TDAH en adultos: desafíos cotidianos y estrategias de afrontamiento

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo presente desde las etapas más tempranas de la vida, por lo que a menudo tiende a ser asociado con la infancia. Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que en, al menos, dos tercios de los niños y las niñas con TDAH los síntomas persisten en la edad adulta, ya sea con el diagnóstico completo o en remisión parcial, poniendo de manifiesto la cronicidad del trastorno. Por tanto, el TDAH se manifiesta también en la edad adulta, presentando desafíos únicos y a menudo desapercibidos. Aquí abordaremos algunas de las preguntas más frecuentes sobre el TDAH en personas adultas y la enorme inadaptación que puede llegar a generar.

Síntomas del TDAH en personas adultas: ¿cómo se diferencian de los síntomas en la infancia?

El TDAH en personas adultas comparte muchos de los síntomas que se presentan en la infancia, pero se manifiestan de manera diferente. En este sentido, debido a la maduración cerebral, la hiperactividad tiende a ser menos física para pasar a ser una sensación interior de inquietud que puede manifestarse como dificultad para permanecer sentados, movimiento excesivo de las extremidades o excesivo discurso y en un tono de voz elevado, siendo frecuente que encuentren dificultades en respetar su turno de palabra, interrumpan al hablar y respondan de forma precipitada y sin meditar. Además, las dificultades para mantener y focalizar la atención se presentan en la adultez como una facilidad para distraerse y olvidarse de objetos o tareas. Estas dificultades atencionales suelen cursar con alteraciones en el funcionamiento ejecutivo, que se presentan como una dificultad para organizarse, planificar tareas, estructurar el tiempo y establecer prioridades. Debido a esta disfunción ejecutiva, unida a una búsqueda constante de sensaciones, tiende a ser característica la falta de persistencia en las tareas, siendo personas que buscan comenzar nuevos proyectos pero que encuentran dificultades para llevarlos a cabo y terminarlos. Esto, junto a la desregulación emocional característica en personas con TDAH, puede derivar en problemas como alteraciones en la conducta alimentaria o adicciones con o sin sustancias.

Los desafíos más comunes que enfrentan las personas adultas con TDAH en su vida diaria

El TDAH supone una barrera para el desarrollo de las capacidades de gran parte de las personas adultas que lo padecen. Así, las dificultades en el funcionamiento ejecutivo presentan desafíos cotidianos que abarcan desde la gestión del tiempo hasta la organización de tareas. Por este motivo, la evidencia apunta a que estas personas presentan una formación académica inferior a aquellos que no lo presentan, incluso aunque el nivel de inteligencia sea similar. En el ámbito profesional, la procrastinación, la dificultad para completar tareas y la mala gestión del dinero pueden generar tensiones laborales. Esto, unido a la falta de control de impulsos y la inatención, puede derivar en problemas en el ámbito profesional, en las relaciones interpersonales y en la conducta sexual, teniendo un peor ajuste social. Además, tienden a sufrir más accidentes de tráfico y de mayor gravedad.

¿Cómo puede afectar el TDAH la salud mental y cuáles son las estrategias de afrontamiento más efectivas?

Como hemos visto, el TDAH es un trastorno que genera una importante disfunción a diferentes niveles en aquellas personas que lo padecen. Así, puede contribuir a problemas de salud mental como la ansiedad y la depresión, exacerbando el estrés diario y frecuentemente acompañados de falta de autoestima, culpa, irritabilidad y fatiga. En este sentido, estrategias de afrontamiento efectivas incluyen técnicas de manejo del tiempo, establecimiento de metas realistas a corto y largo plazo y planificación de las actividades diarias. Además, la autoeducación sobre el trastorno, la terapia cognitivo-conductual y contar con una red sólida de apoyo social son estrategias que juegan un papel crucial en el desarrollo de habilidades de afrontamiento.

Enfoques terapéuticos para los adultos con TDAH

El tratamiento más efectivo para el manejo del TDAH en personas adultas debe ser visto desde una óptica multimodal, en la que se combine un tratamiento farmacológico, (neuro)psicológico y psicosocial. Dentro del primero, los fármacos psicoestimulantes son la primera opción terapéutica, seguidos de otros como algunos antidepresivos. Sin embargo, es importante que la medicación se combine con una terapia psicológica de corte cognitivo-conductual y/o con tratamiento neuropsicológico que dote al paciente de herramientas para la mejora cognitiva y el control emocional y conductual. Aunque los medicamentos pueden ser similares a los utilizados en la infancia, la terapia se adapta a las necesidades específicas de las personas adultas, abordando temas como la autoestima, la toma de decisiones, las relaciones interpersonales y  la gestión del estrés laboral. Estas habilidades de afrontamiento de los síntomas, junto a modificaciones en el estilo de vida, deben integrarse como parte del día a día del paciente. Para ello, las intervenciones psicoeducativas, en las que se ofrece una adecuada información al paciente sobre su problemática, son cruciales para el tratamiento del trastorno.

La importancia del diagnóstico del TDAH

El diagnóstico del TDAH es crucial para comprender la problemática y para iniciar intervenciones efectivas. Sin embargo, tiende a estar infradiagnosticado y genera una gran sensación de incapacidad en la edad adulta, siendo personas que han crecido con etiquetas basadas en prejuicios que han ido asimilando a lo largo de su vida. Por tanto, el momento del diagnóstico tiende a ser liberador y un punto de inflexión en el que comienzan a entender sus síntomas y la forma más eficaz de tratarlos.

El proceso de diagnóstico generalmente implica una evaluación exhaustiva que incluye entrevistas clínicas, escalas de inteligencia, pruebas específicas, historias médicas y observación de los síntomas. En este punto, hay que considerar la comorbilidad que presenta el TDAH en la adultez con otros trastornos del estado de ánimo, de personalidad o de consumo de sustancias, entre otros. De ahí la importancia del diagnóstico preciso y de la colaboración entre profesionales de la salud mental, como psicólogas y psiquiatras para un abordaje integral de la problemática.

Consejos para personas que sospechan que podrían tener TDAH, pero aún no han buscado ayuda profesional

Para todo aquel que tenga sospechas de presentar TDAH, el primer paso es buscar ayuda profesional. En la práctica clínica existen diferentes escalas y entrevistas que permitirán una adecuada evaluación y detección de las diferentes manifestaciones de los síntomas y del deterioro funcional causado por los mismos. La autoeducación sobre el trastorno y llevar un registro de los síntomas pueden facilitar la conversación con la profesional de la salud. Todo ello permitirá conocer y entender la disfunción, así como encontrar la mejor forma de abordarlo en cada caso.