Síntomas de la válvula aórtica bicúspide
Esta deformidad, si no está asociada a otras cardiopatías, no presenta síntomas específicos (como mucho una sensación de agotamiento, palpitaciones y mareos) y no compromete el estilo de vida del paciente. Sin embargo, a medida se envejece, esta condición, si no se diagnostica y controla, puede empeorar y llevar a otros problemas, como la estenosis aórtica y la insuficiencia aórtica.
Diagnóstico de la válvula aórtica bicúspide
El diagnóstico de la válvula aórtica bicúspide consiste en un ecocardiograma. La gravedad depende de la diferencia de presión entre el interior del ventrículo izquierdo y la aorta después de la válvula: a mayor diferencia, más grave es la patología.
¿Cuáles son las causas de la válvula aórtica bicúspide?
Las principales causas de la válvula aórtica bicúspide son de origen genético. Se estima que entre el 10% y el 20% de las personas con parientes de primer grado afectados por esta afección presentan la misma anomalía. También se han identificado algunas mutaciones genéticas leves relacionadas con la válvula aórtica bicúspide, pero aún no se ha establecido una relación directa con una de las alteraciones.
¿Se puede prevenir?
La válvula aórtica bicúspide no se puede prevenir debido a su naturaleza genética.
Tratamientos para la válvula aórtica bicúspide
El tratamiento es de tipo farmacológico en los casos leves de válvula aórtica bicúspide, para aliviar el daño de la obstrucción o de la insuficiencia valvular; en los casos más graves, el tratamiento es de tipo quirúrgico y consiste en la inserción de una prótesis valvular de material sintético o biológico.
¿A qué especialista hay que dirigirse?
En el caso de una válvula aórtica bicúspide, se aconseja acudir a un experto en cardiología o en cirugía cardíaca.