Epitrocleitis (codo de golfista)

¿Qué es la epitrocleitis?

La epitrocleitis o codo de golfista es una de las causas más comunes de dolor en la zona medial del codo. Se caracteriza por extenderse desde el codo hasta la muñeca, en la parte del antebrazo. Dicho dolor se debe a una lesión en los tendones que se encargan de flexionar la muñeca hacia la palma de la mano.

 

A diferencia del famoso “codo de tenista”, es mucho menos frecuente. Aunque suele aparecer en deportistas que practican golf, tenis o jabalina, también se puede dar en profesionales que realizan trabajos manuales, tales como mecánicos o carpinteros, que realizan movimientos repetitivos de antebrazo, muñeca y mano.

 

Es una lesión que daña normalmente a la extremidad dominante, aparece sobre los 40-50 años de edad y afecta por igual a hombres y mujeres.

La epitrocleitis se caracteriza por un dolor que se extiende desde el codo hasta la muñeca - Top Doctors
La epitrocleitis se caracteriza por un dolor que se extiende
desde el codo hasta la muñeca

Pronóstico de la enfermedad

Normalmente, la epitrocleitis es una lesión fácilmente tratable y el paciente se recupera bien con tratamiento conservador, por lo que el pronóstico no es especialmente grave. Solo en algunos casos en que este tratamiento no funcione se recomendará la cirugía.

 

Síntomas de epitrocleitis

El codo de golfista o epitrocleitis también recibe el nombre de síndrome del pronador-flexor. Se caracteriza por causar en el paciente dolor en la parte interna del codo, sobre la epitróclea, es decir, la prominencia ósea en la cara interna del extremo del húmero. Es un dolor que está relacionado con el uso repetitivo o sobreuso de la inserción muscular en ese punto.

 

Dicho dolor empeora al flexionar la muñeca y la pronación del antebrazo contra resistencia. A veces, además, el dolor puede extenderse al antebrazo. Cuando el dolor se hace crónico puede añadirse debilidad al coger objetos.

 

En pacientes que son deportistas el dolor se puede manifestar en la fase de aceleración del lanzamiento, es decir, cuando hacen el servicio en el tenis o al lanzar la jabalina.

 

Pruebas médicas para la epitrocleitis

El diagnóstico de la epitrocleitis se basa en la exploración clínica. No suelen ser necesarias radiografías, pero el especialista en Traumatología o Medicina del Deporte puede decidir hacerlas para asegurarse de que los huesos del codo sean normales y sin picos, y buscar depósitos de calcio en los tendones lesionados.

 

Lo que sí suele realizarse en algunas ocasiones es una Resonancia Magnética y también una ecografía. Esta última puede ayudar a detectar zonas hipoecoicas, lo que significa que el tendón ha degenerado, afectando al tejido colágeno. Esto permitirá compararlo con el otro brazo y seleccionar el mejor tratamiento para el paciente.

 

¿Cuáles son las causas de la epitrocleitis?

La epitróclea (protuberancia ósea al extremo del húmero) es el origen del grupo muscular que se encarga de flexionar la muñeca y los dedos, así como de pronar el antebrazo. Es en esta zona donde ocurre la lesión.

 

La causa principal es el sobreuso o repetición de movimientos en la zona. A partir de entonces se da un proceso inflamatorio que evoluciona a una degeneración tendinosa. Esta se caracteriza porque el paciente sufre micro roturas en los tendones y se repara de forma fallida. Si la lesión evoluciona se dará una degeneración, no una inflamación.

 

¿Se puede prevenir?

La epitrocleitis puede prevenirse, básicamente, fortaleciendo los músculos, realizando estiramientos de la musculatura flexora del antebrazo y con adecuación técnica y material deportivo adecuado en cada deporte. A medida que el paciente perfecciona la técnica evitará recaídas. También debe hacerse un calentamiento adecuado antes de realizar actividades deportivas o manuales. Una vez terminado el ejercicio también debe estirarse para mantener la flexibilidad.

 

En caso de pacientes que juegan al golf es importante que un especialista revise la técnica de golpeo y agarre, así como el tipo de palos de golf que utiliza. Si juega al tenis, lo mismo: analizar la técnica de golpeo, el tamaño de la raqueta, la tensión de las cuerdas, etc.

 

Toda prevención es buena, y se basará en evitar los movimientos repetitivos, conservando al máximo la integridad del colágeno y evitando microtraumatismos de repetición.

