Dolor de espalda: hacia un tratamiento quirúrgico mínimamente invasivo
Escrito por:La cirugía mínimamente invasiva de la columna vertebral sigue un patrón generalizado en todas las disciplinas quirúrgicas: reducción del trauma quirúrgico con la obtención de los mejores resultados en el menor tiempo posible.
Operación y postoperación: hernia discal
En lo que atañe a la hernia discal, ha habido una enorme profusión de técnicas de mínima o limitada invasividad. Se han utilizado inyecciones desde corticoides, quimopapaína, calor mediante láser, coagulación del anillo discal, inyecciones de ozono y, últimamente, inyección de factores de crecimiento o concentrados de “células madre”. Todas ellas han ejercido un cierto efecto terapéutico, pero con grandes limitaciones y, en otros casos, está por demostrar su prometedora eficacia.
En 1934 se descubrió la existencia de la hernia discal como causa de la ciática. En 1984 inicié la implementación de la microcirugía de la hernia discal, técnica que es la referencia actual para combatir esta enfermedad. En la actualidad, la anestesia es epidural, y la incisión cutánea de 1,4 cm.
La recuperación es casi inmediata, pudiendo realizarse con un ingreso mínimo de 12 horas en algunos casos. El postoperatorio es indoloro y la reincorporación laboral se produce en un plazo breve de entre 2 a 4 semanas.
Operación y postoperación: la estenosis lumbar
El tipo de dolor de espalda cuyo conocimiento y tratamiento ha evolucionado más en estos años es la estenosis lumbar. Este dolor aparece debido al avanzado proceso degenerativo vertebral que estrangula las estructuras nerviosas, la médula, el saco espinal o las raíces nerviosas directamente. Como ya hemos señalado, generan dolor lumbar y una claudicación de la marcha cuando el paciente lleva recorrido una cierta distancia. Al final la marcha es imposible, condenando al paciente a desplazarse en una silla de ruedas.
Actualmente, hemos desarrollado una técnica poco invasiva, con anestesia epidural. Se realiza un recalibrado microquirúrgico del canal, que consiste en aumentar los diámetros del canal, y una colocación de una pequeña grapa de soporte interespinoso para mantener abierto y estable el espacio afectado. Naturalmente el mejor caso es aquel que afecta a un solo nivel, lo más frecuente, pero se puede realizar en dos niveles sin problema.
La recuperación es buena, estancia mínima de 24-48 horas, y los resultados positivos están en más del 85% de los casos. Esta técnica permite una invasividad proporcionada al sujeto; sobre todo en casos de edad avanzada y con problemas sistémicos asociados: hipertensión arterial, diabetes o anticoagulantes que tolerarían muy mal, o no podrían intervenirse con técnicas más invasivas.
De todos modos, el problema es tan complejo que siempre se requiere de “un traje a medida”, una solución personalizada e individual, diseñada después de estudiar cuidadosamente los pormenores de la historia clínica y la alteración estructural que padece el paciente, equilibrando los beneficios del tratamiento quirúrgico y los eventuales problemas que pueden producirse.