¿Qué es una fractura vertebral?

Una fractura vertebral es básicamente la rotura de una vértebra. Las vértebras están formadas en su parte anterior por el cuerpo, en su parte mediana por pedículos y por las articulaciones, espinosas y medianas en la parte posterior.

Una rotura de cualquiera de estas partes está denominada como fractura vertebral. Una fractura vertebral puede afectar a las vértebras de la columna cervical, de la columna torácica, de la columna lumbar, del sacro o del coxis.

¿Qué causa la fractura vertebral?

Existen diversos motivos que pueden causar una fractura vertebral:

• Traumatismos. Las más habituales se producen tras un accidente laboral o de tráfico.
   
• Osteoporosis. Los huesos pierden densidad y por lo tanto se vuelven más débiles con la osteoporosis.
   
• Enfermedades. Algunas patologías, como por ejemplo tumores primarios con origen óseo o secundarios, como la metástasis pueden producir la fractura vertebral.
   
• Tratamientos. Un tratamiento prolongado con corticoides, radioterapia, quimioterapia o por ejemplo que una infección alcance el hueso puede provocar su fractura.

Síntomas de la fractura vertebral

En función del tipo de rotura, su localización y el tipo, los síntomas serán unos u otros. No obstante, los más habituales son:

• Dolor por la ruptura del hueso. Se trata del signo más habitual, y su origen está en la propia rotura del hueso. El dolor puede localizarse únicamente en la zona de la fractura, o puede irradiarse hacia otras zonas.
   
• Déficit neurológico. Puede aparecer en casos más graves, al margen del dolor localizado o irradiado, en algunos casos aparecen problemas neurológicos que incluyen una pérdida de sensibilidad en alguna parte del cuerpo, normalmente causadas por el daño originado por el fragmento fracturado que se ha desplazado sobre una zona nerviosa o la médula.

¿Cómo se puede diagnosticar una fractura vertebral?

Para poder diagnosticar una fractura vertebral pueden realizarse algunas pruebas complementarias, al margen del diagnóstico clínico por la sintomatología.

La radiografía ha sido hasta la fecha el método diagnóstico más utilizado para identificar una posible fractura, aunque existen otras pruebas que pueden ayudar a completar el diagnóstico, clasificando correctamente la fractura y escogiendo un tratamiento más adecuado para ella. Estas son el escáner, la resonancia magnética y la radiografía de cuerpo entero (EOS).

¿Cómo se tratan las fracturas vertebrales?

Existen múltiples formas de tratar una fractura vertebral. Para escoger el mejor tratamiento, es fundamental conocer el tipo, la causa, la ubicación y las características de la fractura.

Existen dos posibilidades de tratamiento: por un lado, el tratamiento conservador, y por el otro el quirúrgico, aunque en muchas ocasiones los especialistas optan por combinar ambos.

Manejo conservador de la fractura vertebral

Se utiliza en fracturas no peligrosas, es decir, en fracturas que no suponen un riesgo de que aparezcan potenciales complicaciones derivadas, así como en aquellas que no tienen síntomas neurológicos.

El método conservador utiliza fármacos para aliviar y mejorar los síntomas. En algunos casos, se utilizan corsets a medida, aunque estos varían en función del tipo de fractura y su ubicación.

Manejo quirúrgico

El manejo quirúrgico de la fractura vertebral es variable, y es distinto en función de cada caso. En algunos casos es necesaria realizar una vertebroplastia o cifoplastria, en la que se inyecta “cemento” en la propia vértebra. Es especialmente útil en fracturas con origen en la osteoporosis o refractarias.

En algunos casos, es necesaria una estabilización posterior de la fractura. Esta se consigue colocando unos tornillos posteriores que pueden colocarse de forma percutánea (es decir, mínimamente invasiva) y/o abierta. Estos tornillos, en función de la fractura, pueden retirarse tras un año.

En los casos más graves, es posible que sea necesario hacer una fusión vertebral que bloquee de forma definitiva el segmento que se ha visto afectado por la fractura. Este procedimiento puede realizarse en tiempos quirúrgicos distintos, y puede precisar colocar implantes en la parte anterior de la columna.

Si estamos ante una fractura secundaria, es posible que se retire la vértebra completa y se reemplace con otra artificial. En algunos casos, se realiza una biopsia de la vértebra para estudiarla, ya que algunos tumores pueden tratarse únicamente mediante fármacos.

En casos de traumatismos, pocas veces se realiza cirugía urgente, pero puede hacerse cuando existen compresión sobre los nervios o médula, por lo que puede ser necesaria una laminectomía.

Si desea más información, consulte con un especialista en Neurocirugía.