 

Tratamientos para la epitrocleitis

El tratamiento principal de la epitrocleitis no es quirúrgico. Su objetivo es aliviar el dolor y la inflamación, así como permitir al paciente volver a sus actividades. Aunque el tratamiento resulta efectivo en casi el 90% de los pacientes con dicha lesión, hay entre un 5-15% de recidiva en los síntomas, normalmente por una rehabilitación incompleta o por no cumplir las medidas preventivas recomendadas, o bien porque el daño está muy avanzado y son necesarias terapias biológicas de regeneración tisular.

 

El tratamiento de elección, pues, será conservador. Consiste, básicamente, en modificar las actividades o evitar aquellas que producen los síntomas. En algunos casos será necesario combinarlo con medicación antiinflamatoria, kinesioterapia y aplicación de hielo local tras la realización la actividad. En otras ocasiones será necesaria una órtesis de codo, que ayudará a que disminuya el dolor.

 

Los corticoides también pueden ser útiles para paliar el dolor, pero solo deben administrarse si hay reagudización y cuando otras técnicas conservadoras no funcionan.

 

Otras terapias empleadas para regenerar el tendón pueden ser las ondas de choque extracorpóreas, la electrólisis percutánea intratisular (EPI), la infiltración de toxina botulínica, la infiltración ecoguiada de plasma rico en plaquetas o la terapia láser de baja intensidad.

 

Si todas las medidas mencionadas anteriormente fracasan, al cabo del tiempo de su aplicación puede plantearse una intervención quirúrgica. Todas ellas pretenderán liberar el origen muscular y una resección del tejido afectado. El éxito es elevado, pero puede haber complicaciones, como la lesión del nervio cubital, sobre todo con técnicas mínimamente invasivas como la artroscopia.

 

¿Qué especialista lo trata?

El especialista que se encarga de estudiar y tratar la epitrocleitis es el traumatólogo. En concreto, podrá hacer un mejor diagnóstico aquél especializado en la articulación del codo. También podrá encargarse de la lesión un médico del deporte.

21-09-2023
Top Doctors

Epitrocleitis (codo de golfista)

Dr.Prof. Antonio María Foruria - Traumatología

Creado el: 15-11-2018

Editado el: 21-09-2023

Editado por: Mireia Frias

¿Qué es la epitrocleitis?

La epitrocleitis o codo de golfista es una de las causas más comunes de dolor en la zona medial del codo. Se caracteriza por extenderse desde el codo hasta la muñeca, en la parte del antebrazo. Dicho dolor se debe a una lesión en los tendones que se encargan de flexionar la muñeca hacia la palma de la mano.

 

A diferencia del famoso “codo de tenista”, es mucho menos frecuente. Aunque suele aparecer en deportistas que practican golf, tenis o jabalina, también se puede dar en profesionales que realizan trabajos manuales, tales como mecánicos o carpinteros, que realizan movimientos repetitivos de antebrazo, muñeca y mano.

 

Es una lesión que daña normalmente a la extremidad dominante, aparece sobre los 40-50 años de edad y afecta por igual a hombres y mujeres.

La epitrocleitis se caracteriza por un dolor que se extiende desde el codo hasta la muñeca - Top Doctors
La epitrocleitis se caracteriza por un dolor que se extiende
desde el codo hasta la muñeca

Pronóstico de la enfermedad

Normalmente, la epitrocleitis es una lesión fácilmente tratable y el paciente se recupera bien con tratamiento conservador, por lo que el pronóstico no es especialmente grave. Solo en algunos casos en que este tratamiento no funcione se recomendará la cirugía.

 

Síntomas de epitrocleitis

El codo de golfista o epitrocleitis también recibe el nombre de síndrome del pronador-flexor. Se caracteriza por causar en el paciente dolor en la parte interna del codo, sobre la epitróclea, es decir, la prominencia ósea en la cara interna del extremo del húmero. Es un dolor que está relacionado con el uso repetitivo o sobreuso de la inserción muscular en ese punto.

 

Dicho dolor empeora al flexionar la muñeca y la pronación del antebrazo contra resistencia. A veces, además, el dolor puede extenderse al antebrazo. Cuando el dolor se hace crónico puede añadirse debilidad al coger objetos.

