Epilepsia infantil

 

¿Qué es la epilepsia infantil?

La epilepsia es una enfermedad que se caracteriza por producir ataques convulsivos o crisis repetidas, causadas por una actividad exagerada de las neuronas, y que no están relacionadas con fiebre o procesos que afecten al cerebro. Es decir, los ataques son producidos por cambios en la actividad eléctrica y química del cerebro. Normalmente tiene un carácter benigno y el 70% de ellas se controla o cura con fármacos.

 

Habitualmente la epilepsia no es una única enfermedad sino que comprende diversas patologías, con tratamientos y pronósticos diferentes.

 

Básicamente hay dos grandes tipos de epilepsias, las que cursan con crisis focales o parciales y las que causan crisis generalizadas. Dentro de cada grupo, a la vez, se dividen en idiopáticas (sin causa conocida) y sintomáticas o criptogenéticas (de origen orgánico confirmado o sospechado). En la mayoría de niños la epilepsia es de origen idiopático.

 

Pronóstico de la enfermedad

La mayoría de epilepsias pueden controlarse y curarse con medicación. Es algo que puede llevar algunos años pero el tiempo dependerá de otros factores relacionados, como la edad en que empiezan las crisis, el tipo de epilepsia y la respuesta del paciente a los tratamientos.

 

Si las crisis se controlan de manera precoz y no hay lesiones previas en el sistema nervioso los niños podrán hacer vida normal, sin alteraciones en su desarrollo intelectual y/o psicomotor.

 

Las epilepsias sintomáticas son las que tienen peor pronóstico porque están relacionadas con procesos que afectan al cerebro y su evolución dependerá de la enfermedad que la causa. Las crisis repetidas en este tipo de epilepsias suelen ir dañando el sistema nervioso y conllevan mayor retraso psicomotor.

 

En cualquier caso, el especialista informará al paciente y sus familiares sobre las características de cada epilepsia, de la que sufre en concreto el niño, y les ofrecerá el mejor tratamiento posible.

 

Síntomas de epilepsia infantil

Los síntomas más comunes de la epilepsia infantil se pueden clasificar en crisis parciales o en crisis generalizadas. Las crisis parciales pueden ser simples (sin pérdida de la conciencia) o complejas, con pérdida de estas. Las crisis generalizadas pueden ser:

  • Atónicas, con una caída brusca como consecuencia de la pérdida del tono muscular.
  • Ausencias, con pérdida de conciencia junto a una parada de la actividad del niño.
  • Generalizadas tónicas, con una contracción muscular general.
  • Generalizadas tónico-clónicas, con rigidez corporal y sacudidas musculares.

 

Pruebas médicas para la epilepsia infantil

Para la epilepsia infantil la principal prueba para el diagnóstico y seguimiento es el electroencefalograma (EEG). Es una prueba totalmente indolora que no requiere anestesia. Se aplican unos electrodos en el cuero cabelludo para registrar la actividad eléctrica del cerebro. De esta manera el especialista podrá registrar las descargas (focos de irritación) que provocan las crisis, qué intensidad tienen y dónde se ubican. A veces estas alteraciones son difíciles de observar, por lo que, a veces, el especialista necesitará un EEG en deprivación de sueño (sin que el niño duerma), o registrar la actividad cerebral durante el sueño nocturno.

 

Si se sospecha una causa concreta de epilepsia (epilepsia sintomática) pueden hacerse otras pruebas, como una Resonancia Nuclear Magnética (RNM), un TAC, análisis e incluso estudios genéticos.

 

¿Cuáles son las causas de la epilepsia infantil?

Hay diversos factores que pueden indicar epilepsia. No obstante, será el neuropediatra quien determine la relación con los síntomas que sufre el niño, y así establecer la causa. En 7 de cada 10 casos de epilepsia infantil no pueden identificarse las causas pero, entre otros factores, se encuentran:

  • Problemas al desarrollarse el cerebro durante el embarazo.
  • Traumatismos craneoencefálicos.
  • Falta de oxígeno durante o después del parto.
  • Tumores cerebrales, aunque es algo poco habitual en niños.
  • Convulsiones febriles muy prolongadas.
  • Meningitis o encefalitis.
  • Antecedentes familiares de crisis epilépticas o convulsiones febriles.

 

¿Se puede prevenir?

