1- ¿Qué es la microbiota oral?
2- ¿Cuál es su función?
3- ¿Qué patologías puede desarrollar?
4- ¿Qué tipo de tratamientos existen?
5- ¿A qué especialista se debe acudir?
La microbiota es el conjunto de microorganismos que viven en el cuerpo humano. Si bien hasta hace poco tiempo se consideraban bacterias que se debían erradicar, actualmente se sabe que en realidad cumplen una función importante para la salud, siempre y cuando estén en equilibrio.
Hasta el momento se ha identificado más de 700 especies microbianas que se encuentran en el ecosistema de nuestra boca. A nivel general, una microbiota oral saludable está compuesta por firmicutes, entre los que se destacan el Streptococcus, Veillonella y Lactobacillus, bacteroides y actinomyces.
Las bacterias que se encuentran en la cavidad oral actúan entre sí de manera simbiótica, pero es importante que se encuentren en equilibrio, lo que se conoce como eubiosis. Cuando la microbiota oral está sana tiene diversas funciones.
En primer lugar, cumple un papel metabólico, ya que puede convertir el nitrato de los alimentos en nitritio, que actúa como antiinflamatorio y antimicrobiano. Este tipo de óxido tiene una función muy importante en la salud intestinal y oral.
Por otro lado, cuando existe una microbiota sana, ésta ayuda a evitar los agentes patógenos. Es decir, genera unas condiciones que no son favorables para el crecimiento de bacterias que generan enfermedades periodontales, como la caries y la gingivitis.
En tercer lugar, la microbiota ayuda a mantener sanas las mucosas y favorece el sistema inmunitario.
Si bien la microbiota oral puede ser beneficiosa para la salud bucal e intestinal, en muchas ocasiones se produce un desequilibrio entre los microorganismos y se genera una disbiosis. Esas condiciones generan bacterias que predisponen a la aparición de caries, periodontitis y otras enfermedades.
Las causas de este tipo de desequilibrio son múltiples:
- Consumo de azúcar, alcohol y tabaco en exceso.
- Diabetes mellitus.
- Uso de antibióticos o colutorios orales.
- Predisposición genética.
- Falta de higiene bucodental.
Para mantener sana la microbiota oral es fundamental tener en cuenta los hábitos de las personas:
- Reducir la ingesta de azúcar para evitar las bacterias que se alimentan de los hidratos de carbono.
- Mantener una adecuada higiene bucodental: cepillarse los dientes 2 o 3 veces por día y usar hilo dental periódicamente.
Por otro lado, también suele indicarse en estos casos un tratamiento con administración de probióticos, que equilibran los microorganismos, evitan el crecimiento de bacterias y ayudan a reestablecer la homeostasis.
Los especialistas en Odontología son los profesionales que suelen realizar diagnosticar y tratar las patologías asociadas a la microbiota oral como la disbiosis, la gingivitis y la periodontitis.