Las células malignas pueden invadir otros tejidos y partes del cuerpo, proceso que se conoce como metástasis. Los cánceres más comunes son el de piel, el de pulmón, el de mama y el colorrectal.
La malignidad del cáncer es variable, según la agresividad de las células y las demás características biológicas de cada tipo tumoral. Normalmente las células cancerosas se caracterizan por no tener el control reproductivo que requiere su función original, perdiendo las características originales y adquiriendo otras que no le corresponden, tales como la capacidad de invadir progresivamente los órganos próximos, creciendo y dividiéndose más allá de los órganos límites normales del órgano y expandiéndose por el cuerpo a través del sistema linfático o circulatorio, pudiendo provocar nuevos tumores en otras partes del cuerpo.
El cáncer puede afectar a todas las edades, incluso a fetos, pero el riesgo de sufrirlo se incrementa con la edad.
Hay más de 100 tipos de cáncer diferentes. Normalmente reciben el nombre del órgano o tejido donde tienen lugar. Algunas de las categorías de cánceres que empiezan en algunas células concretas son:
- Carcinoma. Son los más comunes. Se forman en las células epiteliales, es decir, las que cubren las superficies del cuerpo. Hay de distintos tipos: adenocarcinoma (se forma en las células que producen fluidos o mucosidad, y son la mayoría de cánceres de mama, colon y próstata), carcinoma de células basales (empieza en la base de la epidermis), carcinoma de células escamosas (células que están debajo de la superficie exterior de la piel y otros órganos, como el estómago, los intestinos, los pulmones, la vejiga y los riñones) y carcinoma de células de transición (se forma en un tejido epitelial llamado epitelio de transición o urotelio, y está en el revestimiento de la vejiga, uréteres y en parte de los riñones).
- Sarcoma. Se forman en el hueso y tejidos blandos, incluso en músculos, tejido adiposo, vasos linfáticos, vasos sanguíneos y tejido fibroso, como ligamentos y tendones. El osteotoma es el sarcoma de hueso más común. En los tejidos blandos son el sarcoma de Kaposi, el leiomiosarcoma, el histiocitoma fibroso maligno, el liposarcoma y el dermatofibrosarcoma protuberante.
- Leucemia. Cáncer que empieza en los tejidos que forman la sangre, en la médula ósea. No forma tumores sólidos sino que los glóbulos blancos anormales se acumulan en la sangre y en la médula ósea y desplazan los glóbulos normales de la sangre. Esto puede hacer que el cuerpo lleve con dificultad oxígeno a los tejidos, que el cuerpo no controle las hemorragias o no pueda combatir las infecciones.
- Linfoma. Es un cáncer que empieza en los linfocitos, es decir, los glóbulos blancos que combaten las infecciones y enfermedades, y que forman parte del sistema inmune. Los linfocitos anormales pasan a acumularse en los ganglios linfáticos y en los vasos, así como en otros órganos.
- Mieloma múltiple. Es un cáncer que se origina en las células plasmáticas (también inmunitarias). Las células anormales plasmáticas (células de mieloma) se van acumulando en la médula ósea y formando tumores en todo el cuerpo.
- Melanoma. Es el cáncer que se origina en las células que se convierten en melanocitos, es decir, aquellas especializadas en producir melanina (pigmento que da el color a la piel). La mayoría de ellos se forman en la piel, pero también pueden aparecer en otras zonas con pigmento, como los ojos.
- Tumores de cerebro y médula espinal. Hay distintos tipos y se les denomina según la célula donde se formaron y donde primero se formó el tumor en el sistema nervioso central. Los tumores del cerebro pueden ser benignos o malignos.
- Tumores de células germinativas. Empiezan en las células que forman los espermatozoides o los óvulos. Pueden ocurrir en cualquier parte del cuerpo y ser malignos o benignos.
- Tumores neuroendocrinos. Se forman en las células que secretan hormonas en la sangre, como respuesta a alguna señal del sistema nervioso. Pueden producir hormonas en cantidades mayores de lo normal. También pueden ser benignos o malignos.
- Tumores carcinoides. Son un tipo de tumor neuroendocrino. Crecen lentamente y se suelen hallar en el aparato gastrointestinal, sobre todo en recto e intestino delgado, aunque también pueden diseminarse al hígado y otras partes del cuerpo.
Pronóstico de la enfermedad
En general el cáncer conduce a la muerte si el paciente no recibe tratamiento adecuado. El riesgo de sufrir cáncer incrementa con la edad y causa el 13% de todas las muertes.
Las probabilidades de supervivencia, una vez hecho el diagnóstico, dependen de si el tumor ha sido identificado de manera precoz y del tipo de cáncer, ya que algunos serán mucho más agresivos que otros. A excepción del carcinoma de piel, que suele curarse en casi el 100% de casos, el cáncer es curable en el 50% de pacientes. Influirán en el pronóstico:
- El tipo histológico con grado de diferenciación celular.
- La localización del tumor.
- Cuán extendida esté la enfermedad.
- La edad que tenga el paciente.
- El estado funcional del paciente.
