Cirugía de la hernia inguinal: ¿cuáles son los riesgos inmediatos y a largo plazo?

La cirugía de la hernia inguinal supone una de las intervenciones quirúrgicas más habituales. Consiste en la reparación quirúrgica de la región inguinal, que es una zona de debilidad natural de la pared abdominal, puesto que en esta zona el cordón espermático mantiene suspendido del tronco al testículo en el varón y el ligamento redondo sostiene al útero en la mujer.
 

La cirugía de la hernia inguinal se realiza cuando en esa zona de debilidad muscular aparece un defecto franco, que puede ser congénito o adquirido, a través del cual, fundamentalmente al estar de pie o realizar esfuerzos, prolapsa o sobresale contenido del interior del abdomen, que se manifiesta como una tumoración o “bulto”, doloroso o no, en la región inguinal.
 

¿Cuáles son los tipos más comunes de cirugía de la hernia inguinal?

El tipo más frecuente de cirugía es la hernioplastia, que consiste en la reparación sin tensión de esa zona de debilidad muscular, colocando una prótesis (popularmente se conoce como una “malla”). Con esto se consigue que esa prótesis, al integrarse con el músculo, lo refuerce, provocando una cicatriz más resistente y, por lo tanto, reduciendo el riesgo de recidiva o de que la hernia vuelva a salir.

¿Cuáles son los riesgos y complicaciones asociados?

En el postoperatorio inmediato, los riesgos son los mismo que del resto de heridas quirúrgicas: el sangrado (hemorragia activa o hematoma), el seroma o acúmulo de líquido de la cicatrización, la infección y el neuroma (que la cicatrización englobe alguna de las ramas sensitivas de los nervios de la pared abdominal y quede una cicatriz dolorosa de forma prolongada).
 

En el medio o largo plazo, las complicaciones son fundamentalmente las derivadas de la prótesis o malla: esta es un “cuerpo extraño”, por tanto, si el organismo la reconoce como tal y la rechaza, hay que reoperar al paciente para extirpársela. Por otra parte, a pesar de que la prótesis provoca una cicatriz más resistente, esta resistencia en el mejor de los casos será del 80% del tejido sano normal en un paciente con una pared abdominal ya de mala calidad, por lo cual existirá riesgo de recidiva o de que la hernia vuelva a salir.

¿Cuánto tiempo lleva recuperarse tras una cirugía de hernia inguinal?

El paciente puede y debe hacer una vida normal desde el momento del alta, pero debe tener la precaución de no hacer ejercicio físico intenso ni cargar con peso en un mes.
 

¿Qué cuidados se deben seguir antes y después de una cirugía de la hernia inguinal?

• Antes de la cirugía, evitar el ejercicio físico intenso para evitar que el defecto muscular se haga mayor o complicaciones de la hernia (como la incarceración o la estrangulación).
   
• Posteriormente, como se ha señalado, puede realizar una vida activa sin ejercicio físico intenso durante 1 mes. Puede seguir su dieta habitual. Los cuidados de la herida son sencillos y se puede mojar con agua y jabón de la ducha a partir de la fecha que le indique su médico (en ocasiones, se deja un apósito compresivo durante unos días) y se debe utilizar, en el caso de los varones, un calzoncillo ajustado 24h durante 3 semanas para reducir el riesgo de edema/inflamación testicular.
   

Su especialista en Cirugía general le indicará en qué fecha y dónde le deben retirar el material de sutura. Como medicación, se prescribe una pauta analgésica y, en ocasiones, son necesarias inyecciones de heparina de bajo peso molecular durante unos días, hasta que el paciente realiza una vida activa. Además, su cirujano le indicará en el informe de alta cuando retomar su medicación habitual (especialmente, si es el caso, los anticoagulantes).
 

Puede encontrar una explicación más detallada y dibujos/esquemas aclaratorios en https://clinicamontejo.com/patologia-de-pared-abdominal/.