 

En pacientes que son deportistas el dolor se puede manifestar en la fase de aceleración del lanzamiento, es decir, cuando hacen el servicio en el tenis o al lanzar la jabalina.

 

Pruebas médicas para la epitrocleitis

El diagnóstico de la epitrocleitis se basa en la exploración clínica. No suelen ser necesarias radiografías, pero el especialista en Traumatología o Medicina del Deporte puede decidir hacerlas para asegurarse de que los huesos del codo sean normales y sin picos, y buscar depósitos de calcio en los tendones lesionados.

 

Lo que sí suele realizarse en algunas ocasiones es una Resonancia Magnética y también una ecografía. Esta última puede ayudar a detectar zonas hipoecoicas, lo que significa que el tendón ha degenerado, afectando al tejido colágeno. Esto permitirá compararlo con el otro brazo y seleccionar el mejor tratamiento para el paciente.

 

¿Cuáles son las causas de la epitrocleitis?

La epitróclea (protuberancia ósea al extremo del húmero) es el origen del grupo muscular que se encarga de flexionar la muñeca y los dedos, así como de pronar el antebrazo. Es en esta zona donde ocurre la lesión.

 

La causa principal es el sobreuso o repetición de movimientos en la zona. A partir de entonces se da un proceso inflamatorio que evoluciona a una degeneración tendinosa. Esta se caracteriza porque el paciente sufre micro roturas en los tendones y se repara de forma fallida. Si la lesión evoluciona se dará una degeneración, no una inflamación.

 

¿Se puede prevenir?

La epitrocleitis puede prevenirse, básicamente, fortaleciendo los músculos, realizando estiramientos de la musculatura flexora del antebrazo y con adecuación técnica y material deportivo adecuado en cada deporte. A medida que el paciente perfecciona la técnica evitará recaídas. También debe hacerse un calentamiento adecuado antes de realizar actividades deportivas o manuales. Una vez terminado el ejercicio también debe estirarse para mantener la flexibilidad.

 

En caso de pacientes que juegan al golf es importante que un especialista revise la técnica de golpeo y agarre, así como el tipo de palos de golf que utiliza. Si juega al tenis, lo mismo: analizar la técnica de golpeo, el tamaño de la raqueta, la tensión de las cuerdas, etc.

 

Toda prevención es buena, y se basará en evitar los movimientos repetitivos, conservando al máximo la integridad del colágeno y evitando microtraumatismos de repetición.

 

Tratamientos para la epitrocleitis

El tratamiento principal de la epitrocleitis no es quirúrgico. Su objetivo es aliviar el dolor y la inflamación, así como permitir al paciente volver a sus actividades. Aunque el tratamiento resulta efectivo en casi el 90% de los pacientes con dicha lesión, hay entre un 5-15% de recidiva en los síntomas, normalmente por una rehabilitación incompleta o por no cumplir las medidas preventivas recomendadas, o bien porque el daño está muy avanzado y son necesarias terapias biológicas de regeneración tisular.

 

El tratamiento de elección, pues, será conservador. Consiste, básicamente, en modificar las actividades o evitar aquellas que producen los síntomas. En algunos casos será necesario combinarlo con medicación antiinflamatoria, kinesioterapia y aplicación de hielo local tras la realización la actividad. En otras ocasiones será necesaria una órtesis de codo, que ayudará a que disminuya el dolor.

 

Los corticoides también pueden ser útiles para paliar el dolor, pero solo deben administrarse si hay reagudización y cuando otras técnicas conservadoras no funcionan.

 

Otras terapias empleadas para regenerar el tendón pueden ser las ondas de choque extracorpóreas, la electrólisis percutánea intratisular (EPI), la infiltración de toxina botulínica, la infiltración ecoguiada de plasma rico en plaquetas o la terapia láser de baja intensidad.

 

Si todas las medidas mencionadas anteriormente fracasan, al cabo del tiempo de su aplicación puede plantearse una intervención quirúrgica. Todas ellas pretenderán liberar el origen muscular y una resección del tejido afectado. El éxito es elevado, pero puede haber complicaciones, como la lesión del nervio cubital, sobre todo con técnicas mínimamente invasivas como la artroscopia.

 

¿Qué especialista lo trata?

El especialista que se encarga de estudiar y tratar la epitrocleitis es el traumatólogo. En concreto, podrá hacer un mejor diagnóstico aquél especializado en la articulación del codo. También podrá encargarse de la lesión un médico del deporte.

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