Otra característica distintiva es su voluntad para enfrentar desafíos y ver los fracasos como oportunidades de aprendizaje, abordando nuevos proyectos con la mentalidad de que son oportunidades para crecer, en lugar de temer al error. Por ejemplo, pueden enfrentar un fracaso en un proyecto profesional o personal con la actitud de "¿Qué puedo aprender de esto?" en lugar de sentirse derrotados. Además, muestran una notable independencia en pensamiento y acciones, tomando decisiones sin necesidad de aprobación externa constante y formándose opiniones propias basadas en sus criterios personales. Esto podría verse cuando eligen una carrera o un camino de vida que es inusual pero que se alinea con sus valores personales.

 

Finalmente, las personas con alta autoestima son capaces de establecer y mantener relaciones personales sólidas y saludables. Construyen lazos basados en el respeto mutuo y la igualdad, participando activamente en sus comunidades o círculos sociales y ofreciendo apoyo a sus amigos, así como aceptando ayuda cuando es necesario.

 

¿Y si quisiéramos mejorar nuestra autoestima?

Mejorar la autoestima es un proceso que requiere tiempo, dedicación y un esfuerzo consciente. Para aquellos que buscan fortalecer su autovaloración, existen estrategias efectivas que pueden guiarlos en este viaje hacia una mentalidad más positiva y saludable.

 

En primer lugar, la terapia psicológica. Los psicólogos y terapeutas están capacitados para proporcionar herramientas y estrategias personalizadas que ayudan a las personas a reconstruir y fortalecer su percepción de sí mismas. En un entorno de apoyo y seguridad, las personas pueden explorar y resolver sus inseguridades de manera constructiva.

 

La autoaceptación también juega un papel fundamental en este proceso. Practicar la aceptación de uno mismo, que implica reconocer y aceptar tanto las fortalezas como las debilidades propias. Ejercicios como la reflexión diaria y la escritura pueden fomentar una visión más compasiva hacia uno mismo, permitiendo a las personas enfocarse en sus aspectos positivos y aceptar las áreas de mejora sin juzgarse de forma severa.

 

Además, establecer metas realistas es clave para impulsar la autoestima. Celebrar los pequeños logros en el camino hacia metas más grandes proporciona una evidencia tangible del valor personal de uno mismo. Esta práctica fortalece la autoconfianza y el sentido de logro personal, impulsando aún más la autoestima.

 

Por último, cultivar relaciones positivas es esencial para fortalecer la autoestima. Rodearse de un entorno social que brinde apoyo y aceptación puede tener un impacto profundamente positivo en la forma en que las personas se ven a sí mismas.

 

Concluyendo…

La mejora de la autoestima podemos representárnosla como la reconstrucción de una casa o un edificio que ha sido dañado y debilitada por el tiempo, las tormentas, el maltrato y el olvido. En este proceso de fortalecimiento de la autoestima, un especialista en salud mental viene a ser el arquitecto experto que evalúa los cimientos existentes, refuerza las estructuras y renueva los espacios para asegurar un hogar más seguro, acogedor y saludable. Al mismo tiempo proporciona herramientas y técnicas adaptadas para reparar las grietas en la autoimagen y fortalecer la resiliencia personal para que la persona se siente a gusto en su nueva casa, su nuevo hogar: consigo mismo/a. Al igual que un hogar bien construido proporciona seguridad y bienestar, una autoestima bien estructurada ofrece una base sólida desde la cual las personas pueden enfrentar los desafíos de la vida con confianza, seguridad y tranquilidad, sintiéndonos a gustos con nosotros mismos.

*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection

By Dr. Damián Álvarez Durán
Psychology

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