Es difícil prevenir la epilepsia en sí. Pero, en general, deberían adoptarse hábitos de vida que puedan disminuir el riesgo de crisis epilépticas. Algunas recomendaciones para los niños son:

  • Dormir entre 8 y 10 horas, según la edad.
  • Respetar los horarios de levantarse y acostarse.
  • Ver la televisión a una distancia de más de 2 metros, con luz ambiental.
  • No abusar de los videojuegos y consolas, siendo conveniente limitarlos en el tiempo, con intervalos de descanso.
  • Limitar las bebidas estimulantes.
  • En jóvenes epilépticos, el alcohol, los estimulantes y fármacos que actúen sobre el sistema nervioso están contraindicados.
  • En jóvenes tampoco se recomienda la asistencia regular a lugares donde haya una sobreestimulación del sistema nervioso, tales como salas de fiesta, discotecas, etc.
  • No se recomienda una alteración del horario de sueño habitual.

 

Por otra parte, es importante que en el colegio se conozca el diagnóstico y tratamiento del niño, así como en cualquier actividad extraescolar, sobre todo en actividades deportivas que puedan conllevar cierto riesgo (natación, etc.), y que no debería realizarlas solo.

 

Tratamientos para la epilepsia infantil

Normalmente el tratamiento para la epilepsia infantil es farmacológico, y existen múltiples medicamentos antiepilépticos. El tipo y dosis se administra, normalmente, según el peso, la edad del niño y el tipo de epilepsia, así como los posibles efectos adversos que pueda ocasionarle o interacciones con otros medicamentos.

 

La mayoría de tratamientos cumplen perfectamente con su objetivo: eliminar las crisis lo antes posible, con un solo fármaco, sin interferir en las actividades de la vida diaria del niño y sin efectos secundarios.

 

Solamente algunas epilepsias (sintomáticas, sobre todo), son de difícil control, por lo que será necesario más de un medicamento. No obstante, en la actualidad hay muchas sustancias nuevas que controlan mejor las crisis en este tipo de epilepsias, mejorando también la tolerancia.

 

La cirugía de la epilepsia tiene cabida en casos muy específicos que no responden bien al tratamiento farmacológico. El especialista en Neurología y en Neurología Infantil deberá valorarlo muy bien.

 

¿Qué especialista lo trata?

Los especialistas que tratan la epilepsia infantil son los neurólogos y neurólogos infantiles.

21-09-2023
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Epilepsia infantil

Dra. Mar Carreño - Neurología

Creado el: 11-07-2019

Editado el: 21-09-2023

 

¿Qué es la epilepsia infantil?

La epilepsia es una enfermedad que se caracteriza por producir ataques convulsivos o crisis repetidas, causadas por una actividad exagerada de las neuronas, y que no están relacionadas con fiebre o procesos que afecten al cerebro. Es decir, los ataques son producidos por cambios en la actividad eléctrica y química del cerebro. Normalmente tiene un carácter benigno y el 70% de ellas se controla o cura con fármacos.

 

Habitualmente la epilepsia no es una única enfermedad sino que comprende diversas patologías, con tratamientos y pronósticos diferentes.

 

Básicamente hay dos grandes tipos de epilepsias, las que cursan con crisis focales o parciales y las que causan crisis generalizadas. Dentro de cada grupo, a la vez, se dividen en idiopáticas (sin causa conocida) y sintomáticas o criptogenéticas (de origen orgánico confirmado o sospechado). En la mayoría de niños la epilepsia es de origen idiopático.

 

Pronóstico de la enfermedad

La mayoría de epilepsias pueden controlarse y curarse con medicación. Es algo que puede llevar algunos años pero el tiempo dependerá de otros factores relacionados, como la edad en que empiezan las crisis, el tipo de epilepsia y la respuesta del paciente a los tratamientos.

 

Si las crisis se controlan de manera precoz y no hay lesiones previas en el sistema nervioso los niños podrán hacer vida normal, sin alteraciones en su desarrollo intelectual y/o psicomotor.

 

Las epilepsias sintomáticas son las que tienen peor pronóstico porque están relacionadas con procesos que afectan al cerebro y su evolución dependerá de la enfermedad que la causa. Las crisis repetidas en este tipo de epilepsias suelen ir dañando el sistema nervioso y conllevan mayor retraso psicomotor.

 

En cualquier caso, el especialista informará al paciente y sus familiares sobre las características de cada epilepsia, de la que sufre en concreto el niño, y les ofrecerá el mejor tratamiento posible.

