Las intolerancias alimentarias están presentes en el 30% de la población española
Autore:Se calcula que un 20% de la población sufrirá alguna intolerancia alimentaria a lo largo de su vida, por lo que los digestólogos recomiendan un diagnóstico con tests adecuados para identificarlas a tiempo.
Y es que cada vez son más las tiendas que ofrecen productos sin gluten, sin lactosa, sin huevo… y todo ello es porque el porcentaje de personas alérgicas e intolerantes a determinados alimentos ha aumentado.
¿Cuáles son las intolerancias alimentarias más comunes?
Existen ciertas intolerancias alimentarias que son más comunes:
- Las más frecuentes en España son la intolerancia a la lactosa, seguida de la intolerancia a la fructosa y al sorbitol. De hecho, se calcula que en nuestro país las presentan más del 30% de la población.
- Los casos de intolerancias al gluten o la proteína de trigo también han aumentado, algo muy distinto a la enfermedad celíaca.
Sin embargo, los especialistas en Cirugía General y Aparato Digestivo advierten de que los tests de intolerancia no validados científicamente pueden derivar en diagnósticos falsos y causar desajustes nutricionales.
Diagnósticos adecuados con tests probados científicamente
Los especialistas recomiendan que, ante la sospecha de que algún alimento no nos sienta bien, es importante acudir a un especialista para que el diagnóstico sea certero. Deberán hacerse análisis de sangre que incluyan parámetros nutricionales y, además:
- Tests de aliento para fructosa, lactosa o sorbitol, un azúcar-alcohol presente en algunas frutas que se emplea como edulcorante.
- Estudios de enfermedad celíaca con una serología específica para constatar la presencia de anticuerpos de esta patología en la sangre.
- Complementar la información con un estudio genético y endoscópico, en caso de que el especialista así lo considere.
Es importante que los tests de intolerancia estén validados científicamente porque, de lo contrario, puede conducir a falsas intolerancias. Los tests no validados científicamente suelen venderse en farmacias o en laboratorios, no solicitados habitualmente por un especialista. Estos tipos de análisis no aportan datos fiables sino que algunos de ellos solo indican que el cuerpo ha estado expuesto a X antígeno alimentario, lo cual no significa que sea responsable de los síntomas.
La intolerancia a la lactosa y al gluten, las intolerancias más frecuentes
La intolerancia a la lactosa es la más frecuente y en España afecta al 35-50% de la población. Suele manifestarse con hinchazón y dolor abdominal, gases, pesadez en el estómago y, en algunos casos, diarrea.
Le siguen, por número de afectados, la intolerancia a la fructosa, al sorbitol y al gluten (o sensibilidad al gluten no celíaca). Esta última es relativamente “moderna” y no demasiado fácil de diagnosticar. Los pacientes que tienen sensibilidad al gluten son aquellos negativos en diagnósticos de celiaquía (también en la alergia al trigo) pero que, sin embargo, notan una mejora cuando no comen gluten. Se calcula que un 6% de la población podría tener sensibilidad al gluten.
Diferencia entre intolerancia y alergia
Es importante diferenciar entre intolerancia alimentaria y alergia. La intolerancia es una reacción adversa que el cuerpo experimenta tras ingerir un alimento en concreto, sin que en ello participe el sistema inmune, algo que sí que ocurre en las alergias alimentarias.
De hecho, las intolerancias alimentarias son entre 5 y 10 veces más frecuentes que las alergias alimentarias. Existen, además, diversos subtipos según si existe un déficit enzimático que dificulta la digestión o si hay una liberación de aminas vasoactivas desencadenada por la ingesta de un alimento que conlleve a la aparición de reacciones clínicas gastrointestinales y neurálgicas.
Los especialistas recomiendan evitar dietas que excluyan ciertos alimentos sin tener un diagnóstico adecuado, ya que una dieta restrictiva sin indicación médica podría producir déficits nutricionales importantes, así como dificultar el diagnóstico de enfermedades tipo la celiaquía o la enfermedad inflamatoria intestinal.