¿Cómo se detecta una alteración o disfunción hepática?

Escrito por: Dr. Andrés Varela Silva
Publicado: | Actualizado: 17/06/2024
Editado por: Nerea Colomé Lamas

Una alteración hepática es un término amplio que se refiere a cualquier desviación del estado fisiológico normal del hígado, que puede resultar en una disfunción hepática. En este artículo, el Dr. Andrés Valera Silva, especialista en Aparato digestivo, explica la importancia de llevar un ritmo de vida saludable, en todos los aspectos, con la función hepática.

 

Las alteraciones en el funcionamiento del hígado se suelen detectar como anomalías en la analítica de las pruebas de función hepática y como alteraciones en las pruebas de imagen   para el estudio del hígado en una ecografía, un TAC, etc., anticipadas en algunas ocasiones por los pacientes.

 

daño-hepatico
En las fases iniciales de la enfermedad hepática pueden
ser asintomáticos o presentar síntomas mínimos

 

¿Qué pruebas médicas se utilizan para diagnosticar las alteraciones hepáticas?

Los test sanguíneos son fundamentales para conocer el estado del hígado y permiten elaborar algoritmos que son muy útiles para conocer el estado de la enfermedad hepática.

 

Las pruebas de imagen, como la ecografía abdominal, el TAC, la resonancia, la gastroscopia y otras técnicas como el fibroscan y la biopsia hepática, nos permiten conocer el estado actual y realizar el seguimiento de la enfermedad hepática.

 

 

¿Cuáles son las diferencias entre la esteatosis hepática, la hepatitis y la cirrosis y cómo afectan al funcionamiento del hígado?

La esteatosis hepática, la hepatitis y la cirrosis son condiciones hepáticas que afectan al hígado de diferentes maneras. La esteatosis hepática es la acumulación de grasa en el hígado, la hepatitis es la inflamación del hígado, y la cirrosis es el daño hepático avanzado con la presencia de fibrosis extensa. Cada una de estas condiciones puede progresar a la siguiente si no se trata adecuadamente, subrayando la importancia de la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado para mantener la salud hepática.

 

Esteatosis hepática

La esteatosis hepática, comúnmente conocida como hígado graso, es la acumulación excesiva de grasa en las células del hígado. Esta condición puede ser causada por diversos factores, como el consumo excesivo de alcohol, la obesidad, la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico y el uso de ciertos medicamentos. En sus etapas iniciales, la esteatosis hepática no suele causar daño significativo al hígado y, a menudo, no presenta síntomas. Sin embargo, si no se aborda adecuadamente, puede progresar a una inflamación y daño hepático más severo. Los pocos síntomas que pueden aparecer incluyen fatiga y malestar en la parte superior derecha del abdomen.

 

Hepatitis

La hepatitis se refiere a la inflamación del hígado y puede ser aguda o crónica. Existen varias causas de hepatitis, entre las que destacan las infecciones virales (como los virus de la hepatitis A, B, C, D y E), el consumo excesivo de alcohol, las toxinas, ciertos medicamentos y enfermedades autoinmunes. La inflamación provocada por la hepatitis puede dañar las células hepáticas, lo que potencialmente conduce a fibrosis y, en casos severos, a cirrosis. Los síntomas de la hepatitis pueden variar, pero comúnmente incluyen fatiga, fiebre, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor abdominal, ictericia (color amarillento de la piel y los ojos) y orina oscura.

 

Cirrosis

La cirrosis es una etapa avanzada de daño hepático en la que el tejido cicatricial reemplaza el tejido sano del hígado, impidiendo su correcto funcionamiento. Esta condición puede resultar de una hepatitis crónica, el consumo prolongado de alcohol, una esteatosis hepática avanzada, enfermedades autoinmunes y otros factores como la fibrosis quística y la hemocromatosis.

 

La cirrosis afecta gravemente la capacidad del hígado para realizar sus funciones vitales, incluyendo la desintoxicación de la sangre, la producción de proteínas esenciales y la regulación del metabolismo. Los síntomas de la cirrosis son más severos e incluyen fatiga extrema, ictericia, hematomas y sangrado fácil, hinchazón en las piernas y el abdomen (edema y ascitis), confusión y encefalopatía hepática, y varices esofágicas que pueden sangrar.

 

 

¿Cuáles son los tratamientos disponibles para las alteraciones hepáticas y qué factores influyen en la elección del tratamiento más adecuado para cada paciente?

Siempre tenemos que realizar un estudio pormenorizado para conocer las causas de la enfermedad hepática que puede ser única o múltiple.

 

El tratamiento específico de la causa (etológico) es lo que nos va a dar más posibilidades de controlar la enfermedad, ayudado por otros factores importantes como la dieta y los hábitos saludables de vida.

 

Los tratamientos empleados pueden ser farmacológicos (antivirales, corticoides, etc.), quirúrgicos (resecciones de tumores, trasplante hepático, etc.) y tratamientos de soporte de circunstancias concretas (encefalopatía, hipertensión portal, ascitis, etc.).

 

La elección del tratamiento más adecuado se basa en una evaluación integral del paciente y debe involucrar un enfoque multidisciplinario.

*Перевод с переводчиком Google. Мы приносим извинения за любые несовершенства

Por Dr. Andrés Varela Silva
гастроэнтерология

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