¿Qué es la revascularización coronaria?
La revascularización coronaria es una cirugía en la que se crea una derivación o bypass para que la sangre y el oxígeno puedan evitar un bloqueo y llegar al corazón. Según la situación del paciente y la gravedad de la patología puede ser que el especialista decida proceder a este u otros procedimientos.
¿Por qué se realiza?
La revascularización coronaria se realiza si un paciente tiene un bloqueo en una o más arterias coronarias, que son los vasos sanguíneos que suministran el oxígeno y los nutrientes a la sangre. Cuando estas arterias se bloquean no llega suficiente sangre al corazón, patología que se conoce como cardiopatía isquémica o arteriopatía coronaria.
Esta cirugía puede mejorar la circulación al corazón, aunque es solo uno de los múltiples métodos a los que se puede recurrir. El especialista realizará el diagnóstico del paciente y decidirá junto a este cuál es el mejor procedimiento para combatir su patología y mejorar su calidad de vida.
¿En qué consiste?
Se trata de una cirugía que realiza el cirujano especialista en Cardiología. La intervención se desarrolla, en primer lugar, con un corte de unos 25 centímetros en la mitad del tórax, posteriormente se separa el esternón para crear una abertura y así permitir al cirujano ver el corazón y la aorta, el principal vaso sanguíneo que va del corazón al resto del cuerpo.
La mayoría de pacientes están conectados a una bomba de derivación o sistema de circulación extracorporal durante la intervención. El corazón se detiene mientras el paciente está conectado a la máquina y esta realiza su función y la de los pulmones durante la cirugía. La máquina aporta oxígeno a la sangre y la hace circular por el cuerpo eliminando el dióxido de carbono.
Otro tipo de revascularización coronaria consiste en la realización de la intervención sin el método de circulación extracorporal, que se desarrolla mientras el corazón sigue latiendo.
En la intervención el especialista realiza un desvío o injerto mediante una vena o arteria de otra parte del cuerpo, normalmente la vena safena que se encuentra en la pierna. Para llegar a esta vena se hace una incisión en la pierna y en un extremo del injerto se sutura la arteria coronaria y en el otro una abertura hecha en la aorta. También pueden utilizarse otras venas o arterias como la arteria mamaria interna o la arteria radial en la muñeca.
Tras haberse creado el injerto se cierra el esternón con alambres o cables que permanecerán dentro del cuerpo y se cerrará la incisión con puntos de sutura. Es una intervención que puede desarrollarse entre 4 y 6 horas y al acabar el paciente será trasladado en una unidad de cuidados intensivos.
Preparación para la revascularización coronaria
Antes de someterse a la cirugía es preciso que el paciente informe a su especialista de aquellos medicamentos que ha estado tomando, puesto que estos pueden interferir en el correcto desarrollo de la intervención. Por otra parte, es preciso tener en cuenta algunos datos importantes antes de la cirugía:
- Durante los días anteriores:
- El especialista puede considerar que el paciente deje de tomar algunos fármacos que puedan dificultar la coagulación de la sangre.
- El paciente debe dejar de fumar
- Es preciso que el especialista sea informado de cualquier otra patología como un resfriado, gripe, fiebre, herpes, etcétera.
- El día antes de la cirugía:
- Ducharse y lavarse correctamente. En ocasiones puede que se le facilite un jabón especial.
- El día de la cirugía:
- No beber ni comer nada después de medianoche antes del procedimiento y enjuagarse la boca con agua si la siente reseca.
Cuidados tras la intervención
El paciente permanecerá en el hospital de 3 a 7 días tras la intervención. La primera noche la pasará en la unidad de cuidados intensivos y posiblemente lo trasladen a una sala regular pasadas las 24 o 48 horas.
Durante estos días el paciente tendrá dos o tres sondas en el pecho para drenar el líquido de la zona del corazón, aunque se retirarán a los tres días tras la cirugía. También es posible que se le aplique un catéter en la vejiga para drenar la orina, aunque pueden suministrarse los líquidos por vía intravenosa. Por otra parte, estará conectado a máquinas para monitorizar su pulso, temperatura y respiración.
También es posible que tenga múltiples alambres de pequeño tamaño conectados a un marcapasos, los cuales se retirarán antes de su salida del hospital. Al cabo de unos pocos días podrá empezar a realizar algunas actividades y empezará un programa de rehabilitación cardíaca.
Tras la intervención será preciso no fumar, seguir una dieta saludable, tratar la hipertensión arterial y controlar la glucemia alta (en caso de padecer diabetes) y el colesterol alto.
Alternativas a este tratamiento
Como se ha comentado anteriormente, cada caso es distinto y es probable que según la situación de cada paciente el tratamiento pueda variar. Por lo que la revascularización coronaria es solo uno de los múltiples procedimientos a los que se puede recurrir para la mejora del riego sanguíneo. Otra de las técnicas puede ser la angioplastia.