La alergia, la principal causa del asma bronquial

El asma bronquial es una de las enfermedades respiratorias más frecuentes que afecta a personas de todas las edades. Los especialistas en Alergología estiman que puede afectar a más de 300 millones de personas en todo el mundo, teniendo una prevalencia de entre el 1% y el 18% de la población.

Es una enfermedad inflamatoria crónica de las vías respiratorias en la que intervienen diversas células y mediadores de la inflamación. Presenta, en parte, una afectación debido a factores genéticos que cursa con una hiperreactividad bronquial de la vía aérea y una obstrucción variable del flujo aéreo. En un alto porcentaje de pacientes, el asma está asociada con la rinitis.

Una de las principales causas de esta enfermedad es la alergia. Existen los alérgenos ambientales, como ácaros del polvo doméstico, hongos, epitelios animales y pólenes de árboles y hierbas. De manera menos frecuente, también se dan exposiciones ocupacionales como contaminantes y tóxicos.

El asma puede presentar diversos grados de gravedad. La mayoría de pacientes presentan una afección leve controlada únicamente con unas medidas preventivas y una medicación puntual.

Síntomas del asma

Los síntomas que pueden presentarse son muy variados, aunque los principales son:

• Tos
• Disnea, sensación de falta de aire
• Sibilancias, ruido respiratorio por el paso del aire a gran velocidad a través de las vías aéreas estrechas
• Opresión torácica

Tratamiento del asma

Para poder establecer un tratamiento, lo principal es determinar la causa para conocer si hay algún alérgeno responsable y si éste puede evitarse.

Si la causa es un alérgeno como los epitelios animales, el asma puede evitarse. En el caso del polvo y de los hongos, aunque no pueden ser evitados completamente, sí que se puede intentar disminuir su exposición.

Respecto al polen, se ha de tener en cuenta que el paciente puede ser alérgico a distintos pólenes de plantas y que no siempre presentan una floración primaveral. La importancia de cada uno de ellos dependerá del lugar donde viva y/o trabaje el paciente. Los pólenes más frecuentes son los de gramíneas, olivo, plátano de sombra, ciprés, parietaria judaica y las plantas de la familia de las quenopodiáceas.

En el caso de que se haya determinado un alérgeno como causa del asma, se iniciará un tratamiento preventivo. Además, también es conveniente realizar un tratamiento farmacológico con broncodilatadores y antiinflamatorios. Por otro lado, está el tratamiento con inmunoterapia específica, que sólo pueden recibir algunos pacientes. Éste es el único que puede modificar el curso de la enfermedad.