Vaginoplastia: la importancia de lograr resultados naturales y discretos

Después de muchos años tratando el mejoramiento de los órganos genitales, he podido comprobar que el deseo que despierta en las distintas franjas de edad, se sustenta en una premisa común: el embellecimiento global corporal, ya que el interés por mejorar no disminuye con la edad, sino más bien todo lo contrario. Al realizar este tipo de tratamientos, se debe tener en cuenta la adecuación a las expectativas personales de proporción y, a su vez, a la naturalidad y discreción en los resultados.

¿Por qué se realiza la vaginoplastia?

Existen amplias variaciones tanto en el aspecto como en las dimensiones de los labios menores, labios mayores, vulva y vagina en general. Hay alteraciones, asimetrías o, incluso, agrandamientos que pueden estar desde el nacimiento y constituyen un aspecto genético, o surgir después de la maternidad, incluyendo secuelas de episiotomías y oscilaciones de peso, o con la edad.

Las motivaciones para mejorar su apariencia y obtener un rejuvenecimiento con resultados armónicos son muy diversas. Las pacientes manifiestan principalmente una incomodidad al utilizar diversas prendas, como pantalones, ropa de baño, indumentaria deportiva, o al realizar ejercicio físico y mantener relaciones sexuales.

¿En qué consiste la labioplastia y el rejuvenecimiento vaginal?

Estas técnicas quirúrgicas de vaginoplastia buscan embellecer los genitales externos y recuperar signos juveniles. Para ello, se reafirma y se realiza un estrechamiento de vulva, un aumento con lipo-infiltración e, incluso, se reducen los labios mayores.

Además, existen numerosas técnicas de remodelación de labios menores adaptadas al tipo de excedente que presente la paciente, o discordancias en pigmentación externa e interna.

Alternativas quirúrgicas

Además de estas técnicas de vaginoplastia, se pueden corregir alteraciones congénitas como la ausencia de la vagina, una cavidad corta o insuficiente, situaciones de ambigüedad o intersexuales con genitales inadecuados y las consecuencias de trastornos endocrinos, como el clítoris agrandado. Se proponen también cirugías para tratar infecciones que afectan a ambos géneros, como hidrosadenitis crónica y sinus pilonidal.

En otros casos, la intervención pretende reparar consecuencias indeseables de algún padecimiento o intervención previa, como deformidades y contracturas, mutilaciones rituales, traumáticas o incluso quirúrgicas por enfermedad tumoral previa.
 

¿Cómo debe realizarse el procedimiento? ¿Qué técnicas se emplean?

La intervención debe realizarse de forma idónea, si realmente buscamos un resultado excelente y estable. Es necesario conocer al especialista en Cirugía Plástica y asegurarnos que realmente ha obtenido a lo largo de los años una especialización en estas técnicas. Es decir, se deben realizar en un quirófano, dentro de un centro hospitalario homologado, y nunca en un sillón o camilla de consultorio.

Suele emplearse anestesia por bloqueos e infiltración local, pero sin necesidad de ingreso en hospital. La duración de esta intervención es aproximadamente de hora y media, o algo más de dos horas, según las técnicas a realizar para corregir todas las anomalías.

¿Cómo es el postoperatorio de una labioplastia?

Se trata de una cirugía que, en manos realmente expertas, presenta riesgos muy reducidos, con un curso postoperatorio muy simple y llevadero. Para facilitar el cumplimiento de curas y cuidados, se entregan instrucciones detalladas muy comprensibles, y que a la vez permite gran autonomía para las actividades de la vida diaria.

La apariencia de los resultados obtenidos es inmediata, aunque durante el transcurso de semanas sucesivas se esculpe todavía más la apariencia deseada.

El restablecimiento de actividades deportivas de esfuerzo se realiza, aproximadamente, a partir del mes de la intervención.