La depresión: una aproximación

Escrito por: Claudia Westedt Blanco
Publicado:
Editado por: Yoel Domínguez Boan

 

¿Qué es la depresión?

La depresión es uno de los problemas psicológicos más frecuentes, haciendo mucho daño a la persona que lo padece, ya que invade y perturba todas las áreas de su vida, afectando también a su entorno.

 

La depresión es un trastorno del estado anímico que se caracteriza por una tristeza muy profunda, sensación de vacío, desesperanza, falta de motivación, sentimiento de inutilidad e incapacidad para disfrutar.

 

La persona deprimida no encuentra motivación para actuar, sufre una serie de pensamientos desadaptativos que le hacen ver todo de una forma pesimista, sobre sí mism@, el mundo y su futuro.
 

 

¿Cuáles son las características de la depresión?

Las características de la depresión incluyen algunas de las siguientes: tristeza persistente, pérdida de interés en actividades que antes le resultaban placenteras, cambios en el apetito, peso, en el patrón de sueño, agitación o letargo, fatiga o pérdida de energía, falta de concentración, dificultad en la toma de decisiones, pensamientos automáticos negativos recurrentes. Estas características suelen persistir durante un período de tiempo prolongado y afectar significativamente la vida diaria de la persona que experimenta este cuadro.

 

 

¿Qué diferencia la depresión de un estado de tristeza profunda?

  • Duración y persistencia. La tristeza profunda puede ser una reacción temporal a eventos estresantes y tiende a disminuir con el tiempo, cuando se procesan las emociones y se encuentra apoyo. En contraste, la depresión implica una tristeza persistente que pude durar semanas, meses e incluso años.
     
  • Causas subyacentes. La tristeza profunda normalmente tiene una causa identificable, (duelo, ruptura de pareja). En la depresión el desencadenante puede no ser claro.
     
  • Amplitud de los síntomas. La depresión tiene un gran abanico de síntomas. En los estados de tristeza profunda, no se presentan tantos y además tienen un menor impacto.
     
  • Impacto funcional. La depresión afecta a la forma de funcionar cotidianamente y en todas las áreas, mientras que, en la tristeza profunda, aunque pueda resultar incapacitante temporalmente, afecta menos al funcionamiento diario.
     
  • Respuesta al apoyo y psicoterapia. Mientras que una ayuda emocional y la adaptación pueden ayudar a superar la tristeza, en el caso de la depresión necesita una medicación pautada por un especialista en Psiquiatría y/o la psicoterapia, según el caso motivo de consulta.

 

Depresión
La depresión puede causar numerosos síntomas: emocionales, físicos, cognitivos, conductuales...
 

 

¿Qué causa la depresión?

  • Factores genético. Existe evidencia de que la depresión puede tener un componente genético. Tener un pariente consanguíneo de primer grado, como padre o hermano, afecta en la probabilidad de padecer depresión.
     
  • Neuroquímica cerebral. Neurotransmisores como la serotonina, noradrenalina y la dopamina, desempeñan un papel crucial en la regulación del estado de ánimo. Cuando existen desequilibrios afecta a la depresión.
     
  • Cambios estructurales en el cerebro. Algunas investigaciones sugieren que el cerebro de las personas con depresión luce y funciona de forma diferente a las personas que no la padecen.
     
  • Factores psicológicos. Los rasgos de personalidad, como la negatividad, baja autoestima, ser demasiado dependiente o autocrítico, pensar que siempre ocurrirá lo peor, favorecen a padecer un posible cuadro de depresión. Experiencia de vida traumáticas, estrés crónico, conflictos interpersonales, abuso emocional, duelo, influyen en padecer depresión.
     
  • Factores biológicos. Enfermedades crónicas, trastornos hormonales, dolor crónico o problemas de sueño, pueden aumentar el riesgo de padecer depresión. Además, ciertos medicamentos, pueden afectar al estado de ánimo, sobre todo los relacionados con enfermedades crónicas.
     
  • Factores ambientales y sociales. El entorno en el que la persona vive y las circunstancias sociales que le rodean, pueden influir en una depresión. Factores como la pobreza, el aislamiento social, falta de apoyo, etc.
     

