¿Por qué se realiza?
La adopción es un proceso lleno de cambios para el niño y los padres, además de ser uno de los contextos más importantes de sus vidas. A muchos padres les surgen dudas sobre cómo deben hablar a sus hijos sobre la adopción, mientras los niños se enfrentan a diversos retos: afrontar la idea de la adopción y desarrollar vínculos afectivos con una nueva familia pueden desencadenar problemas de identidad y trastornos de personalidad.
Los niños también pueden sentirse perdidos en un nuevo entorno y sentirse diferentes a sus compañeros, lo cual puede influir también en sus relaciones sociales.
La salud emocional en la infancia y adolescencia es fundamental, pues son las etapas de crecimiento y desarrollo personal, en que el niño forma su personalidad y valores para el futuro. Por ello, es importante el apoyo psicológico a los niños, para que puedan crecer y desarrollarse con una buena salud mental.
¿En qué consiste?
La labor psicológica en los entornos de adopción puede constituirse como una terapia familiar, o centrarse únicamente en el niño o adolescente. Por lo general, las consultas y terapias en Psicología en relación con la adopción suelen responder a tres tipos de conflicto:
- Pautas educativas: ayuda a los padres de niños adoptivos en relación a su educación y crecimiento personal, de igual forma que se haría con un hijo biológico, para prevenir problemas que puedan surgir.
- Problemas familiares: asesoramiento familiar cuando se dan problemas de mayor calado, como problemas de conducta o disciplina, o se detectan posibles trastornos de salud mental en el hijo como adiccones o fobias, entre otros.
- Búsqueda de orígenes: por último, también apoyan a los niños y adolescentes que presentan problemas de identidad, que se enfrentan a la incertidumbre de tener una familia desconocida o a aquellos que están buscando sus orígenes biológicos.