 

Síntomas de epilepsia infantil

Los síntomas más comunes de la epilepsia infantil se pueden clasificar en crisis parciales o en crisis generalizadas. Las crisis parciales pueden ser simples (sin pérdida de la conciencia) o complejas, con pérdida de estas. Las crisis generalizadas pueden ser:

  • Atónicas, con una caída brusca como consecuencia de la pérdida del tono muscular.
  • Ausencias, con pérdida de conciencia junto a una parada de la actividad del niño.
  • Generalizadas tónicas, con una contracción muscular general.
  • Generalizadas tónico-clónicas, con rigidez corporal y sacudidas musculares.

 

Pruebas médicas para la epilepsia infantil

Para la epilepsia infantil la principal prueba para el diagnóstico y seguimiento es el electroencefalograma (EEG). Es una prueba totalmente indolora que no requiere anestesia. Se aplican unos electrodos en el cuero cabelludo para registrar la actividad eléctrica del cerebro. De esta manera el especialista podrá registrar las descargas (focos de irritación) que provocan las crisis, qué intensidad tienen y dónde se ubican. A veces estas alteraciones son difíciles de observar, por lo que, a veces, el especialista necesitará un EEG en deprivación de sueño (sin que el niño duerma), o registrar la actividad cerebral durante el sueño nocturno.

 

Si se sospecha una causa concreta de epilepsia (epilepsia sintomática) pueden hacerse otras pruebas, como una Resonancia Nuclear Magnética (RNM), un TAC, análisis e incluso estudios genéticos.

 

¿Cuáles son las causas de la epilepsia infantil?

Hay diversos factores que pueden indicar epilepsia. No obstante, será el neuropediatra quien determine la relación con los síntomas que sufre el niño, y así establecer la causa. En 7 de cada 10 casos de epilepsia infantil no pueden identificarse las causas pero, entre otros factores, se encuentran:

  • Problemas al desarrollarse el cerebro durante el embarazo.
  • Traumatismos craneoencefálicos.
  • Falta de oxígeno durante o después del parto.
  • Tumores cerebrales, aunque es algo poco habitual en niños.
  • Convulsiones febriles muy prolongadas.
  • Meningitis o encefalitis.
  • Antecedentes familiares de crisis epilépticas o convulsiones febriles.

 

¿Se puede prevenir?

Es difícil prevenir la epilepsia en sí. Pero, en general, deberían adoptarse hábitos de vida que puedan disminuir el riesgo de crisis epilépticas. Algunas recomendaciones para los niños son:

  • Dormir entre 8 y 10 horas, según la edad.
  • Respetar los horarios de levantarse y acostarse.
  • Ver la televisión a una distancia de más de 2 metros, con luz ambiental.
  • No abusar de los videojuegos y consolas, siendo conveniente limitarlos en el tiempo, con intervalos de descanso.
  • Limitar las bebidas estimulantes.
  • En jóvenes epilépticos, el alcohol, los estimulantes y fármacos que actúen sobre el sistema nervioso están contraindicados.
  • En jóvenes tampoco se recomienda la asistencia regular a lugares donde haya una sobreestimulación del sistema nervioso, tales como salas de fiesta, discotecas, etc.
  • No se recomienda una alteración del horario de sueño habitual.

 

Por otra parte, es importante que en el colegio se conozca el diagnóstico y tratamiento del niño, así como en cualquier actividad extraescolar, sobre todo en actividades deportivas que puedan conllevar cierto riesgo (natación, etc.), y que no debería realizarlas solo.

 

Tratamientos para la epilepsia infantil

Normalmente el tratamiento para la epilepsia infantil es farmacológico, y existen múltiples medicamentos antiepilépticos. El tipo y dosis se administra, normalmente, según el peso, la edad del niño y el tipo de epilepsia, así como los posibles efectos adversos que pueda ocasionarle o interacciones con otros medicamentos.

 

La mayoría de tratamientos cumplen perfectamente con su objetivo: eliminar las crisis lo antes posible, con un solo fármaco, sin interferir en las actividades de la vida diaria del niño y sin efectos secundarios.

 

Solamente algunas epilepsias (sintomáticas, sobre todo), son de difícil control, por lo que será necesario más de un medicamento. No obstante, en la actualidad hay muchas sustancias nuevas que controlan mejor las crisis en este tipo de epilepsias, mejorando también la tolerancia.

 

La cirugía de la epilepsia tiene cabida en casos muy específicos que no responden bien al tratamiento farmacológico. El especialista en Neurología y en Neurología Infantil deberá valorarlo muy bien.

 

¿Qué especialista lo trata?

Los especialistas que tratan la epilepsia infantil son los neurólogos y neurólogos infantiles.

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