¿Cómo aplicar normas de convivencia y límites para los niños en el hogar?

Written by: Gladys Veracoechea Troconis
Published:
Edited by: Lucía Ramírez

La convivencia en familia es un aspecto fundamental para el desarrollo y el bienestar de los niños. Sin embargo, no siempre es fácil mantener un ambiente armonioso y respetuoso en el hogar, sobre todo cuando hay miembros de diferentes edades, personalidades y necesidades. Por eso, es fundamental establecer unas normas de convivencia y unos límites dentro del hogar que ayuden a regular el comportamiento de todos los miembros de la familia, a fomentar valores como la responsabilidad, la cooperación, la empatía y el respeto y, especialmente, a favorecer en los niños el desarrollo cerebral, su autocontrol y a que aprendan a manejar las frustraciones que con frecuencia conlleva el hecho de tener que cumplir normas y límites.
 

Los límites son establecidos por los padres y, posteriormente, las normas pueden establecerse en consenso con el resto del grupo familiar, con el objetivo de facilitar la convivencia y evitar conflictos. Estas reglas definen lo que se permite o no dentro del hogar, así como las consecuencias naturales de cumplirlas o incumplirlas. Las normas deben ser claras, coherentes, consensuadas y adaptadas a la edad y las capacidades de los niños.

 

Las normas de convivencia favorecen el desarrollo cerebral de los niños

 

¿Cómo podemos aplicar las normas y límites en casa?

El especialista en Psicología puede dar algunas orientaciones para ayudar a enseñar de forma positiva a los hijos a respetar las normas y límites de convivencia, por ejemplo:

 

  • El primer aspecto es que los padres crean firmemente en la necesidad de establecer normas y límites. Es fundamental que reconozcan la importancia que este aspecto tiene para el desarrollo del niño y la convivencia de la familia.
  • Que exista congruencia entre los adultos que conviven con el niño. Evitar dar mensajes diferentes que puedan confundirlo y generar dudas con respecto a lo que se espera de él.
  • Que los padres actúen de inmediato cuando el niño incumple una norma y, por lo tanto, se sale de los límites establecidos. Así evitan que el niño la repita y se establezcan conexiones neuronales asociadas a esta conducta.
  • Que los padres sean firmes y constantes en mantener las normas y límites, sin ceder ante las protestas o las rabietas de su hijo. Sin embargo, también es importante ser flexibles y adaptar las normas y límites a las circunstancias o a las necesidades especiales o cuando los niños crecen y demandan más libertad.
  • Los padres deben actuar sin gritos ni gestos corporales que asusten al niño. Esto generará una especie de bloqueo cerebral que evitará que el niño comprenda el mensaje de base que deseamos transmitirle.
  • Explicar el sentido y el beneficio de las normas y límites a los hijos, así como las consecuencias naturales de su cumplimiento o incumplimiento. Esto les dará mayor seguridad, sabrán qué se espera de ellos y, además, les ayudará a favorecer su desarrollo cerebral y emocional.
  • No ver el cumplimiento de normas y límites como una lucha de poderes entre padres e hijos. Recordar siempre que la mejor fórmula para que las normas y límites se cumplan es: coherencia + firmeza + cariño, lo que ayudará a favorecer un vínculo de seguridad y confianza entre padres e hijos.

 

¿Qué hacemos si los niños no quieren seguir las normas y límites?

Es normal que los niños se resistan a seguir las reglas de convivencia en algunas ocasiones, ya sea por curiosidad, por rebeldía, por frustración o por falta de comprensión. En estos casos, es importante actuar con calma, firmeza y respeto, siguiendo estos pasos:
 

  • Recordar la norma o el límite que se ha incumplido y explicar por qué es importante cumplirla.
  • Aplicar la consecuencia natural acordada previamente, que debe ser proporcional al incumplimiento y educativa (nunca punitiva ni humillante). Esta debe ser percibida como una consecuencia natural a su conducta, conversada y aceptada previamente, y no como un castigo.
  • Dialogar con el niño sobre lo ocurrido, escuchando sus razones y sentimientos, expresando los nuestros y buscando soluciones conjuntas.
  • Restablecer la relación afectiva con el niño, mostrándole nuestro cariño y confianza, intentando hacer de esta situación un espacio de aprendizaje.
     

¿Por qué son importantes las normas de convivencia?

Las normas de convivencia familiar son importantes porque ayudan a crear un espacio seguro, donde todos se sientan cómodos, queridos y respetados. Además, favorecen el desarrollo cerebral,  cognitivo, emocional y social de los niños, ya que les enseña a regular su conducta, controlar sus impulsos y frustraciones, resolver problemas, cooperar con los demás y a asumir responsabilidades.
 

Además de los límites relacionados con la convivencia familiar, hay otros relacionados con la seguridad del niño, su salud, su relación con pares, entre otros.

*Translated with Google translator. We apologize for any imperfection

By Gladys Veracoechea Troconis
Child and Adolescent Psychology

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