Cirugía robótica: ¿cómo se aplica en Urología?

Escrito por: Dr. Francisco Javier Machuca Santa-Cruz
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Editado por: Top Doctors®

La cirugía robótica en Urología se ha desarrollado de manera progresiva conforme la práctica y habilidad de los cirujanos ha ido en aumento. Igualmente, el desarrollo de nuevos modelos del robot y de nuevas herramientas han facilitado la realización de técnicas cada vez más complejas.

 

Inicialmente la cirugía robótica empezó con la prostatectomía radical, una técnica ideal, pues se trabaja en un espacio reducido en un lugar de difícil acceso y visión por parte del cirujano que practica la cirugía abierta convencional, pero con las ventajas ya conocidas del robot: libertad de movimientos, visión en 3D, ausencia de temblor, óptica de 10 aumentos… Todo esto se traduce con la práctica, en una mayor precisión y mejores resultados.

 

La cirugía robótica permite mayor precisión y mejores resultados

 

Posteriormente, se han ido estandarizando otras cirugías sobre otros órganos como el riñón, los uréteres o la vejiga.

 

¿En qué intervenciones urológicas se realiza?

Podemos decir que las cirugías más practicadas son de tipo oncológico: prostatectomía radical, nefrectomía parcial y cistectomía radical. Si bien van ganando cada vez más presencia cirugías no tumorales como el trasplante renal, el síndrome de nutcracker (cascanueces), el tratamiento de grandes adenomas de próstata (HBP), la cirugía reconstructiva como el tratamiento de prolapso genital, fistulas vesico-vaginales, reimplantes ureterales, estenosis de uréter o pieloplastias.

 

En general, podemos decir que constantemente se van realizando nuevas intervenciones que se benefician de esta cirugía mínimamente invasiva.

 

¿Existe alguna contraindicación?

Las contraindicaciones de la cirugía robótica son las mismas que las de la laparoscopia convencional. Normalmente, los pacientes multioperados con múltiples cicatrices abdominales si se va a hacer una técnica transperitoneal y aquellos que tienen una contraindicación anestésica.

 

Son factores de riesgo como en cualquier cirugía, pero no contraindicaciones, pacientes con enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurológicas, diabetes o enfermedad pulmonar, que son evaluados cuidadosamente por el anestesiólogo.

 

¿Cómo se realiza el procedimiento?

Cada órgano a operar lleva una determinada posición del paciente, al igual que la laparoscopia convencional. En todas es necesario la ampliación del campo quirúrgico, es decir, la cavidad abdominal, mediante la realización de un neumoperitoneo (se llena la cavidad abdominal con gas que al finalizar la intervención se elimina) para introducir una óptica que va conectada a una cámara y los instrumentos del robot, por pequeñas incisiones en la piel (alrededor de un cm) para poder operar. La cirugía persigue los mismos fines terapéuticos que la cirugía convencional.

 

El cirujano opera desde una consola aparte, situada en el mismo quirófano, a la que está conectada el robot. Desde la consola controla con sus manos el movimiento de la cámara y de los brazos del robot. Además, tiene un cirujano (especialista en Urología en este caso) y un instrumentista al lado del paciente que ayudan al cirujano con el aspirador o con pinzas auxiliares para separar, limpiar las ópticas y cambiar los instrumentos del robot.

 

¿Qué ventajas tiene respecto a la cirugía convencional?

Está demostrado que con estas técnicas mínimamente invasivas el paciente tiene menos dolor, menor sangrado y una más rápida recuperación a la vida normal.

 

La razón de menor sangrado se debe a dos factores: el primero es por la presencia del gas introducido en la cavidad abdominal (neumoperitoneo) que disminuye el sangrado venoso al comprimir los pequeños vasos por la presión del gas y el segundo por el propio cirujano que tiene sistemas de coagulación que utiliza constantemente para obtener un campo limpio. La recuperación es más rápida porque al ser las incisiones muy pequeñas las heridas duelen menos y permiten una movilización precoz.

 

Desde el punto de vista técnico, los resultados dependen directamente de la habilidad y experiencia del cirujano y de las características propias del enfermo y de su enfermedad.

 

¿Qué riesgos puede suponer?

La cirugía robótica no tiene riesgos sobreañadidos a la cirugía laparoscópica convencional, ya que es una técnica laparoscópica que mejora las cualidades de esta.

 

¿Qué podemos esperar tras la cirugía robótica?

La cirugía realizada con robot no deja de ser una intervención que en muchos casos es muy agresiva y que, por lo tanto, existen complicaciones. Lo que sí está claro es que ofrece cada vez más ventajas para unos mejores resultados de lo que se busca.

 

La constante evolución de las herramientas de trabajo permite distinguir la vascularización de los órganos, los mecanismos de sellado vascular bipolar, los diferentes modelos de pinzas que ejercen diferentes fuerzas de presión para tejidos más delicados, las endograpadoras que permiten reestablecer la continuidad intestinal cuando es necesario, la utilización de un solo puerto para realizar las cirugías o la ayuda con sistemas de hologramas que nos explican la exacta distribución de los vasos renales. Todo ello, sin duda, nos empuja a realizar intervenciones cada vez más complejas que con laparoscopia o cirugía abierta no se realizaban.

Por Dr. Francisco Javier Machuca Santa-Cruz
Urología

Prestigioso urólogo en Málaga, el Dr. Javier Machuca Santa-Cruz es licenciado en Medicina y Cirugía en la Universidad de Málaga, especialista en Urología, médico interno-residente en el Hospital de la Paz de Madrid desde 1981. Desde 2008 hasta Abril de 2021 fue Jefe de Unidad de la Gestión de Urología del Hospital Virgen de la Victoria.

Compagina su labor asistencial con la formación a profesionales y estudiantes en el ámbito de la cirugía uretral y el uso de la laparoscopia. Además, es Profesor honorario de la Facultad de Medicina de Málaga y Profesor del Máster en Urología Pediátrica de la Universidad Internacional de AndalucíaAutor y coautor de más de 100 artículos publicados y presentados en revistas científicas, capítulos de libro, comunicaciones y ponencias en congresos de alcance nacional e internacional.

Su trayectoria de primer nivel ha sido reconocida con distintos premios entre los cuales destaca el otorgado por la Asociación Europea de Urología por el trabajo "Clinical case competition: urogenital sinus cyst" en 1987. Miembro de las principales asociaciones científicas de urología. Es experto en cáncer de próstata, cirugía robótica, cirugía de robot da Vincihipertrofia benigna de próstata, cáncer de riñón, cáncer de vejiga, estenosis uretral, cirugía laparoscópica y piedras en el riñón, entre otros. 

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