¿Cómo se abordan los pensamientos obsesivos en la terapia psicoanalítica?

Escrito por: Anabel López
Publicado:
Editado por: Lucía Ramírez

En la psicoterapia psicoanalítica la cura se realiza sin instrucciones y sin recomendar ejercicios específicos. Es decir, el paciente no tiene que exponerse a esas situaciones angustiantes, sino que, a través de su relato y la escucha del psicoanalista, intentamos poner en juego ese conocimiento que no sabe que posee.
 

“Obsesionada por la limpieza”, “obsesionado con el móvil”, “obsesionado por tal persona”, “obsesionado por si le pasa algo malo a mis hijos”… Se tratan de obsesiones, manías o temores que pueden acompañar la cotidianidad de algunas personas. Dependiendo del grado pueden transformarse en verdaderas obsesiones que limitan la vida del paciente y provocan un importante malestar, en psicoanálisis esta afección se conoce como neurosis obsesiva. Cuando sus manías u obsesiones le impiden realizar una actividad relativamente normal, la persona debe consultar a un especialista en Psicología experto en psicoanálisis. 
 

Se debe acudir a un especialista cuando las manías
 u obsesiones impiden realizar una actividad normal

 

¿Qué características tiene una persona con neurosis afectiva?

Se trata de personas que no pueden dejar de verificar –una y otra vez– que no han cometido algún error, que no han olvidado algún detalle, o que no pueden dejar de ‘pensar’ en una idea –negativa o no– sobre sí mismo/a. Todo ello dificulta cualquier tarea que desempeñen, limitando la vida del paciente hasta el extremo de llevarlo a una gran angustia.
 

Aunque estas cuestiones pueden ser intrascendentes para muchas personas, en la neurosis obsesiva el incumplimiento de cualquiera de ellas deja al paciente paralizado. Cabe destacar que existen diferentes grados.
 

Todo el mundo tiene algunas obsesiones cotidianas, pero llevadas al extremo pueden dejarnos completamente condenados a su consecución. Por ejemplo, en los casos de neurosis obsesivas graves, la persona puede tardar horas para salir de casa porque las medidas que debe tomar son extremas: los calcetines tienen que estar perfectamente alineados, la cama hecha, la ropa planchada y sin ninguna arruga, el pelo engominado. Todo está ejecutado basándose en una secuencia perfecta que cualquier obstáculo puede llegar a destruir y hacer que esta persona deba volver a comenzar con su ritual diario.
 

¿De dónde surgen los pensamientos obsesivos?

Los pacientes obsesivos están ocupados por pensamientos sin importancia o disparatados, por tener impulsos que les parecen extraños y por estar movidos a llevar a cabo algunas acciones cuya ejecución no les agrada, pero que no pueden omitir.
 

Los pensamientos obsesivos son el disparador de una actividad psíquica extenuante. Además, la persona se puede ver forzada, contra su voluntad, a especular como si fuese una tarea de vital importancia. Estos impulsos pueden ser espantosos, como tentaciones a cometer acciones que lo horroriza, y se protege para no realizarlos mediante prohibiciones, renuncias y restricciones. Con estas medidas de precaución los impulsos nunca se ejecutan, sino todo lo contrario, o bien el paciente huye, o bien la precaución gana.
 

¿En qué consisten los pensamientos y acciones obsesivos?

Las acciones que la persona obsesiva lleva a cabo son actos ínfimos, inofensivos con tendencia a la repetición, ceremoniales o rituales que están relacionados con la vida cotidiana como el ir a dormir, lavarse, salir a la calle y se convierten en tareas en extremos fastidiosas y casi insolubles. Estos actos se conocen como acciones obsesivas. Los rituales son las acciones que uno realiza “sin pensar”, por ejemplo, cuando nos acostamos: cerrar la ventana de la habitación, apagar la luz para que todo esté en oscuridad, que no haya ningún ruido, en la cama tiene que haber una manta y un edredón que me tapen hasta el cuello y la almohada tiene que ser las más chata de todas.
 

Con respecto a los pensamientos obsesivos, son aquellas frases que aparecen y que el paciente se ve obligado a repetir, ya que cree que si no lo hace le sucederá algo malo a su madre, pareja, etc. Aunque racionalmente piensa y sabe que esos pensamientos son absurdos, no puede dejar de repetirlos y las acciones que se le imponen.
 

Estos pensamientos, actos o rituales se le imponen a la persona obsesiva y no puede dejar de hacerlos. A diferencia de lo que nos puede ocurrir a todos en algún momento, por ejemplo, si una noche cambiamos de casa y no hay las condiciones para dormir, quizás durmamos un poco sobresaltados, pero no pasa de ahí. En cambio, en la neurosis obsesiva, cualquier inconveniente que impida la consecución de algún ritual o acto obsesivo causa una angustia insoportable. De nada sirve que intentemos distraerlos o convencerlos de que esos pensamientos son tontos y que lo mejor sería que se ocupe de otros temas. La persona querría poder hacerlo, pues es consciente de sus síntomas obsesivos e incluso se los formula.
 

En una conferencia titulada ‘El sentido de los síntomas’ Freud escribe sobre la neurosis obsesiva: “solo que no puede hacer otra cosa, lo que en la neurosis obsesiva se abre paso hasta la acción está sostenido por una energía que probablemente no tiene paralelo en la vida normal del alma”. Añade que “el enfermo solo puede hacer una cosa: desplazar, permutar, poner en lugar de una idea estúpida otra de ningún modo debilitada, avanzar de una precaución o prohibición hasta otra, ejecutar un ceremonial en vez de otro. Puede desplazar la obsesión, pero no suprimirla”.
 

¿Cómo funciona la terapia?

Es necesario un trabajo psíquico, orientado por un psicoanalista, para descubrir la situación del pasado en la que la idea estaba justificada y la acción respondía a un fin. De esta forma, se descubren los motivos inconscientes que sostienen determinados rituales o se despiertan unos temores obsesivos concretos.
 

A diferencia del conductismo o las terapias llamadas breves, que apuntan a resolver en poco tiempo los síntomas que presenta el paciente, el psicoanálisis se pregunta el porqué, las causas que producen esos síntomas y que llevan un tiempo lógico en esclarecerse. Exponer al sujeto a que realice acciones que van en contra de las que se le imponen no conducirán a otra cosa más que angustiarlo y sostener su inhibición. No se trata de modificar el comportamiento, sino de averiguar el sentido inconsciente que subyace en sus síntomas.

Por Anabel López
Psicología

La Sra. López es una reconocida psicóloga, especialista en Psicoanálisis en Cerdanyola del Vallès. Se licenció en Psicología por la Universidad Nacional de Rosario, homologado por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Cuenta con una amplia formación en psicoanálisis y es especialista en psicoterapia (EUROPSY) por la European Federation of Psychologists Associations. Durante su carrera se ha especializado en tratar depresión, duelo, ansiedad, autoestima y desarrollo personal y trauma psíquico

A lo largo de su trayectoria, ha combinado la labor asistencial con una actividad docente, coordinando talleres grupales y conferencias en distintas instituciones y en escuelas como psicóloga familiar, tratando las infancias y adolescencias en el Programa Proinfància. Además, participa en la presentación de casos clínicos en diversas jornadas públicas. 

En la actualidad, la Sra. López ejerce en su propia consulta en Cerdanyola del Vallès

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