Estimulación magnética transcraneal: una revolución en la modulación cerebral y su aplicación clínica

La estimulación magnética transcraneal es una técnica de neuroestimulación que consiste en aplicar pulsos magnéticos en áreas de la corteza cerebral con el objetivo de modular las respuestas neuronales en determinados circuitos cerebrales. 

Se trata de una técnica no invasiva, con muy pocos efectos secundarios y que ha demostrado gran evidencia científica en los últimos años, con cientos de estudios de investigación publicados.

Un equipo de estimulación magnética transcraneal, convierte la electricidad en magnetismo a través de una bobina magnética. Aplicados estos pulsos magnéticos en el cuero cabelludo del paciente se consiguen alcanzar áreas específicas de la corteza cerebral, donde el pulso magnético se convertirá en un estímulo eléctrico y modulará la respuesta neuronal.

¿En qué casos se puede usar la estimulación magnética transcraneal?

Existen muchos protocolos de estimulación magnética transcraneal (EMT o TMS) con evidencia científica, en especial para el tratamiento de la depresión resistente (evidencia de grado A), pero también para el tratamiento de otras patologías psiquiátricas como el TOC, algunos síntomas de la esquizofrenia, los trastornos de ansiedad o la fibromialgia.

Existen estudios en pacientes con trastorno límite de la personalidad y en trastornos del espectro autista que han demostrado que la estimulación magnética transcraneal también es eficaz para mejorar la regulación emocional mediante la activación de la corteza prefrontal y su implicación en el control emocional. La depresión postparto es otra patología psiquiátrica donde la estimulación magnética transcraneal (EMT o TMS) tiene eficacia, pudiendo evitar o reducir el uso de fármacos durante el puerperio.

La estimulación magnética transcraneal también ha demostrado eficacia en trastornos neurológicos como:

• El Parkinson.
• Los tics.
• La distonía.
• Los acufenos.
• La espasticidad.
• La rehabilitación post ictus.
• Las migrañas.
• El dolor neuropático.

Los protocolos utilizados en estimulación magnética transcraneal (EMT o TMS) consisten en una serie de parámetros medibles y controlables que definen el área de la corteza cerebral a estimular, el número de pulsos magnéticos, su intensidad y sus tiempos de aplicación.

Desde el punto de vista técnico, la realización de algunos de los nuevos protocolos requiere de equipos de estimulación magnética transcraneal de última generación con la capacidad de reproducir altas frecuencias de estimulación y de soportar el sobrecalentamiento a través de bobinas refrigeradas.

La tendencia en la actualidad, potenciada por las nuevas investigaciones, nos lleva a la aplicación de protocolos cada vez más avanzados (con mayor número de pulsos y frecuencias de estimulación más altas) y a la modulación de determinados circuitos cerebrales entendidos como áreas funcionales. Esto supone, en muchos casos, protocolos personalizados consistentes en estimular varios circuitos neuronales en función de la clínica del paciente.

Es importante comprender que la estimulación magnética transcraneal no es un tratamiento, sino una técnica a través de la cual podemos realizar diferentes tratamientos, cada vez más específicos y avanzados, de la mano de los avances en investigación.