¿En qué consiste la enteroscopia?
El procedimiento consiste en introducir al paciente un endoscopio o enteroscopio hasta llegar al intestino. La entrada puede ser mediante la boca o mediante el ano.
El enteroscopio es un fino tubo con una cámara en el extremo que permite ver al especialista en Aparato Digestivo el interior del intestino del paciente. En la enteroscopia de doble balón, el enteroscopio incluye un balón de aire que se insufla en el intestino para ampliar la zona a observar.
Si es necesario, en la enteroscopia se puede extraer una muestra de tejido mediante biopsia para analizar en laboratorio.
¿Por qué se realiza?
La enteroscopia se realiza para el diagnóstico de diversas patologías del intestino delgado, sobre todo en casos de tumores, hemorragias digestivas o casos de diarrea de origen desconocido. También suele realizarse cuando se han obtenido resultados anormales en una prueba de imagen (como la radiografía) y el especialista busca concretar el diagnóstico.
Preparación para la enteroscopia
Antes de una enteroscopia, el paciente no puede tomar productos con ácido acetilsalicílico durante una semana previa a la prueba, así como no podrá consumir alimentos sólidos ni productos lácteos a partir de la medianoche del día de la enteroscopia. Finalmente, deberá presentarse a la prueba en ayunas: no podrá comer ni beber durante las 4 a 8 horas previas.
El paciente deberá informar al especialista sobre los medicamentos que está tomando para saber si pueden influir en la enteroscopia.
¿Qué se siente durante el examen?
En función del caso, la enteroscopia puede realizarse con anestesia local con sedación o con anestesia general, para que el paciente no sienta molestia.
Tras el examen, puede presentar hinchazón abdominal y cólicos, debido al aire que se bombea dentro del intestino durante la observación. Estos síntomas remitirán con normalidad con el paso del tiempo.
Significado de resultados anormales
Cuando los resultados de la enteroscopia resultan anormales, pueden alertar de múltiples patologías del aparato digestivo. Las más frecuentes son: