Mujer postmenopáusica: tratamiento láser para la atrofia vulvo-vaginal

Written by: Dr. Gabriel Fiol Ruiz
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Edited by: Margarita Marquès

El climaterio y la postmenopausia constituyen periodos de importante trascendencia en la salud y en la calidad de vida de la mujer. La edad media de la menopausia en España se centra alrededor de los 51 años, objetivándose que en la actualidad el 83 % de las mujeres de esta edad se encuentran atravesando este periodo que resulta fundamental tanto para la mujer como para los profesionales y para el sistema sanitario.

 

Según el Estudio sobre Percepciones y Hábitos de las Mujeres Españolas durante la Menopausia, más del 62% de las españolas mayores de 45 años siente preocupación por cómo este proceso puede afectar a su salud.

 

¿Cómo afecta la menopausia a la salud?

El descenso paulatino de los estrógenos puede dar lugar a una serie de signos y síntomas relacionados que provocan deterioro de la capacidad vital así como como un aumento del riesgo de que se presenten determinados trastornos y patologías. Sofocos, sequedad, alteraciones del carácter, insomnio y descenso de la líbido constituyen preocupaciones que limitan y condicionan la vida diaria de la mujer.

 

La sequedad supone una preocupación,
imitando y condicionando la vida diaria de la mujer

 

La terapia hormonal sustitutiva, hoy denominada "terapia hormonal de la menopausia” (THM) constituye el primer escalón de tratamiento, especialmente en los primeros años tras la menopausia. Sin embargo, tras los resultados del estudio WHI que evidenciaron un incremento del riesgo de cáncer de mama, este tratamiento ha sido ampliamente cuestionado y debatido, reduciéndose considerablemente su uso.

 

Nos referimos a mujeres jóvenes, a partir de unos 50 años, con muy buena salud y probablemente en su mejor momento profesional y social y que comienzan con atrofia vulvo-vaginal que va en aumento y que las limita en su vida de relación con su pareja o con otras parejas, ya que según el Instituto Nacional de Estadística en el año 2018 el 27,2 % de los divorcios ocurren en personas mayores de 50 años, siendo la media de edad en mujeres a las 50,1 años.

 

Las limitaciones en las relaciones sexuales se hacen patentes y son referidas por la mujer en su revisión. Pero en muchas ocasiones es la pareja la que aborda el tema, que le condiciona y preocupa, siendo éste el motivo principal por el que acompaña a la mujer a su consulta ginecológica.

 

Los datos del estudio REVIVE español, que representa la mayor cohorte estudiada respecto a la sintomatología de la atrofia vulvo-vaginal, reflejan que el síntoma asociado más frecuente fue la sequedad (81 %) mientras que el dolor durante las relaciones sexuales -dispareunia- apareció en el 25 %. Sin embargo esta dispareunia resultó ser el síntoma más molesto (74 %), ya que tiene repercusiones en las relaciones erótico-sexuales de la mujer y en sus relaciones de pareja. En este estudio el impacto más significativo de los síntomas de la atrofia fue en relación con la capacidad de las participantes para disfrutar del sexo. El 75% de las mujeres comunicaron que interfería en su satisfacción sexual y un 67% en la relación de pareja; afectándose con mayor frecuencia la espontaneidad sexual (66%) y la intimidad (53%).

 

La dispareunia crónica acaba afectando a todas las fases de la respuesta sexual de la mujer. El deseo sexual de las participantes disminuyó globalmente alrededor de un 41% como consecuencia directa de los síntomas de la atrofia vaginal (un 39% en las mujeres con pareja y un 50% en las mujeres sin ella, respectivamente). También se afecta la sensación subjetiva de excitación y la lubricación vaginal.

 

Existe una concepción generalizada en la postmenopáusica de mayor edad de que se trata de un problema que asume la mujer y que le gustaría mejorar para poder complacer a su pareja.

 

Afortunadamente las parejas más jóvenes, con menopausias más recientes, afrontan conjuntamente esta situación y buscan soluciones en los profesionales. No cabe duda de que el estímulo mecánico de las relaciones sexuales mejora la lubricación y que acudir a hidratantes y lubricantes puede mejorar la situación.

 

El uso de hidratantes y lubricantes puede paliar este déficit aunque generalmente no alcanzan a compensar la atrofia producida.

 

Los estrógenos locales parecen resultar más efectivos, pero el miedo al uso de tratamiento hormonal, especialmente en mujeres con antecedente oncológico también limita su utilización.

 

Estos tratamientos en muchas ocasiones son insuficientes y requieren una dependencia que puede interferir en las relaciones sexuales. 

 

En el estudio REVIVE las principales preocupaciones de las mujeres tratadas con productos de prescripción por vía vaginal eran la incapacidad de los tratamientos para restaurar el estado natural de la vagina (33,3%), seguido de la seguridad a largo plazo (22,7%), el largo periodo de tiempo necesario para que la medicación actuase adecuadamente (20,0%), los efectos secundarios indeseados (17,3%) y las implicaciones en cuanto a la espontaneidad en las relaciones sexuales (17,3%).

 

En general todos los tratamientos locales precisan de un uso continuado y este hecho es presumiblemente el mayor condicionante ya que la adherencia al tratamiento es baja o muy baja en casi el total de más mujeres que utilizan estos productos.

 

En la actualidad, han aparecido nuevos tratamientos locales, como la prasterona, y orales como el ospemifeno. Ambos requieren su uso continuado y esto afecta a la aceptabilidad del método.

 

La terapia con láser en el tratamiento de la atrofia vulvo-vaginal postmenopáusica

La terapia con láser constituye hoy una importante alternativa para mejorar la atrofia vulvo-vaginal postmenopáusica. Se trata de una opción cómoda, en pocas sesiones, con buenos resultados que se mantienen a largo plazo y carentes de actividad estrogénica u otros efectos negativos.

 

El nulo efecto estrogénico constituye otra de las grandes aportaciones del láser para la atrofia vulvo-vaginal. Este hecho le convierte en un tratamiento casi de elección en aquellas mujeres que no pueden o no desean realizar tratamientos hormonales.

 

El láser como tratamiento para la atrofia vulvo-vaginal presenta entre otras ventajas:

  • Tratamientos cortos
  • Efecto prolongado
  • Mejora de las relaciones
  • Satisfacción personal y de la pareja
  • Ausencia de efecto hormonal
  • Adaptabilidad económica del tratamiento
  • Posibilidad de asociar cualquiera de los otros tratamientos, mejorando aún más las posibilidades de recuperación de la mucosa y prolongando su actuación

 

Las sesiones de tratamiento con láser se realizan en un corto periodo de tiempo, de unos minutos, y no precisan de analgesia ni anestesia por resultar muy bien toleradas. No requieren reposo posterior por lo que la mujer puede realizar su vida normal tras realizar cada una de las sesiones.  

 

Consideramos necesaria la información a las mujeres que se encuentran en la peri-postmenopausia y que presentan atrofia vulvo-vaginal. Se precisa explicar, definir y concienciar a estas mujeres acerca de la posibilidad de mejorar su calidad de vida y su relación de pareja con un tratamiento que tiene un precio muy accesible para el buen resultado que puede ofrecerle. Implicar a la pareja ha de considerarse otra de las dianas en la que centrar esta información.

*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection

By Dr. Gabriel Fiol Ruiz
Obstetrics & Gynecology

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