El sol y el cáncer de piel

El sol es una fuente de vida y salud, pero también puede tener efectos negativos sobre nuestra piel si no tomamos las medidas adecuadas de protección. La exposición excesiva a los rayos ultravioleta (UV) del sol puede causar quemaduras, envejecimiento prematuro y cáncer de piel, el tipo de cáncer más frecuente en España y en el mundo.

¿Qué son los rayos UV y cómo afectan a la piel?

Los rayos UV son un tipo de radiación invisible que proviene del sol, las camas de bronceado y las lámparas solares. Los rayos UV pueden penetrar en las células de la piel y dañar su material genético (ADN), lo que puede provocar mutaciones y alteraciones en el crecimiento y la división celular. Estas alteraciones pueden dar lugar a diferentes tipos de cáncer de piel, como el melanoma, el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular.

Los rayos UV se clasifican en tres tipos según su longitud de onda: UVA, UVB y UVC.

• Los UVA son los que llegan con más intensidad a la superficie terrestre y son los responsables del bronceado y del envejecimiento cutáneo.
• Los UVB son los que causan las quemaduras solares y tienen mayor capacidad de inducir cáncer de piel.
• Los UVC son los más energéticos y peligrosos, pero son absorbidos por la capa de ozono y no llegan a la Tierra.

La intensidad de los rayos UV depende de varios factores, como la hora del día, la estación del año, la latitud, la altitud, la nubosidad y el tipo de superficie. Los rayos UV son más fuertes entre las 10 a.m. y las 4 p.m., durante el verano, cerca del ecuador, a mayor altura, en días despejados y sobre superficies reflectantes como el agua, la arena, la nieve o el cemento.

¿Cómo prevenir el cáncer de piel?

La mejor forma de prevenir el cáncer de piel es evitar una exposición excesiva al sol y protegerse adecuadamente cuando se esté al aire libre. Para ello, se recomienda seguir estas medidas:

• Buscar la sombra, especialmente en las horas centrales del día.
• Usar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo, preferiblemente de tejido cerrado y color oscuro.
• Ponerse un sombrero de ala ancha que proteja la cara, las orejas y el cuello.
• Usar gafas de sol que filtren al menos el 99% de los rayos UVA y UVB.
• Aplicarse un filtro solar con un factor de protección solar (FPS) de al menos 30, media hora antes de salir al sol y reaplicarlo cada dos horas o después de bañarse o sudar.
• Evitar el uso de camas de bronceado y lámparas solares, que emiten rayos UV artificiales.
• Vigilar periódicamente la piel y consultar al médico ante cualquier cambio sospechoso en lunares o manchas.

¿Hay personas con una mayor predisposición a padecer cáncer de piel?

Correcto, hay personas con una mayor predisposición a padecer cáncer de piel. Algunos de los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar esta enfermedad son:

• Tipo de piel: las personas de piel clara, que se queman o se enrojecen fácilmente, que tienen ojos claros, cabello rubio o pelirrojo, o muchas pecas, tienen mayor riesgo que las de piel más oscura.
• Exposición a la radiación ultravioleta (UV): la exposición frecuente e intensa a los rayos UV, ya sea del sol o de fuentes artificiales como las camas de bronceado o las lámparas solares, puede dañar el ADN de las células de la piel y provocar mutaciones que pueden derivar en cáncer. Las quemaduras solares repetidas y graves, especialmente en la infancia, aumentan el riesgo de sufrir cáncer de piel.
• Historial personal o familiar: el riesgo de desarrollar melanoma se incrementa si se ha tenido previamente un cáncer de piel o si hay antecedentes en familiares de primer grado (padre, madre, hermano, hermana o hijo). Aproximadamente el 10% de las personas con melanoma tienen un historial familiar.
• Mutaciones genéticas: algunas personas pueden heredar genes que las hacen más propensas a desarrollar cáncer de piel. Estos genes pueden causar alteraciones en el crecimiento y la división celular que pueden favorecer la aparición de tumores.
• Sistema inmunitario: las personas con un sistema inmunitario debilitado por enfermedades como el VIH/SIDA o por tratamientos como los trasplantes de órganos o la quimioterapia, tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel, especialmente si ya tienen daño solar acumulado en la piel.

Es importante conocer estos factores de riesgo y tomar medidas de prevención para proteger la piel del sol y evitar una exposición excesiva a los rayos UV. También se recomienda vigilar periódicamente la piel y consultar al médico ante cualquier cambio sospechoso en lunares o manchas.

¿Qué beneficios tiene el sol para la salud?

A pesar de los riesgos asociados al sol, también tiene beneficios para nuestra salud si lo tomamos con moderación. El sol favorece la producción de vitamina D, una sustancia que ayuda a absorber el calcio y el fósforo, esenciales para la salud ósea. El sol también:

• Mejora el estado de ánimo.
• Regula el sueño.
• Estimula el sistema inmunitario.

Para obtener estos beneficios no es necesario exponerse al sol durante mucho tiempo ni quemarse la piel. Con unos 15 minutos al día en las horas menos intensas es suficiente para sintetizar la vitamina D necesaria. Además, se puede obtener esta vitamina a través de la alimentación o suplementos si se requiere.

En conclusión, el sol tiene efectos positivos y negativos sobre nuestra piel y nuestra salud. Lo importante es tomarlo con precaución y protección para disfrutar de sus beneficios sin aumentar el riesgo de cáncer de piel.