Impulsividad
Ana Recio Reguera - Psicología
Creado el: 09-09-2013
Editado el: 21-09-2023
Editado por: Yoel Domínguez
¿Qué es la impulsividad?
La impulsividad es un rasgo de la personalidad caracterizado por la reacción rápida, inesperada y desmedida ante cualquier situación. Se trata de una condición por la cual la persona no puede controlar los impulsos, las tentaciones o los deseos que siente y actúan sin tener en cuenta las consecuencias de sus actos.
En algunos casos, se puede manifestar como una condición aislada mientras que en otros puede ir acompañada de otras condiciones psicológicas más o menos relacionadas. Otra de las características de las personas impulsivas es que suelen ser propensas al consumo de alcohol, drogas o fármacos, aumentando su agresividad y presentando mayores problemas para adaptarse a diferentes situaciones.
Esta perturbación es extremadamente perjudicial tanto para las personas afectadas, como para sus familias y la comunidad.
Existen diferentes tipos de impulsividad:
- Deseo sexual compulsivo: el paciente siente un deseo sexual elevado en términos de pensamientos y comportamientos, lo que puede aumentar la exposición a infecciones de transmisión sexual, riesgos para su propia seguridad, bienestar emocional y estigma social.
- Adicción a Internet: es la forma más reciente de impulsividad, que se caracteriza por el uso excesivo de Internet, plataformas de redes sociales, juegos de azar o sitios pornográficos.
- Compras compulsivas: se caracteriza por una necesidad irresistible de comprar más allá de las capacidades económicas.
- Piromanía: es un impulso incontrolable por iniciar incendios, que a menudo pone en peligro la propia seguridad y la del resto de personas.
- Trastorno explosivo intermitente (IED): se caracteriza por explosiones de agresión explosivas, repetidas y desproporcionadas.
- Cleptomanía: es un impulso incontrolable que conduce a robar por placer.
- Tricotilomanía: los pacientes experimentan una necesidad irresistible de eliminar el vello del cuero cabelludo, las cejas y las pestañas.
¿Cuáles son los síntomas de la impulsividad?
Los síntomas específicos varían en función del tipo de impulsividad que afecta a la persona, pero en cualquier caso, las etapas de la afección son las siguientes:
- Impulso.
- Tensión creciente.
- Placer al actuar.
- Alivio y culpa (puede o no estar presente).
¿Cómo se detecta?
Es importante que el paciente que padece los síntomas mencionados acuda a la consulta del psicólogo para que haga una evaluación de su caso y pueda descartar la existencia de otros trastornos de salud mental.
Causas de la impulsividad
La impulsividad a menudo acompaña a otros trastornos como el TDAH, el TOC, la depresión o la ansiedad. No se conocen las causas de la impulsividad ni porqué algunas personas presentan esta condición y otras no, pero se cree que es fruto de una combinación de factores genéticos y externos, como por ejemplo el abandono del abuso en la infancia. La capacidad de controlar los impulsos se encuentra en la corteza frontal.
En la mayoría de los casos, el trastorno alcanza su punto máximo a mediados de la adolescencia.
¿Se puede prevenir?
Para prevenir la impulsividad es importante controlar los actos de la persona afectada por este trastorno. En este sentido, es importante aprender a reaccionar de forma adecuada en relación a determinados pensamientos, emociones y sentimientos.
Abordaje terapéutico para controlar la impulsividad
Los tratamientos para la impulsividad pueden ser de naturaleza farmacológica, psicosocial o una combinación de ambos. En cualquier caso, es importante que el paciente y el especialista puedan elaborar un tratamiento que contemple el contexto, el estilo de vida y las necesidades de los pacientes.
Los tratamientos psicosociales incluyen:
- Terapia cognitivo-conductual.
- Desensibilización sistemática.
- Terapia de aversión.
- Sensibilización oculta.
- Control de estímulo.
- Reestructuración cognitiva.
Recomendaciones para hacer frente a la impulsividad
- Pensar antes de actuar. Como ya se ha señalado, las personas impulsivas suelen reaccionar antes de sopesar las consecuencias de sus actos. Precisamente por esa razón, resulta conveniente que lleven a cabo un proceso de reflexión mediante el cual procuren anticipar las consecuencias de su conducta, permitiéndoles detectar y reducir algunas de las respuestas automáticas que se acostumbran a dar.
- Tolerancia a la frustración. Es importante asumir que no siempre vamos a recibir aquello que esperamos. Por lo tanto, habrá que intentar reducir los actos impulsivos y aumentamos nuestro repertorio de respuestas adaptativas para corregir nuestro estado emocional.
- Técnicas de relajación. Consiste en reducir la activación fisiológica para mejorar la capacidad reflexiva y reducir el estrés y los síntomas de ansiedad. Existen muchas otras estrategias terapéuticas consideradas eficaces para reducir la impulsividad, como por ejemplo la terapia cognitivo-conductual.
¿Qué especialista lo trata?
El especialista encargado del tratamiento de los trastornos de impulsividad es el psicólogo.