Cómo evitar que te invada la depresión
Escrito por:“No puedes evitar que los pájaros de la tristeza vuelen sobre tu cabeza, pero si, que hagan su nido en tu pelo”
La depresión, junto con la ansiedad, es un problema de salud que afecta a cerca de un 10% de la población mundial. Según un sondeo realizado por la Asociación Europea de Depresión (EDA), Sólo en los países de la Unión Europea 1 de cada 10 europeos sufrirá un cuadro de depresión a lo largo de su vida. Estos datos nos muestran el enorme impacto que este trastorno provoca en la vida de miles y miles de personas cada día.
La tristeza es necesaria para el crecimiento personal
“Estoy deprimido”, “Tengo un vacío interior”, “No le encuentro sentido a nada” son algunas de las expresiones que forman parte del discurso depresivo; junto a estos pensamientos se observa también una falta de esperanza y de fe en sí mismo para superar la situación (” No puedo, no podré”), y un sentimiento de culpa por estar mal y hacer sufrir a los que quiere. En algunos momentos, la frustración y la impotencia pueden hacer surgir sentimientos de rabia que, normalmente, el paciente dirige hacia sí mismo ya que siente que se ha decepcionado y ha decepcionado a los demás, lo que en ocasiones le puede llegar a pensar que es una carga.
Es importante saber que “La felicidad no es la ausencia de problemas”: La tristeza forma parte de la vida y es una emoción necesaria para nuestro crecimiento como personas. No obstante, en ocasiones, hay personas que pueden quedar instaurados en un cuadro de sufrimiento que va más allá del estado de ánimo triste. Es entonces cuando podemos estar hablando de depresión.
Síntomas de depresión y anhedonia
La depresión es un trastorno del estado del ánimo que provoca sufrimiento y malestar de una forma intensa y continuada a la persona que la sufre. La anhedonia o falta de capacidad para sentir placer junto con otros síntomas físicos y psíquicos configuran el cuadro clínico de la depresión, el cual pivota entrono a dos ejes:
- Eje psíquico: desmotivación, tristeza, desanimo, apatía, sentimientos de vacío interior, baja autoestima, sentimientos de culpa, pensamientos negativos sobre sí mismo y sobre el futuro, dificultades de atención, problemas de concentración y de memoria, irritabilidad, ansiedad, miedo e incertidumbre, pérdida del sentido de la vida, preocupaciones exageradas que pueden llegar a ser obsesivas, lentitud del pensamiento, incapacidad para tomar decisiones.
- Eje físico: alteración del sueño (insomnio, hipersomnia), astenia, dolores de cabeza, trastornos de la alimentación, problemas digestivos, pérdida de energía, lentitud o ausencia de actividad, agitación con desesperación, alteraciones de la tensión, disminución del interés sexual.
Los pacientes depresivos pueden presentar todos o algunos de estos síntomas y la intensidad de los mismos también varía según las personas.
Diagnóstico: Cómo saber si tengo depresión
A la hora de establecer un diagnóstico de depresión es muy importante saber diferenciarla de otros cuadros con los que presenta similitudes:
- Un estado transitorio de tristeza reactivo a una situación de pérdida o vivencia traumática. Hay situaciones en la vida, como lo pueden ser el duelo por la pérdida de un ser querido, la ruptura de la pareja, la pérdida del trabajo, etc. que provocan una herida emocional ante la cual la persona reacciona con preocupación y angustia; cuando observamos esta reacción, por otra parte, normal y adaptativa a la situación vivida estamos hablando entonces de un trastorno adaptativo de ánimo depresivo. No obstante, si el malestar y los síntomas se prolongan en el tiempo la persona puede acabar padeciendo una depresión.
- La distimia, es un trastorno con síntomas similares a la depresión, pero éstos son menos intensos y menos severos, pero pueden prolongarse en el tiempo. La persona que padece distimia puede tener días muy buenos y días muy malos, les cuesta disfrutar de las cosas y tienen siempre la sensación de pesimismo, cansancio y baja autoestima.
- Las depresiones secundarias provocadas por el padecimiento de alguna enfermedad, algunas de las cuales cursan con síntomas semejantes a los de corte depresivo (por ejemplo, el hipotiroidismo), o aquéllas provocadas por la ingesta de algún medicamento.
Para poder realizar un correcto diagnóstico diferencial es muy importante la escucha activa del relato que trae el paciente a consulta. A través de una buena entrevista clínica, y/o de test si así se requiere, el especialista en Psicología podrá realizar el diagnóstico y establecer la mejor intervención terapéutica.
Psicología para curar la depresión
El tratamiento de la depresión se realiza habitualmente desde dos planos: psicológico y farmacológico; ambas intervenciones deben estar siempre coordinadas y supervisadas por los especialistas correspondientes, psicólogo y psiquiatra. El tratamiento farmacológico se aborda con antidepresivos, si la situación del paciente así lo requiere.
Los tratamientos psicológicos pueden ser de diferentes tipos, aunque los que muestran una alta efectividad en el abordaje de la depresión son: la Terapia Cognitivo-Conductual y las llamadas terapias de Tercera Generación como la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la Terapia basada en el Mindfulness. El paciente ha de entender de forma consciente qué le ocurre, tiene que romper creencias y pensamientos de inutilidad y culpabilidad, y necesita orientarse hacia el camino en el que pueda volver a creer en su capacidad para llevar las riendas de su vida.