Frenectomía láser: innovación y comodidad en el tratamiento oral

Los frenillos bucales son bandas de tejido conectivo fibroso, muscular o de ambos tipos, cubiertas de una membrana mucosa, situadas en la línea media y de origen congénito y fisiológico. Existen tres tipos de frenillos en la cavidad oral: labial superior, labial inferior y lingual.

La frenectomía es el tratamiento quirúrgico destinado a cortar y eliminar cualquiera de los frenillos bucales previamente enumerados y que está indicada cuando estos frenillos interfieren en algún aspecto estético o funcional o de la salud oral.

¿Existen diferentes tipos de técnicas para realizar una frenectomía?

En primer lugar, lo que hay que estudiar es que la frenectomía esté indicada. Para ello, es fundamental que la condición sea valorada por un especialista en Odontología. A partir de ahí, el profesional será quien decidirá cuál es la técnica más apropiada para tratar ese frenillo bucal en concreto.

Entre las opciones quirúrgicas de tratamiento distinguimos dos grandes tipos: la cirugía convencional mediante el uso de bisturí y la cirugía mediante tecnología láser. La utilización del láser en este tipo de tratamientos aporta una enorme cantidad de ventajas tanto para el paciente como para el profesional en relación a la opción quirúrgica convencional.

Además, a menudo, el tratamiento quirúrgico por sí solo no conseguirá resolver el problema provocado por el frenillo, por lo que se deberá complementar con otras técnicas como la ortodoncia o la logopedia dependiendo de las necesidades del caso.

Tal como se ha comentado previamente la elección de la técnica quirúrgica dependerá de la evaluación del profesional de la salud, las necesidades específicas del paciente y otros factores como la disponibilidad de equipo y la experiencia del profesional con cada método. Es importante que cualquier tipo de frenectomía sea realizada por un profesional de la salud calificado y que se sigan los cuidados postoperatorios recomendados para garantizar una recuperación adecuada.

¿En qué casos se recomienda a un paciente realizarse una frenectomía?

La indicación de una frenectomía oral, ya sea labial superior, labial inferior o lingual, estará indicada en aquellas situaciones en las que el frenillo tenga interferencias a nivel de la función oral, la estética o la salud bucal del paciente.

Así, la frenectomía labial superior está indicada en aquellos casos en los que existe un diastema o separación evidente de los incisivos, siempre asociada a tratamiento ortodóntico. También se podría indicar en casos donde el labio superior tenga una movilidad reducida como consecuencia del frenillo, lo que dificultaría la autofunción de limpieza y favorecería la aparición de problemas periodontales.

En relación a la frenectomía labial inferior, generalmente se indica cuando la inserción del frenillo es baja y se asocia a problemas periodontales en los incisivos superiores. Es común que, en estos casos, la frenectomía deba asociar-se a una cirugía de tejido blando en la zona para cubrir la superficie de la raíz expuesta.

Finalmente, la frenectomía lingual se indica, especialmente, cuando la lengua presenta anquiloglosia (fijación de la lengua al suelo de la boca), de forma que su movilidad está reducida, teniendo implicaciones en la succión, deglución, fonación y movilización de la lengua. Este último tipo de frenectomía es, especialmente practicada, en bebés y niños.

¿Cuáles son las ventajas de la frenectomía láser frente a la frenectomía convencional?

La frenectomía aporta numerosas ventajas cuando se realiza con láser, respecto la cirugía convencional. A continuación, enumeraré las más relevantes:

• Menor cantidad de anestesia local: la cantidad de anestésico local a administrar, para poder realizar el procedimiento en ausencia de dolor, va a depender de la cantidad de tejido a eliminar. Sin embargo, respecto la cirugía con bisturí frío, calculamos que podemos administrar entre la mitad y dos tercios menos del fármaco. Existen situaciones, incluso, que la frenectomía puede realizarse sin necesidad de administrar anestésico local.
• Menor duración del tiempo de la intervención: la técnica para eliminar el frenillo es mucho más sencilla que cuando se utiliza el bisturí, lo que repercute en una clara reducción del tiempo de duración de la cirugía.
• Menor sangrado: los láseres que utilizamos para estos procedimientos poseen, en mayor o menor grado, un efecto térmico superficial que reduce el sangrado intraoperatorio y postoperatorio, facilitando la cirugía, reduciendo el tiempo quirúrgico y mejorando el confort postoperatorio del paciente.
• No se requieren puntos de sutura: las heridas tras la eliminación del frenillo curan sin necesidad de colocar puntos de sutura. Esto nos permite, de nuevo, una considerable reducción en el tiempo quirúrgico y un mayor confort para el paciente durante el postoperatorio.
• Menor riesgo de infección postoperatoria: el efecto térmico superficial que posee el láser y que hemos mencionado previamente, a la vez que reduce el sangrado de la zona, reduce también el número de microorganismos presentes capaces de producir una infección postoperatoria.
• Menor dolor e inflamación postoperatorios: a penas se produce dolor e inflamación en los días posteriores a la frenectomía con láser, a diferencia de cuando se utiliza el bisturí. Con simples calmantes pueden tratarse las leves molestias que pueden aparecer en el postoperatorio.

Sin duda alguna, frente la posibilidad de elegir entre la utilización del láser o del bisturí frío, para mí, la elección está clara. Con todas las ventajas que ofrece la utilización del láser ¿quién escogería realizarse una frenectomía con bisturí convencional?