Las relaciones líquidas, cómo afecta el uso de las redes en nuestras relaciones personales

En los últimos años las relaciones entre las personas han ido cambiando socialmente transformándose hacia un estilo líquido, tal como lo definió el sociólogo Zygmunt Bauman, que entendía por este concepto la inconsistencia y fluctuación de los vínculos.

Asimismo, la ausencia o disminución de la comunicación personal directa, se suele sustituir actualmente por interacciones en las redes sociales como Facebook, Tiktok o Instagram, que pueden llegar a ser un buen complemento que nos aporte información, pero nunca sustitutivos de la realidad.

¿Cómo afecta este tipo de comunicación a las relaciones entre personas?

En el ámbito familiar o de las relaciones de amistad, su abuso cuando además es compensatorio, puede llegar a conducir una sensación de soledad o aislamiento que acaba perjudicando la salud mental.

Si además, sumamos a este estilo habitual de comunicación, determinadas problemáticas  de personalidad que padecen  algunas personas, tales como la fobia social, baja autoestima o la inseguridad, nos encontramos ante el riesgo de que la tendencia al replegamiento se retroalimente.

¿Qué representa el uso constante de las redes en nuestro día a día?

Las redes pueden convertirse en escaparates abiertos las 24 horas donde mostramos imágenes forzadas de plenitud, alegría constante o incluso ensalzamiento de la imagen  corporal,  que no siempre se corresponde con la realidad que vive el sujeto.

Esto puede llegar a crear percepciones distorsionadas, y a su vez incrementar la sensación de distancia comunicacional con el resto, ya sea en el núcleo familiar, amistades, el entorno laboral o el académico.

¿Puede llegar a repercutir en las relaciones de pareja?

La inconsistencia en los vínculos  se llega a  reflejar en muchas ocasiones también en las relaciones de pareja, en las que el compromiso se construye sobre bases débiles e incluso de carácter utilitarista, como se explica en el libro Amor líquido, Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos  de Zygmunt Bauman,  pudiendo incluso entrar en un círculo vicioso en que los contactos son fácilmente sustituibles con rapidez, dejando un rastro emocional de vacío existencial.

Conocer a alguien a través de un “click” se asemeja a la adquisición de un objeto, pero los seres humanos precisan de tiempo, palabras y conocimientos profundos para poder construir relaciones más sólidas.