¿Por qué se realiza?
La artroscopia de hombro permite tratar problemas de hombro que aparecen en pacientes con dolor en el hombro o limitación en el movimiento y que no ha presentado mejoría con el tratamiento médico y fisioterápico. Para este tipo de lesiones antes se requería de cirugías mucho más complejas, con periodos de recuperación más largos. En concreto, la artroscopia de hombro se emplea para 4 grupos de patologías:
- Síndrome subacromial
- Rotura del manguito rotador
- Inestabilidad del hombro y luxación de hombro
- Lesiones traumáticas: fracturas glenoideas, luxación acromio-clavicular y lesiones de partes blandas
¿En qué consiste?
La artroscopia de hombro se realiza con el paciente en quirófano, en posición semisentada o de lado, con un dispositivo de tracción-sujección del brazo que se intervendrá. A través de un portal posterior de visión el especialista introduce el artroscopio en la articulación gleno-humeral y, a continuación, hace un portal anterior para inspeccionar la articulación. Posteriormente visualizará el especio subacromial donde se encuentra la bursa, el manguito de los rotadores y el acromion, que son las estructuras anatómicas donde se ubica la patología subacromial. Una vez terminada la cirugía el especialista suturará los portales, colocará un vendaje que comprima y un cabestrillo.
Se aplicará anestesia locorregional a nivel del plexo braquial para dormir los nervios que van al brazo, además de una sedación. De esta manera el postoperatorio será más cómodo y con menos dolor que la cirugía convencional de hombro. La cirugía en sí dura entre 30 y 90 minutos, según la lesión y la patología a intervenir por el especialista en Traumatología.
Normalmente, tras la intervención, el paciente pasará una noche en el hospital, y será dado de alta al día siguiente, con las recomendaciones que debe seguir.
Preparación para la artroscopia de hombro
Antes de la intervención de artroscopia de hombro se deberá:
- Valorar previamente en consulta la lesión, para que el especialista decida los aspectos concretos de la intervención.
- Informar al especialista de la medicación que está tomando.
- Realizar un estudio preoperatorio basado en hemograma, bioquímica, coagulación, radiografía de tórax y ECG.
- No tomar alimentos sólidos ni líquidos durante las 8 horas previas a la operación.
Cuidados tras la intervención
Es muy probable que el paciente note molestias en los primeros días posteriores a la intervención, así como hinchazón. No obstante, desaparecerán al poco tiempo, con la medicación que le recomiende el cirujano.
También es necesario que el paciente lleve un cabestrillo para inmovilizar y mantener en reposo el brazo intervenido entre 2 y 4 semanas. El paciente deberá combinar el cabestrillo con flexo-extensiones de codo, así como mover los dedos de la mano. El especialista le recomendará cómo realizarlo.
Por otra parte, no deben mojarse las incisiones hasta que se retiren los puntos, a los 5-10 días de la intervención. Una vez retirados los puntos, será necesario un tratamiento de rehabilitación, que puede durar hasta 8 semanas. Poco a poco, y según la rehabilitación vaya avanzando, el paciente podrá ir haciendo más actividades, tales como conducir y, a los 2-4 meses, hacer ejercicio físico.
Alternativas a este tratamiento
La alternativa a la artroscopia de hombro será cualquier técnica quirúrgica convencional. Sin embargo, todas ellas suponen más invasión en la articulación y un postoperatorio más complicado, con más dolor y tiempo de inmovilización.