Toxina Botulínica

¿Qué es la toxina botulínica?

La toxina botulínica es una neurotoxina que, pese a ser liberada por el botulismo (una enfermedad que surge de una bacteria que provoca parálisis muscular), es también un fármaco que se usa con fines médicos para tratar algunas enfermedades neurológicas y también en la Medicina Estética.

También tiene otras aplicaciones médicas como la corrección del exceso de sudoración o el tratamiento de tics y espasmos musculares.

 

¿Por qué se realiza?

Su uso más común es la inyección en cantidades minúsculas en puntos estratégicos de la cara para tratar y minimizar los surcos y arrugas de expresión.

También está indicado su uso para tratar la sudoración excesiva o hiperhidrosis.

 

La toxina botulínica deja la piel tersa y
tonificada, corrigiendo las arrugas

 

¿En qué consiste?

La toxina botulínica actúa disminuyendo la contracción de los músculos faciales temporalmente, dejando la piel tersa y tonificada, corrigiendo las arrugas y previniendo su progresión. Las inyecciones de toxina botulínica debilitan y paralizan determinados músculos, bloqueando algunos nervios.

Los efectos de la inyección no son inmediatos, se empiezan a revelar una vez transcurridos tres o cuatro días, dependiendo de cada paciente. Los resultados son altamente satisfactorios.

Además, según el paciente el efecto de la toxina botulínica puede durar entre cuatro y ocho meses, por lo que, para mantenerlo, se deberán realizar tratamientos de recordatorio.

 

Preparación para la toxina botulínica 

Las pacientes embarazadas o en período de lactancia no pueden someterse a un tratamiento de toxina botulínica.

Para que la toxina botulínica penetre correctamente en los tejidos, es importante llevar a cabo determinadas precauciones durante los días previos al tratamiento.

El paciente no puede tomar ningún medicamento ni suplemento nutricional que afecte a la coagulación, como la vitamina E o el ajo.

Tampoco es recomendable el uso de antiagregantes o la ingesta de alcohol.

 

Cuidados tras la intervención

Este tratamiento puede conllevar determinados efectos secundarios que incluyen:

  • Dolor en el lugar de la inyección
  • Dolor de cabeza
  • Síntomas similares a los de la gripe
  • Malestar estomacal

Además, las inyecciones en la cara pueden provocar una caída temporal de los párpados de la cara.

Algunos cuidados a tener en cuenta tanto antes como después del tratamiento son: 

  • Evitar exposición al sol.
  • Evitar ejercicio físico las 24 horas previas o posteriores al tratamiento.
  • Evitar presión en la zona tratada.
  • Aplicar cremas específicas según recomendación del médico estético especialista (anestesia pre y/o vitamina K pre y post).
  • Realizar tratamiento recuperador en cabina para aposentar el producto y prevenir aparición de hematomas.
23-11-2023
Top Doctors

Toxina Botulínica

Dra. Natalia Ribé - Medicina estética

Creado el: 13-11-2012

Editado el: 23-11-2023

Editado por: Marga Marquès

¿Qué es la toxina botulínica?

La toxina botulínica es una neurotoxina que, pese a ser liberada por el botulismo (una enfermedad que surge de una bacteria que provoca parálisis muscular), es también un fármaco que se usa con fines médicos para tratar algunas enfermedades neurológicas y también en la Medicina Estética.

También tiene otras aplicaciones médicas como la corrección del exceso de sudoración o el tratamiento de tics y espasmos musculares.

 

¿Por qué se realiza?

Su uso más común es la inyección en cantidades minúsculas en puntos estratégicos de la cara para tratar y minimizar los surcos y arrugas de expresión.

También está indicado su uso para tratar la sudoración excesiva o hiperhidrosis.

 

La toxina botulínica deja la piel tersa y
tonificada, corrigiendo las arrugas

 

¿En qué consiste?

La toxina botulínica actúa disminuyendo la contracción de los músculos faciales temporalmente, dejando la piel tersa y tonificada, corrigiendo las arrugas y previniendo su progresión. Las inyecciones de toxina botulínica debilitan y paralizan determinados músculos, bloqueando algunos nervios.

Los efectos de la inyección no son inmediatos, se empiezan a revelar una vez transcurridos tres o cuatro días, dependiendo de cada paciente. Los resultados son altamente satisfactorios.

Además, según el paciente el efecto de la toxina botulínica puede durar entre cuatro y ocho meses, por lo que, para mantenerlo, se deberán realizar tratamientos de recordatorio.

 

Preparación para la toxina botulínica 

Las pacientes embarazadas o en período de lactancia no pueden someterse a un tratamiento de toxina botulínica.

Para que la toxina botulínica penetre correctamente en los tejidos, es importante llevar a cabo determinadas precauciones durante los días previos al tratamiento.

El paciente no puede tomar ningún medicamento ni suplemento nutricional que afecte a la coagulación, como la vitamina E o el ajo.

Tampoco es recomendable el uso de antiagregantes o la ingesta de alcohol.

 

Cuidados tras la intervención

Este tratamiento puede conllevar determinados efectos secundarios que incluyen:

  • Dolor en el lugar de la inyección
  • Dolor de cabeza
  • Síntomas similares a los de la gripe
  • Malestar estomacal

Además, las inyecciones en la cara pueden provocar una caída temporal de los párpados de la cara.

Algunos cuidados a tener en cuenta tanto antes como después del tratamiento son: 

  • Evitar exposición al sol.
  • Evitar ejercicio físico las 24 horas previas o posteriores al tratamiento.
  • Evitar presión en la zona tratada.
  • Aplicar cremas específicas según recomendación del médico estético especialista (anestesia pre y/o vitamina K pre y post).
  • Realizar tratamiento recuperador en cabina para aposentar el producto y prevenir aparición de hematomas.
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