Autoestima: la importancia de su desarrollo desde la infancia
Written in association with:La autoestima es un componente fundamental en el desarrollo emocional y social de las personas, y su adquisición comienza desde la infancia. En este artículo, exploraremos cómo se forma la autoestima en los primeros años de vida y su impacto en la adultez, centrándonos en el enfoque de género, de la mano de Bárbara Zorrilla, especialista en Psicología.
Construyendo la autoestima desde una edad temprana
La autoestima se desarrolla a lo largo de la vida, pero sus cimientos se establecen en la infancia a través de la percepción que tenemos de nosotros mismos y de la imagen ideal que aspiramos ser. Este proceso se ve influenciado por las interacciones familiares, sociales y escolares, así como por la valoración que recibimos de quienes nos rodean.
Cuando un niño o niña posee una autoimagen positiva y una baja discrepancia entre esta imagen y su ideal, es probable que tenga una alta autoestima. Por el contrario, una gran discrepancia puede indicar una baja autoestima.
Importancia de la autoestima en el desarrollo
La autoestima no solo se refiere a cómo nos vemos a nosotros mismos, sino también a nuestra capacidad para aceptarnos, valorarnos y relacionarnos con los demás. En la infancia, una buena autoestima promueve el desarrollo emocional, social e intelectual del niño o niña, influenciando su manera de aprender, relacionarse y enfrentar desafíos.
Cuando un niño o niña posee una autoestima saludable, se siente competente, seguro y valioso. Esto le permite afrontar situaciones con confianza, comunicarse eficazmente y establecer relaciones saludables con su entorno.
La construcción de la autoestima también está influenciada por las expectativas de género impuestas por la sociedad. Tradicionalmente, a las mujeres se les ha enseñado a cumplir roles y expectativas que limitan su autoestima y autonomía. Se espera que se ajusten a un ideal de feminidad, lo que puede generar conflictos internos y afectar su percepción de sí mismas.
Por eso, como familiares y educadores es necesario que realicemos un autoanálisis para conseguir liberarnos de estos mandatos de género y así, evitar transmitirlos a los/as menores de manera implícita, sólo así les permitiremos alejarse de los modelos de masculinidad y feminidad hegemónica y que puedan desarrollarse de forma plena y libre.