Abordaje terapéutico de los trastornos adaptativos

Escrito por: Elena Aznar Avendaño
Publicado:
Editado por: Marga Marquès Gener

Los trastornos adaptativos son un tipo de trastornos muy frecuentes en la práctica clínica, aunque muy poco conocidos entre la población general. Se diagnostica cuando se produce una alteración emocional intensa y duradera tras una adversidad en la vida de la persona. Se producen como consecuencia de sucesos estresantes y que causan malestar muy intenso, afectando al funcionamiento psicosocial, en áreas de funcionamiento relevantes para la persona, por ejemplo, el trabajo.

 

Ejemplo de desencadenantes, podría ser una separación de pareja, cambio de lugar de residencia, cambio de trabajo, afrontar una enfermedad que acaba de ser diagnosticada o que requiere nuevos tratamientos, dificultades en el trabajo por cambios organizativos en el puesto de trabajo, etc.

 

La sintomatología es muy diversa, pero se concentra en tres grandes núcleos:

  • Síntomas depresivos: estado de ánimo bajo, desesperanza, llanto fácil o muy frecuente, pérdida de la capacidad de disfrute de actividades que antes resultaban agradables, apatía, pasividad y falta de iniciativa, ganancia o pérdida de peso, irritabilidad, etc.
  • Síntomas de ansiedad: nerviosismo, preocupación recurrente o intensa, inquietud significativa, problemas de sueño (problemas para conciliar, despertar precoz, sueño no reparador), dificultades para concentrarse, etc.
  • Síntomas comportamentales: cambios en el comportamiento habitual en el que puede apreciarse un incremento del comportamiento beligerante, desafiante e impulsivo (por ejemplo, conducción temeraria, peleas, etc.).

 

Los síntomas aparecen en los primeros tres meses, afectando significativamente a la esfera social, pudiéndose apreciar un cambio en el rendimiento laboral, en las relaciones sociales y un malestar subjetivo intenso.

 

Los trastornos adaptativos se diagnostican cuando se produce una
alteración emocional intensa y duradera tras una adversidad en la vida

 

¿Cuáles son las causas más frecuentes del trastorno adaptativo?

Por definición, los trastornos adaptativos se producen como consecuencia de un acontecimiento o situación vital muy adversa o estresante, por lo tanto, podemos distinguir dos tipos de desencadenantes:

  • Cambios vitales importantes: casarse, divorciarse, cambiar de empleo, trasladarse de ciudad, emanciparse del domicilio paterno, tener un hijo, jubilarse, etc.
  • Acontecimientos adversos: pérdida de empleo o de recursos económicos, catástrofes inesperadas (incendios, accidentes, etc.), enfermedad propia o de un familiar, etc.

 

El afrontamiento de estas dificultades depende de un conjunto de circunstancias que modulan el impacto que tienen en nuestro equilibrio psicológico (naturaleza y número de estresores, apoyo social, estilo de vida, estilo de afrontamiento, fortalezas y debilidades personales, etc.).

 

Cuando los acontecimientos y/o sus consecuencias sobrepasan la capacidad de afrontamiento de la persona, ésta comienza a tener reacciones que pueden debilitarla aún más, generándose un círculo vicioso según el cual las dificultades generan síntomas que obstaculizan el afrontamiento efectivo de la situación, produciéndose un empeoramiento progresivo a lo largo del tiempo.

 

¿Cómo se diagnostica el trastorno adaptativo en una consulta de psicología clínica?

Los síntomas que suelen llevar al paciente a la consulta pueden estar asociados a muchos trastornos. Para hacer el diagnóstico de trastorno adaptativo, el momento de presentación es importante. Aparece en los primeros tres meses desde que se produjo o inició el suceso desencadenante. Los sucesos vitales desagradables nos afectan a todos, causando malestar y angustia, generando emociones desagradables. El problema se produce cuando no conseguimos superar el malestar, este comienza a ser tan intenso o duradero que resulta difícil su manejo o afrontamiento.

