Los nuevos anticoagulantes: una puesta al día
Escrito por:En los últimos años, los conocidos o denominados como nuevos anticoagulantes orales y posteriormente anticoagulantes orales de acción directa se han ido incorporando poco a poco a la práctica clínica, desplazando progresivamente a los tradicionales.
Hoy en día, estos anticoagulantes de acción directa suponen más de un cuarto de los tratamientos anticoagulantes en nuestro país, aunque su principal limitación se encuentra en el campo económico. Estos nuevos medicamentos son caros, y más si se tiene en cuenta la cantidad de personas que necesitan anticoagulantes. De hecho, más de un millón de personas en España lo necesitan solo para tratar arritmias y fibrilación auricular, un hecho que constituye un remarcable gasto sanitario.
Los nuevos anticoagulantes tienen una administración sencilla, ya que son estables y no necesitan control. Además, cabe mencionar que las primeras investigaciones sobre su funcionamiento han mostrado resultados eficaces a nivel de seguridad hemorrágica y de anti trombos, por lo que se están cumpliendo las expectativas iniciales.
Terrenos por explorar
Por otro lado, debe comentarse que un problema pendiente, que es la falta y la necesidad de un antídoto específico que permita una mejor actuación frente a problemas hemorrágicos parece resuelto.
En la parte negativa, debe comentarse que mientras nos acostumbramos a estos productos y a su comodidad, aparecen nuevas investigaciones y evidencias que señalan puntos aparentemente conflictivos.
Lo más novedoso —a mi juicio— de estos estudios es el hallazgo de que, al llevarse a cabo una valoración sobre los niveles en sangre de estos nuevos anticoagulantes, en la mayor parte de los individuos se ha vuelto a producir una trombosis o una embolia a pesar de tomarlos correctamente, sus niveles tanto al final del día como antes de administrar la siguiente dosis son más bajos que en pacientes que no han tenido problemas de retrombosis.
No obstante, se tratan de estudios preliminares y que es necesario realizar una ampliación, aunque parece demostrarse que no todas las personas se beneficiarán igualmente de las mismas dosis del fármaco, sino que habría que dosificarlos y establecer dosis individualizadas.
Esto no implica la necesidad de llevar a cabo un exhaustivo control, ya que se trata de medicamentos estables y una vez que se ha establecido la dosis adecuada no se deberían hacer más controles, aunque sí se recomienda hacer un análisis general y al menos visitas de control cada seis meses.
Debe mencionarse también que estos anticoagulantes se han mostrado menos eficientes en pacientes con prótesis valvulares metálicas, aunque éste se trata de un grupo de pacientes poco importante.
Por último, algunos estudios señalan que existen trombos en la orejuela auricular y en la aurícula izquierda en pacientes afectados por fibrilación auricular, pese a recibir estos anticoagulantes.
Esto podría llegar a plantear algunas dudas sobre las posibles cardioversiones sin ecocardiografía tranesofágica en estos pacientes.
Por último y en conclusión, debe mencionarse que estos anticoagulantes de acción directa suponen un gran avance, aunque todavía quedan terrenos por ver y explorar y puede ser que estos no sean igual de eficaces para todos los pacientes.
Para más información sobre los nuevos anticoagulantes, consulte con un especialista en Hematología.