Síntomas de cáncer
Los síntomas del cáncer dependerán de su localización, su tamaño y cuán afectado esté el órgano o los tejidos. Si el cáncer se ha convertido en metástasis los síntomas podrán aparecer en distintas partes del cuerpo.
Según va creciendo el tumor empieza a hacer presión en los órganos cercanos, en los nervios y en los vasos sanguíneos. Esta presión, en algunos casos, provoca síntomas, sobre todo si se ubica en determinadas partes, como el cerebro.
Otros síntomas que puede provocar un cáncer son fiebre, cansancio o pérdida de peso. Esto se debe a que las células cancerosas emplean mucha energía del cuerpo o también a que secretan sustancias que afectan a la manera en que el organismo produce la energía que obtiene de los alimentos. Por otra parte, el cáncer también puede hacer que el sistema inmunológico reaccione causando estos síntomas.
También puede haber otros síntomas más evidentes, según el órgano afectado. Algunos ejemplos son esputos con sangre en casos de cáncer de pulmón, problemas para orinar en cáncer de vejiga, hemorragia al defecar en el cáncer de colon, nódulos palpables en cáncer de mama, etc.
Pruebas médicas para el cáncer
Para el diagnóstico del cáncer lo primero es hacer una historia clínica detallada del paciente, para detallar los síntomas. A continuación se deberán hacer pruebas complementarias para confirmar el cáncer. El especialista en Oncología Médica decidirá qué pruebas son necesarias, pudiendo ser: radiografía de la zona donde se ubica el cáncer, endoscopia, análisis de sangre, ecografía, resonancia magnética o tomografía axial computerizada. Además, para un diagnóstico 100% fiable, será necesaria una biopsia, que permitirá el estudio histológico del tejido.
Por otra parte, también podrán hacerse algunos estudios genéticos o moleculares específicos:
- Biomarcadores. Son moléculas de la sangre o que se encuentran en los tejidos tumorales y no están normalmente en una célula normal. Su presencia sirve como indicador de un posible proceso patológico o riesgo de padecerlo. Se pueden estudiar marcadores proteómicos (proteínas), cromosómicos, genómicos o anomalías génicas en oncogenes.
- Gradación y estadificación. Se emplea para clasificar las células cancerígenas en cuanto a su diferencia de las células normales.
¿Cuáles son las causas del cáncer?
El cáncer no tiene una única causa sino que es el resultado de la interacción de muchos factores de riesgo. La mayoría de cánceres (90-95%) tienen como causa factores ambientales y el 5-10% se debe a factores genéticos. También hay otros factores que pueden causarlo:
- Índice alto de masa corporal.
- Baja ingesta de fruta y verdura.
- Falta de actividad física.
- Tabaquismo. El tabaco es la causa del 20% de muertes por cáncer.
- Alcohol.
- Infecciones virales (hepatitis B y C y Virus del Papiloma Humano), responsables de hasta el 20% de muertes por cáncer.
- Exposición a radiación. Hasta un 10% de cánceres invasivos se relacionan con exposición a radiación.
- Genética. Son mutaciones que inactivan genes cuya función es limitar la división de células y eliminar células muertas.
¿Se puede prevenir?
El cáncer no puede prevenirse pero sí existen factores que influyen en su aparición. Un tercio de las muertes por cáncer se debe a hábitos conductuales y dietéticos que pueden evitarse: índice alto de masa corporal, baja ingesta de fruta y verdura, falta de actividad física, tabaquismo y consumo de alcohol.
Tratamientos para el cáncer
El tratamiento del cáncer se basa en 4 puntos fundamentales: la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia. Otras vías de tratamiento, según el tipo de cáncer, su estadio y demás, también incluyen trasplante de médula ósea u hormonoterapia.
En cualquier caso, el tratamiento debe ser multidisciplinar, ya que normalmente los tumores afectan a diversos órganos y sistemas, aunque estén ubicados en un lugar concreto. Así, posiblemente intervengan el médico de familia, el cirujano, el radioterapeuta, el oncólogo y el especialista en cada área concreta, según la localización del cáncer: dermatólogo, ginecólogo, gastroenterólogo, neumólogo, etc.
Si existe una opción de tratamiento debe decidirse con el especialista. La respuesta al tratamiento puede ser completa, si han desaparecido todos los síntomas, o parcial, si hay una disminución de las lesiones.
También deberá decidirse antes de empezar el tratamiento si el objetivo es paliativo o curativo. Dado que algunos cánceres son de muy difícil curación si ya están muy avanzados, en algunos casos es preferible renunciar a la opción curativa y elegir un tratamiento paliativo que proporcione al paciente la mejor calidad de vida y el menor dolor posible.
¿Qué especialista lo trata?
El especialista que trata el cáncer es el experto en Oncología Médica. También intervendrán médicos de otras especialidades, en función de la localización del tumor: dermatólogo, ginecólogo, neumólogo, gastroenterólogo, entre otros. Además, el paciente también será visto por expertos radiólogos, anestesiólogos (en caso necesario y de cirugía) y otros profesionales, para asegurar el mayor control del cáncer y proporcionarle el mejor tratamiento.