Extracción de quistes ováricos mediante cirugía laparoscópica

A partir de cierto tamaño, los quistes ováricos se pueden romper y liberar su contenido en el abdomen, aunque no produzcan molestias. En algunos casos, también se pueden torsionar, impidiendo el riego sanguíneo y produciendo un infarto en el quiste y en el ovario.

Cuando el quiste se rompe o se torisiona, será necesaria una cirugía urgente, que podrá tener consecuencias indeseables para la paciente, como la pérdida del ovario.

En este sentido y con el objetivo de evitar problemas posteriores, es conveniente adelantarse a la complicación, programando una intervención quirúrgica para extraer el quiste.

Cirugía mínimamente invasiva para extraer el quiste ovárico

En el caso de que el quiste ovárico sea benigno, la cirugía será realizada por laparoscopia, porque se trata de una técnica de cirugía mínimamente invasiva. Este tipo de cirugía permite realizar pequeñas incisiones, sin tener que abrir el abdomen de la paciente.

El procedimiento que se sigue para realizar este tipo de cirugía es el siguiente:

• El día antes de la cirugía, la paciente debe seguir una dieta suave.
• Normalmente, para realizar la laparoscopia se aplica anestesia general.
• Se realizan pequeñas incisiones indoloras cerca del ombligo.
• A través de las incisiones se introduce dióxido de carbono para abombar el abdomen. De esta manera, se proporciona espacio y visibilidad al cirujano.
• Las incisiones permiten introducir material quirúrgico para manipular sin tener que abrir el abdomen.
• Por la incisión, se introduce el laparoscopio, que es un tubo con una cámara pequeña.
• La cámara permite visualizar el interior del abdomen a través de una pantalla que está colocada en el quirófano.
• Cuando se ha extraído el quiste, las incisiones se cierran con puntos simples.
• Generalmente, la paciente es dada de alta el mismo día de la cirugía, pero es recomendable no practicar ejercicio intenso durante la primera semana.

¿Cuáles son las ventajas de la cirugía laparoscópica?

Este tipo de cirugía tiene numerosas ventajas:

• Se puede intervenir a la paciente sin abrir el abdomen.
• Las cicatrices son muy pequeñas e imperceptibles, porque las incisiones son mínimas.
• La estancia hospitalaria es muy corta, porque generalmente, la paciente puede volver a casa el mismo día de la cirugía.
• El postoperatorio es menos doloroso y requiere menos medicación. Además, también reduce el riesgo de infección.
• La recuperación es más rápida y, en dos semanas, la paciente suele recibir el alta médica.

En este sentido, la cirugía laparoscópica es una gran opción terapéutica, pero debe ser realizada por profesionales especializados que cuenten con la experiencia adecuada. De igual forma, es importante realizar también un diagnóstico preciso para diferenciar un quiste benigno de un quiste maligno.