¿Qué son los tumores malignos de hipofaringe?
Escrito por:La hipofaringe está ubicada entre el esófago cervical y la orofaringe, por detrás de la laringe. Como tal, los tumores de hipofaringe suponen cerca del 6% del total de los tumores de cabeza y cuello, y el 75% se descubren en una fase ya avanzada.
¿Cómo es el cáncer de hipofaringe?
El cáncer de hipofaringe se trata de un tumor que tiene un pronóstico malo, con una tasa de supervivencia a cinco años de entre un 40 y un 70% si se diagnostica en un estadio precoz, y en un 35% en estadios avanzados.
Los principales signos y síntomas del cáncer de hipofaringe son el dolor al tragar los alimentos (odinofagia) y la disfagia.
En la hipofaringe, los tumores más habituales son los que afectan a los senos piriformes, con porcentajes que superan el 75%. Otras localizaciones, aunque menos frecuentes, son la pared posterior faríngea y el área retrocricoidea.
Factores de riesgo y casusas del cáncer de hipofaringe
El factor de riesgo más importante para desarrollar este cáncer, al igual que en el resto de tumores de las vías aerodigestivas superiores, es el tabaco. El riesgo de desarrollar estos tumores aumenta conforme aumenta el número de cigarrillos, así como el tiempo que dura el propio hábito de fumar.
Similar al efecto del tabaco, el alcohol es otro de los factores de riesgo principales. Así, el riesgo acumulado de desarrollar un cáncer de este tipo se dispara hasta cien veces más en personas fumadoras o consumidoras de alcohol.
En otro tercio, el síndrome de Plummer-Vinson está relacionado con un riesgo más elevado de desarrollar tumores bajos de hipofaringe y de esófago. El síndrome de Plummer-Vinson consiste en: la presencia de estructuras membranosas, disfagia y anemia.
Por último, estar expuesto a algunos tóxicos (amianto, caucho, carbón, polvo de acero, asbesto), o humos tóxicos, estar expuesto en un interior en el que existe aire con polución de derivados de residuos agrícolas, madera, ácido sulfúrico o carbón.
¿Cómo se diagnostican estos tumores?
Para poder hacer un diagnóstico correcto de este tipo de tumores es necesario realizar una anamnesis completa, así como de una exploración exhaustiva del área de Otorrinolaringología, en la que se incluirán pruebas de diagnóstico por imagen, así como una exploración mediante endoscopia.
Además de valorar el estadio de los tumores en sí, es necesario valorar el estado nutricional del paciente, así como su potencial pérdida de peso progresiva. También deben valorarse las posibles enfermedades pulmonares y/o cardiovasculares, que pueden tener relación con los factores de riesgo.
La exploración física mediante endoscopia debe hacerse durante la maniobra de Valsalva (el esfuerzo para exhalar sin permitir que el aire se escape por boca o nariz), en fonación y en reposo. Así, esta exploración permitirá conocer tanto la extensión de la superficie del tumor, los signos de infiltración de la laringe y la función residual del complejo laringe-hipofaringe.
Por su parte, las pruebas de diagnóstico por imagen son fundamentales para conocer el estado del tumor, así de como afecta a nivel local, regional o a distancia. Las pruebas que se realizan son la Tomografía Computarizada (TC) y la Tomografía por emisión de positrones-tomografía computarizada (PET-TC).
¿Cómo se tratan los tumores malignos de hipofaringe?
Los tumores de la hipofaringe afectan al funcionamiento de la laringe, por lo que en la intervención se debe prestar especial atención a mantener su funcionamiento.
Normalmente, estos tumores suelen pasar inadvertidos hasta que se encuentran en estadios avanzados. Habitualmente, tienen una extensión submucosa que afectan a zonas colindantes.
Por ello, para conseguir unos márgenes oncológicos adecuados, es necesario proceder con una cirugía radical con laringectomía, aunque esta no esté directamente afectada. Es por ello que, actualmente, la cirugía no es siempre el tratamiento inicial en estados avanzados, sino que se opta también por un tratamiento con radioterapia y/o quimioterapia.
En tumores en estadios iniciales, la cirugía transoral es el tratamiento de elección. El abordaje transoral mantiene la función del órgano, reduciéndose la morbilidad que se asocia a los procedimientos quirúrgicos. En esta línea, existen distintas modalidades terapéuticas cuyas diferencias se basan en la energía utilizada y la forma de visualizarlo: microcirugía láser transoral, cirugía transoral endoscópica con ultrasonidos, la microcirugía transoral con electrodos y la cirugía robótica transoral.
El abordaje transoral tiene como indicación principal las lesiones en la parte alta de la cara medial del seno piriforme, en las lesiones altas de la pared posterior de la hipofaringe y en el margen laríngeo lateral. Como el marco laríngeo no se altera, normalmente no es necesario que se realice una traqueotomía. Así, la función de la deglución postoperatoria mejora más rápido, acortándose también las estancias hospitalarias. No obstante, este abordaje estará contraindicado si existe compromiso cricoaritenoideo posterior, aritenoideo extenso o si existe una afectación importante en la base de la lengua o en el esófago cervical.
Si desea mas información, consulte con un especialista en Otorrinolaringología.