¿Por qué se realiza?
El otorrinolaringólogo puede proponer la cirugía si la respiración se ve afectada debido a la desviación del tabique nasal.
¿En qué consiste?
Si el tabique está muy desviado, puede ser necesario extirparlo completamente, enderezarlo y luego reinsertarlo. En otros casos, sin embargo, la intervención puede realizarse por vía endonasal, o desde dentro de las fosas nasales.
Durante la operación, se extraen porciones de cartílago y a veces pequeños trozos de hueso que provocan la desviación.
Preparación para la septoplastia
En primer lugar, el médico realiza un examen cognitivo clínico para poder conocer la historia clínica del paciente. También se debe realizar un reconocimiento físico para conocer el estado de salud del paciente y la forma exacta de la nariz. Se debe evitar fumar y tomar medicamentos antiinflamatorios no esteroideos durante dos semanas antes y después de la cirugía.
Recuperación postoperatoria
Al final de la operación, será necesario colocar dos apósitos con una semana de diferencia entre sí para controlar el proceso de cicatrización y eliminar las posibles adherencias. La aplicación de ácido hialurónico puede ayudar durante la cicatrización y reconstrucción del tejido. Alrededor de una semana después de la cirugía, los huesos y el cartílago deben completar el proceso de curación; para que la nariz se desinfle y la mucosa sane, sin embargo, habrá que esperar alrededor de dos semanas desde la operación.
Tratamientos alternativos
En los casos en que la desviación es pequeña, una alternativa a la cirugía son los láseres de contacto. En este caso, la desviación se rectifica mediante septoplastia asistida por láser. Este método permite que la desviación se resuelva sin dolor durante o después de la operación, produce menos sangrado y cicatriza más fácilmente.