Es importante tener en cuenta que la depresión es una condición heterogénea y que la interacción de los factores puede variar de una persona a otra. En general podemos decir que la depresión es una pérdida de reforzadores. Los reforzadores son todas las personas, objetos o situaciones que tienes en tu vida y te hacen feliz o te complementan. Cuando se pierde alguno de los reforzadores puede influir en desarrollar un estado depresivo.

 

 

¿Cuáles son los síntomas de la depresión?

  • A nivel emocional: tristeza, pesimismo, sensación de vacío, culpabilidad, inquietud, desesperanza, inutilidad, irritabilidad, autoreproches.
     
  • A nivel fisiológico: falta de energía, patrón de sueño alterado, cambios del apetito, dolores inespecíficos y difusos, pérdida del deseo sexual, problemas digestivos, fatiga.
     
  • A nivel conductual: enlentecimiento motor, pérdidas de rutina, por ejemplo, (el aseo personal, vestirse, cocinar), lentitud en el habla, volumen de voz bajo.
     
  • A nivel cognitivo: problemas de concentración, memoria y atención, pensamiento rumiativo y circular, distorsiones cognitivas, pensamientos negativos sobre sí mismo, el futuro o los demás.
     
  • A nivel interpersonal: aislamiento, rechazo y apatía hacía otras personas, falta de motivación hacía actividades recreativas.
     

Hay que tener en cuenta que cada persona es única, por ello los síntomas, gravedad van a variar. Además, estos síntomas deben persistir durante al menos dos semanas para cumplir con los criterios diagnósticos de la depresión clínica.

 

 

Un evento importante como una ruptura o pérdida puede causar la depresión
Un evento importante como una ruptura o pérdida puede causar la depresión
 

 

Vivir con depresión: ¿Cómo es? ¿Y las personas que conviven o quieren a una persona con depresión? ¿Cómo deberían de actuar?

Vivir con depresión puede ser extremadamente desafiante, afecta a muchos aspectos de la vida a quien la padece. A modo ilustrativo, la depresión puede impactar en la vida cotidiana en varios aspectos:
 

  • Emociones abrumadoras. Las personas que padecen depresión experimentan emociones abrumadoras, como la tristeza profunda, ansiedad, irritabilidad o apatía, falta de esperanza. Son emociones intensas que van a afectar al disfrute de sus actividades cotidianas.
     
  • Dificultades en las relaciones interpersonales. La depresión puede afectar a su capacidad de disfrute con los amigos, la familia, dejando de interactuar.
     
  • Problemas laborales o académicos. Los síntomas de la depresión, como la fatiga, la falta de concentración, memoria, menor motivación, van a interferir en el rendimiento laboral, dificultades para completar las tareas.
     
  • Efecto en la salud física. La depresión tiene un gran impacto en la salud física: dolores corporales, problemas gastrointestinales, cambios en el patrón de sueño, alteraciones en el sistema inmunológico.
     
  • Autoestima. La depresión a menudo se asocia con sentimientos de inutilidad, culpa, autoimagen baja.
     

Vivir con depresión es una experiencia desalentadora y solitaria, pero la buena noticia es que, con un tratamiento adecuado por profesionales especialistas, como psiquiatras, psicólogos, apoyo de los amigos y la familia, se puede recuperar la estabilidad emocional.
 

Las personas que conviven con un ser querido con depresión pueden sentir lo siguiente:
 

  • Sentimientos de impotencia. Puede resultar muy frustrante y desalentador no conseguir que la persona con depresión se sienta mejor. Además, son procesos relativamente lentos.
     
  • Preocupación constante. Las personas que conviven están en constante tensión, velando por la recuperación del ser querido. Si existen comportamientos autodestructivos, la preocupación es aún mayor.
     
  • Efectos sobre la convivencia. La depresión normalmente afecta la capacidad de la persona para participar en actividades familiares, domésticas, lo cual crea tensión en la dinámica familiar.
     
  • Emocionalmente es agotador. La constante lucha por dar apoyo, consume mucha energía emocional, y esto puede afectar el bienestar y salud mental de quienes conviven con la persona afectada.
     
  • Sentimientos de culpa o responsabilidad. Los amigos o familiares pueden sentirse culpables, con sensaciones de malestar por no poder gestionar mejor la situación.
     

