Cambio de sexo
¿Qué es un cambio de sexo?
Se trata de una operación con una finalidad radical: convertir los genitales de un sexo al sexo opuesto. Si el cambio de sexo de hombre a mujer se realiza una vaginoplastia y si es un cambio de sexo de mujer a hombre, la técnica utilizada es conocida como faloplastia.
Se trata de un tema complicado y delicado por la cantidad de implicaciones que supone, tanto física como psicológicamente.
La operación requiere de anestesia general y su tiempo de intervención puede superar las doce horas. Se trata de una operación sin retorno y los resultados son inmediatos.
¿Por qué se realiza un cambio de sexo?
La cirugía de cambio de sexo nace para dar una solución tanto física como psíquica a aquellas personas que no se sienten identificadas con el sexo con el que nacieron. Se trata de un procedimiento largo, que requiere de distintas operaciones y tratamientos como el hormonal.
Esta cirugía no se indica en pacientes con trastornos psiquiátricos o psicológicos, ni en aquellas con problemas circulatorios, sistémicos, urológicos o cardiovasculares.
¿En qué consiste la cirugía de cambio de sexo?
Cabe hacer una distinción entre el sexo que se quiera cambiar, es decir, el procedimiento no será el mismo de hombre a mujer que de mujer a hombre. No obstante, en ambos casos se abandonará el tratamiento hormonal semanas antes de la operación.
En el caso de un cambio de sexo de hombre a mujer —vaginoplastia— el cirujano abrirá el pene separando loa cuerpos cavernosos que lo componen así como el pedínculo vásculonervioso. Con la piel sobrante se da forma a las paredes vaginales y el glande se utiliza para crear el clítoris. Por otro lado, con el escroto se da forma a los labios vaginales y se profundiza la vagina, que será colocada en un espacio entre la vejiga y el recto. A su vez, la uretra es recortada y se sitúa delante de la nueva vagina, colocándose un apósito para que la piel de la vagina no se mueva.
Tras esta intervención se realizarán otras complementarias como una mamoplastia de aumento con implantes mamarios, una tiroplastia o una condrolaringoplastia para reducir el tamaño de la nuez masculina, una glotoplastia de Wendler para feminizar la voz…
En el caso de un cambio de sexo de mujer a hombre, la técnica utilizada es conocida como faloplastia, en la que se reconstruye un pene utilizando tejidos de otras partes del cuerpo como la propia piel, abdomen, muslos o brazos. El nuevo pene permite miccionar de pie y es sensible táctil y erógenamente, aunque para poder mantener relaciones sexuales necesitará que se implante una prótesis. Una vez modelado el pene con los tejidos elegidos, se transporta a su posición final y se suturan venas y arterias a la vez que se conecta nervios del clítoris a los del pene, a la vez que el propio clítoris permanecerá oculto dentro del pene. Se prolongará la uretra con un injerto de piel de la pared interior de la vagina. Por su parte, los labios mayores forman el nuevo escroto, y una vez obtenida la bolsa escrotal se colocan implantes testiculares de silicona.
Preparación para la cirugía de cambio de sexo
Antes de someterse al cambio de sexo es necesario haber obtenido la certificación psicológica de un psiquiatra, conforme no existe una alteración psicológica transitoria que certifique que se trata de un proceso real de transexualidad.
A su vez, el paciente deberá haber seguido durante al menos nueve meses un tratamiento hormonal dirigido por parte de un endocrinólogo.
Cuidados tras la intervención
El paciente deberá estar inmovilizado durante los dos primeros días tras la operación. No obstante, recibirá el alta entre siete y diez días después de la intervención, y deberá portar una sonda vesical durante 21 días.
A criterio del cirujano se puede colocar también una sonda suprapúbica que permite el vaciar la vejiga manteniendo limpia y seca la uretra durante los primeros días.