Drenajes: ¿cuándo son realmente necesarios?

Escrito por: Dr. José María Triviño
Publicado:
Editado por: Inés Acuña

El doctor Triviño nos explica qué son los drenajes, tema alrededor del cual existen discrepancias entre los especialistas en Cirugía plástica, estética y reparadora y que puede generar dudas entre los pacientes, al no saber bien para qué sirven.


¿Qué es un drenaje?

Los drenajes son sistemas estancos de vaciado, que conectan el espacio de trabajo del cirujano con un depósito externo. En este último, se acumula el material que se produce de forma fisiológica en el proceso postquirúrgico, en su mayoría formado por suero y/o sangre. Este líquido se elimina de forma progresiva, con el objetivo de evitar su acumulación y el estrés que conllevaría para el organismo su reciclaje.
 

El uso de drenajes estará condicionado por la previsión
de la respuesta inflamatoria postquirúrgica.

 

¿Para qué sirve?

Tal y como ocurriría con una quemadura de la que surge una ampolla, procesos quirúrgicos como un implante mamario suponen una suerte de agresión para el cuerpo y, por lo tanto, también producirán la correspondiente e inevitable liberación de líquidos inflamatorios. Esos líquidos son, precisamente, el material sobre el que actúan los drenajes.

Así pues, existen muchos tipos de drenaje, así como diferentes tamaños y modelos. Cada uno está diseñado para el tipo de operación, buscando siempre una adaptación óptima al espacio de trabajo y la minimización de la molestia para el paciente. No obstante, todos los drenajes cumplen la misma función: eliminar el material inflamatorio para fomentar la recuperación del cuerpo tras la cirugía y ahorrar al organismo el esfuerzo de asimilarlo por sí mismo.

 

¿Cómo funciona un drenaje?

Para esto último, los especialistas hacen uso de un pequeño tubo del tamaño aproximado de la punta de un bolígrafo común. Este tubo conecta el espacio o cavidad sobre la que opera el cirujano (abdomen, mamas, etc.) con el depósito de vacío, que ejerce la fuerza de succión necesaria para retirar el líquido inflamatorio acumulado.


¿Cuándo es conveniente usarlo?

El criterio profesional para la utilización de un drenaje depende de la previsión del comportamiento inflamatorio que implique el proceso quirúrgico en cuestión. Así pues, procesos como resecar un lipoma suponen un riesgo de comportamiento inflamatorio reducido y, por tanto, la no utilización de drenaje podría estar justificada, puesto que su beneficio sería escaso o nulo. Por el contrario, en intervenciones más agresivas como una abdominoplastia, el uso de drenajes sería casi obligatorio.

Asimismo, algunos especialistas temen que el uso del drenaje sea visto, por el paciente, como un signo de menor confianza, experiencia o calidad técnica por parte del cirujano. Por lo tanto, muchos cirujanos fundamentan la falta de drenajes en sus intervenciones como una manera de generar confianza o hacer sentir cómodo al paciente. No obstante, descartar el uso de este sistema de vaciado en aquellas intervenciones de cirugía plástica en las que se prevé un componente inflamatorio relevante podría ser un error.  

 

¿Evitan el sangrado postquirúrgico?

Si bien los drenajes facilitan la identificación y reducción de sangrados descontrolados postoperatorios, no tienen efecto alguno sobre el riesgo de sangrado postquirúrgico. Es decir, que los drenajes no evitan los hematomas, únicamente minimizan sus consecuencias.

De la misma manera, la buena práctica del cirujano y su control sobre la hemostasia, aunque son fundamentales, no son suficientes para eliminar de forma absoluta el riesgo de un sangrado postquirúrgico. El drenaje debería ser, entonces, el mejor aliado para eliminar el componente inflamatorio y/o reducir la relevancia de los hematomas, si bien no eliminará el riesgo de sangrado.

En conclusión, todo cirujano deberá llevar a cabo un control riguroso del sangrado intraoperatorio, además de poder hacer uso de drenajes para aminorar las consecuencias en caso de que se ocasione un sangrado postoperatorio, pero la utilización de esta herramienta no exime al profesional de la supervisión del sangrado, ni viceversa. Son cuestiones independientes.  

 

¿Son molestos para el paciente?

 Si bien el drenaje puede ser incómodo para el paciente, la colocación del mismo es garantía de una recuperación mejor y más precoz. Esta proporciona al organismo un método añadido para la eliminación del material postquirúrgico, aliviando todo ese estrés metabólico al cuerpo.

Así pues, las molestias que ocasiona su colocación son soportables y pasajeras, puesto que, además, su uso no se suele prolongar más que el propio ingreso hospitalario prescrito tras la cirugía. Es más, el dolor que pocos pacientes afirman experimentar durante la retirada del drenaje acostumbra a deberse a la contractura defensiva que ellos condicionan, más que a la propia extracción.


¿Cuándo se retiran?

 La retirada de los drenajes está siempre condicionada por la respuesta fisiológica del paciente. Es decir, cuando el especialista valora que la cantidad de material drenado es considerablemente baja, retirará el drenaje, permitiendo al organismo absorber el líquido restante por sí mismo. En una casuística normal, su extracción no se prolonga más de 48 horas.


¿Es realmente beneficioso su empleo?

 El empleo de drenajes deberá recaer siempre bajo el criterio de un especialista capacitado. La opinión profesional del Dr. Triviño es que los beneficios de su uso, cuando son necesarios, superan y justifican totalmente la posible molestia pasajera que ocasione en el paciente.

La colocación de drenajes garantiza, por ejemplo, que el 80% de los pacientes sometidos a una cirugía mamaria hagan una vida normal, sin excesivas molestias, tras la intervención. Por el contrario, someterse a la misma cirugía sin haber empleado drenajes puede suponer un alargamiento considerable de la recuperación postquirúrgica.

Por Dr. José María Triviño
Cirugía plástica, estética y reparadora

El Dr. Triviño se licenció en Medicina por la Universitat Autònoma de Barcelona en 2002 y cursó su residencia en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora en el Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario de La Vall d’Hebron (Barcelona), donde finalizó su formación especializada en 2008.

Desde entonces se ha dedicado a la práctica privada de la mano de los mejores cirujanos plásticos de España. A lo largo de su trayectoria destaca su actividad como director médico de IM Clínic y colaborador de alguno de los mejores cirujanos de Barcelona. Durante todo este tiempo, el Dr. Triviño ha intervenido en un gran número de cirugías, pero sobre todo ha concentrado gran parte de su actividad en la cirugía mamaria.

A lo largo de su trayectoria el Dr. Triviño ha combinado su labor asistencial con una importante actividad investigadora y divulgativa, así como docente, participando en diversos cursos y congresos dentro y fuera de nuestras fronteras. Es, además, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) y de la Sociedad Catalana de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SCCPRE). 

En 2017 inicia su andadura personal poniendo en marcha su propia clínica: Triviño, Cirugía Plástica y Estética.

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