Las personas que conviven con una persona que padece depresión puede brindar un apoyo muy efectivo de la siguiente forma:
 

  • Explícale que la depresión es una enfermedad, no un defecto o una debilidad personal, buscando ayuda profesional, volverá a recuperar su bienestar emocional.
     
  • La escucha activa y el hecho de mantener comunicaciones abiertas, ayudan a que la persona se sienta apoyada, así como también es importante reconocer y validar sus sentimientos.
     
  • Ofrécele apoyo emocional, exprésale tu amor, preocupación y disposición para ayudar.
     
  • Brinda apoyo práctico, ayuda a la persona en sus tareas cotidianas, es conveniente hacerlo de la forma más específica y concreta. Las personas con depresión se encuentran en un estado de aturdimiento. Animar a que comience con su autocuidado, todo ello en pasos pequeños, siempre de menor a mayor.
     
  • Proporciona un refuerzo positivo, recuérdale su valía y lo importante que es para todos.
     
  • Hacer planes juntos, un pequeño paseo, un pasatiempo, una comida especial, se sentirá reconfortad@.

 

 

¿Cómo se trata la depresión?

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un enfoque terapéutico que está científicamente avalado, es una terapia breve y estructurada, se realiza una sesión semanal y por un período de tiempo definido. El objetivo es ayudar al paciente a adquirir una serie de estrategias y herramientas, devolviéndole el bienestar en su estado anímico.
 

Teniendo en cuenta el motivo especifico de consulta, la evaluación y el diagnóstico concreto, podría ser necesaria la intervención de un especialista en psiquiatra, para pautar una medicación.
 

  • Psicoeducación. El psicoterapeuta proporciona información sobre la depresión, incluyendo sus síntomas, causas y cómo la TCC puede ayudar a abordarla. El psicoterapeuta y el paciente trabajan en “equipo “durante el plan terapéutico personalizado.
     
  • Identificación de los pensamientos automáticos negativos (PAN). La TCC se centra en enseñarle al paciente a identificar sus pensamientos disfuncionales y a cuestionar su validez y precisión.
     
  • Reestructuración cognitiva. Una vez que el paciente identifica sus pensamientos PAN, se trabaja conjuntamente para que pueda reemplazarlos por pensamientos más realistas, adaptativos y saludables. Mediante una serie de registros escritos, trabaja en buscar la evidencia que respalde o refute los pensamientos PAN y desarrollar una perspectiva más equilibrada.
     
  • Desarrollo de habilidades de afrontamiento. La TCC enseña al paciente habilidades prácticas para manejar los síntomas de la depresión y enfrentar los desafíos de la vida cotidiana de una forma más efectiva. Se trabajan técnicas de relajación, autocontrol, resolución de problemas, habilidades de comunicación, estrategias de afrontamiento.
     
  • Activación conductual. Se asignan por escrito una serie de actividades graduadas placenteras para contrarrestar la apatía y la pérdida de interés asociadas a un cuadro de depresión y así mejorar progresivamente el estado de ánimo general.
     
  • Psicología positiva. Se entrena el pensamiento positivo mediante las autoafirmaciones, fomento de fortalezas, optimismo y autoestima.
     
  • Prevención de recaídas. A medida que el plan terapéutico avanza, el terapeuta y el paciente trabajan en “equipo” para prevenir recaída en el futuro y aprender a gestionar situaciones adversas cotidianas. Se debe identificar señales de advertencia tempranas, desarrollar un plan de acción y mantener todo lo aprendido durante la psicoterapia, incluyendo mantener hábitos saludables.        

   

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Por Claudia Westedt Blanco
Psicología

La Sra. Claudia Westedt Blanco es una gran especialista en Psicología. Cuenta con más de 30 años de experiencia en la profesión y una extensa formación en distintos ámbitos de la especialidad. En concreto, es experta en psicoterapia, ansiedad, depresión, estrés, terapia cognitivo-conductual, autoestima y desarrollo personal, entre otros tratamientos y patologías.

Licenciada en Psicología por la Universidad de Granada, cuenta con un Máster en Psicología Clínica por CEANTECO. Además, es especialista en Psicoterapia por el programa de formación continua otorgado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos acreditado por la EFPA (Asociación Europea de Asociaciones de Psicoterapeutas).

En la actualidad, ejerce como psicóloga en su consulta online.

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