 

Cuando se acude a la consulta de un profesional especialista en psicología clínica, se realiza una valoración sobre las causas, y síntomas actuales. Se valora la concurrencia de otras patologías y se establece un diagnóstico tras una valoración exhaustiva sobre los síntomas, su evolución y las dificultades cotidianas. El objetivo inicial es establecer el diagnóstico correcto de los problemas que presenta el paciente. En caso de que las dificultades se asocien a algún tipo de trastorno adaptativo, se valoran los obstáculos para el manejo de los estresores, y se evalúan con detalle las variables que contribuyen a su mantenimiento.

 

Con ello se busca estructurar el tratamiento más eficaz y eficiente; es decir, el abordaje psicológico que contribuya de forma sustancial a un afrontamiento más saludable de los problemas que lo han desencadenado y una reducción de la sintomatología presente. La meta fundamental del tratamiento siempre se centra en el logro de los objetivos terapéuticos con el menor coste y duración posible.

 

¿Qué tratamientos son más efectivos para el trastorno adaptativo y cómo funcionan?

El tratamiento de primera línea de este tipo de trastornos se establece a partir de estrategias terapéuticas derivadas de la terapia cognitivo conductual. En función del cuadro clínico que presente el paciente, puede combinarse con el tratamiento farmacológico de los síntomas, en cuyo caso, se abordaría el caso en concurrencia con un médico especialista.

 

La terapia cognitivo-conductual es un abordaje terapéutico que se centra en intervenir en los aspectos de los problemas incidiendo en tres aspectos:

  • La resolución de los problemas desencadenantes o mantenedores de las alteraciones.
  • El impacto de los problemas en el afrontamiento de los mismos.
  • El impacto de los síntomas en el manejo de la situación.

 

Por medio de la terapia el paciente aprende a manejar sus síntomas, a gestionar el malestar de forma más efectiva y a afrontar sus dificultades con las estrategias más eficientes.

 

¿Cuál es la duración típica del tratamiento para el trastorno adaptativo y qué factores pueden influir en el tiempo de recuperación?

La duración del tratamiento dependerá de la naturaleza y duración de los desencadenantes, así como de las circunstancias personales y sociales del afectado. Por ello, puede requerir unas pocas sesiones o un tratamiento más prolongado. La duración, por término medio, suele prolongarse durante seis meses, con una intensidad de sesiones variable en función de las características específicas del caso. Si los estresores persisten, o se incrementan, es posible que el tratamiento tenga mayor duración.

 

¿Qué consejos daría a alguien que sospecha que puede estar sufriendo un trastorno adaptativo, pero aún no ha buscado ayuda profesional?

En primer lugar, es importante que se plantee seguir unas pautas de autocuidado que le ayuden a reducir los síntomas y a afrontar en mejores condiciones las situaciones adversas.

 

En este sentido, es particularmente importante cuidar la alimentación y el sueño, así como una agenda de actividades y de contactos sociales regular, así como intentar incluir ejercicio físico en la rutina diaria (paseos, bicicleta, etc.). La mejora de los hábitos de autocuidado puede en muchos casos contribuir a una disminución de los síntomas y facilitar formas alternativas de afrontamiento de las dificultades.

 

Si el cambio de hábitos no mejora el cuadro, o resulta inviable, se impone buscar atención especializada que realice un diagnóstico adecuado y un programa terapéutico que atienda las dificultades específicas para el afrontamiento de las dificultades.

Por Elena Aznar Avendaño
Psicología

Elena Aznar Avendaño es una reconocida especialista en Psicología Clínica. Cuenta con más de 20 años de experiencia en su especialidad y formación clínica con los mejores referentes del panorama internacional. En concreto, es experta en valoración y diagnóstico psicopatológico, en problemas de ansiedad, pánico, agorafobia, fobia social, depresión, trastornos afectivos, terapia sexual y de pareja.

Licenciada en Psicología por la Facultad de Psicología de la Universitat de Valencia, ha realizado estudios de doctorado en el Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos en dicha universidad. Además, ha obtenido el título oficial del Ministerio de Sanidad como especialista en Psicología clínica.

A lo largo de su trayectoria profesional, ha combinado su labor asistencial con la investigación como autora y coautora de diferentes publicaciones relacionadas con su especialidad. También, ha impartido más de 250 horas en cursos de formación y reciclaje profesional en ámbitos públicos y centros privados.

Actualmente, dirige y ejerce como psicóloga clínica en INVAL - Instituto Valenciano de Psicología.

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