Lipoabdominoplastia o abdominoplastia, ¿qué técnica elegir?
Written by:La abdominoplastia o lipectomía abdominal es una intervención para mejorar el contorno abdominal estirando la piel. Puede asociarse (o no) a la reparación de los músculos de los rectos abdominales.
La última innovación más revolucionaria en el ámbito de la Cirugía Plástica, Estética y Reparadora es la unión de liposucción intensa en el abdomen y flancos o espalda. Se la considera revolucionaria porque antiguamente era impensable pero también porque permite una mejora en el contorno abdominal, no solamente en la piel y la musculatura.
Se trata de una técnica que describió Osvaldo Saldaña. Se podría comparar con la conservación y transposición del ombligo que también revolucionó la abdominoplastia y que permite un despegamiento parcial con despegamiento a la espera de liposucción, eliminando el exceso de grasa que antes no se podía eliminar.
Diferencias y similitudes entre la abdominoplastia y la lipoabdominoplastia
La abdominoplastia y la lipoabdominoplastia buscan los mismos objetivos pero los resultados serán distintos, además de no estar indicadas en todas las pacientes.
Así:
- Ambas intervenciones necesitan anestesia general. No obstante, la lipoabdominoplastia durará más, alrededor de unas 4-6 horas, mientras que la abdominoplastia clásica durará sobre unas 2 horas.
- La lipoabdominoplastia puede ser algo más dolorosa que la abdominoplastia, sobre todo cuanto mayor sea la cantidad liposuccionada. Además, este dolor puede durar más tiempo que en la abdominoplastia, por las molestias de la zona liposuccionada.
- El ingreso puede ser más largo en la lipoabdominoplastia (2 días más o menos) mientras que en la abdominoplastia es de únicamente un día.
- La lipoabdominoplastia no se recomienda en todas las pacientes. Entre las principales contraindicaciones está la presencia de herniaciones (es necesario el criterio del doctor, en este caso, para decidir si se puede hacer total o parcialmente). La obesidad será una contraindicación absoluta para esta cirugía, ya que aumenta el riesgo de complicaciones graves a posteriori. Esto también ocurre en pacientes que fumen, que deberán abandonar dicho hábito al menos 1 mes antes de la cirugía.
Ninguna de las dos técnicas es mejor o peor, siempre que esté bien indicada, planteada y planeada por el especialista.