¿Qué técnicas nos pueden ayudar a gestionar la ansiedad?

La ansiedad es una emoción que surge cuando nuestro organismo percibe que corremos algún riesgo. A veces este riesgo es más real, pero otras veces nuestro sistema de alarma se dispara ante situaciones que no son realmente de riesgo. Gracias a este sistema la especie humana ha sobrevivido, pero, actualmente, en nuestro día a día, suele ser muy disfuncional.

Ante una situación ansiógena para nosotros se produce un triple sistema de respuesta: a nivel cognitivo aparecen preocupaciones y pensamientos negativos, a nivel fisiológico se presentan síntomas como la aceleración cardiaca, la respiración superficial y la tensión muscular, y, por último, a nivel motor pueden surgir conductas como la evitación de la situación, fumar, comer o beber más, mordernos las uñas, etc.
 

En cada persona la ansiedad se desencadena por cuestiones diferentes. Por ejemplo, hay personas a las que les aparece irremediablemente en situaciones sociales, a otras en lugares cerrados, a otras nos puede sobrevenir ante una situación de evaluación como una entrevista… Todo ello se puede convertir en una auténtica limitación en nuestro día a día. En algunos casos la ansiedad se desencadena por medio de mecanismos muy rápidos e inconscientes, por lo que la persona siente que no tiene el control sobre sus síntomas.
 

¿Cómo podemos gestionar la ansiedad?

Es importante realizar una evaluación específica para el manejo de la ansiedad en cada caso, porque todos somos diferentes, el origen de nuestra ansiedad puede ser distinto y la evolución del problema en cada paciente también ha podido seguir distintos cursos y circunstancias que lo mantienen.

A grandes rasgos, la ansiedad se gestiona aprendiendo a manejar nuestro diálogo interno, trabajar sobre nuestras creencias e interpretaciones sobre mí mismo, mi entorno o mi futuro. Además, es necesario un entrenamiento en relajación para manejar los tan molestos síntomas físicos. Para completarlo, es importante aprender a exponernos de forma gradual a aquello que nos genera ansiedad, dado que la evitación favorece el mantenimiento y el empeoramiento de la ansiedad. En cada caso, debemos incorporar herramientas que nos ayuden a poder afrontar esas exposiciones.

Por todo esto, recomendamos que cuando exista un problema de ansiedad se aborde de la mano de la ayuda profesional de un especialista en Psicología.
 

¿Qué técnicas puede ayudarnos?

Las técnicas específicas que nos ayudarán a conseguir todo lo anterior son:
 

• La psicoeducación sobre emociones y ansiedad.
• La reestructuración cognitiva o cambios en nuestro diálogo interno.
• Las técnicas de relajación como la respiración diafragmática.
• La exposición gradual en vivo o en imaginación.
• El entrenamiento en autoinstrucciones.
• La práctica de mindfulness.
• En función de las necesidades de cada paciente, se puede realizar un entrenamiento en habilidades sociales o técnicas de solución de problemas.
   

¿Cómo podemos afrontar positivamente los cambios o imprevistos?

Es importante entender que nuestra evolución con respecto a nuestra ansiedad no va a ser lineal, que depende de situaciones externas que puedan ayudarnos o no en esos días, que hay semanas y semanas, pero que la tendencia que se va a ir produciendo es hacia la mejora.

Las expectativas que tengamos y el que también las reajustemos será fundamental en el afrontamiento de las dificultades.
 

¿Qué hábitos podemos adoptar para mejorar la ansiedad?

Hay aspectos que ayudan a afianzar los cambios como el aprender a ser capaces de autorreforzarnos. A su vez, nos ayudará el hacer una planificación de actividades gratificantes y favorecer la buena alimentación, el descanso y el ejercicio.
 

También es fundamental compartir tiempo con nuestros seres queridos con los que más a gusto nos sentimos.