Pronóstico de la enfermedad
La vasculitis puede durar toda la vida o ser de corto plazo. Los especialistas se centran en prevenir los daños irreparables que puede causar en órganos vitales (cerebro, pulmones y riñones, por ejemplo) y los nervios. Asimismo tratarán de evitar la muerte y discapacidad del paciente. Sin embargo, sí es cierto que los síntomas de la vasculitis pueden mermar la vida del paciente (fatiga, dolor, artritis…). Además, los efectos secundarios de determinados medicamentos pueden influir y hacer más vulnerable al paciente ante algunas infecciones.
Síntomas de vasculitis
Los síntomas de la vasculitis suelen ser fiebre, cansancio, dolor de cabeza, afección del estado general del paciente, erupción cutánea, sudoración nocturna, pérdida de peso y manifestaciones clínicas locales en algunas partes del cuerpo, al disminuir el flujo sanguíneo. Esto provoca una isquemia o infarto visceral por una oclusión de los vasos sanguíneos, provocando dolor abdominal, fallo renal, síntomas neurológicos, entre otros síntomas.
Pruebas médicas para la vasculitis
El especialista podrá sospechar de una vasculitis si el paciente muestra síntomas y resultados poco normales durante el examen físico. El diagnóstico de la enfermedad se realizará con una biopsia de tejido, angiografías para detectar anomalías en los vasos sanguíneos y análisis de sangre. Gracias a estas pruebas se podrá diagnosticar cada tipo de vasculitis en base al tamaño de los vasos sanguíneos y los órganos que se vean afectados.
¿Cuáles son las causas de la vasculitis?
No se conoce una causa exacta de la mayor parte de vasculitis. Existen factores genéticos que pueden influir y también se considera que puede ser una enfermedad autoinmunitaria, por lo que es el mismo sistema inmunitario el que ataca al cuerpo, en este caso a los vasos sanguíneos. En otras vasculitis son las infecciones crónicas (hepatitis B o C, por ejemplo) las que la provocan. También es producto de reacciones a algunos medicamentos.
Por otra parte, puede ser parte de otras enfermedades reumáticas: lupus eritrematoso sistémico, artritis reumatoide y síndrome de Sjörgen. Sin embargo, la mayoría de los pacientes con vasculitis no padece patologías reumáticas.
¿Se puede prevenir?
La vasculitis puede aparecer a cualquier edad y afectar a personas de cualquier raza o sexo. No obstante, hay factores que pueden hacer aumentar el riesgo de vasculitis, tales como:
- Sufrir enfermedades crónicas por hepatitis B o C.
- Sufrir enfermedades autoinmunes como esclerodermia, lupus o artritis reumatoide.
- Tabaquismo.
Tratamientos para la vasculitis
La vasculitis debe tratarse, principalmente, con glucocorticoides, también denominados esteroides. Son medicamentos que ayudan a reducir la inflamación pero pueden tener efectos secundarios. A veces también se recomiendan tratamientos inmunodepresores, al ser menos graves los efectos secundarios. Son tratamientos normalmente empleados en enfermedades reumáticas pero también sirven para tratar la vasculitis.
La vasculitis puede provocar daño grave en algunas partes del cuerpo u órganos. En tales casos a veces se recomendará la cirugía. La intervención dependerá del lugar donde está el daño y la gravedad de este. Así, un injerto de revascularización (cirugía que reduce el flujo sanguíneo alrededor de la obstrucción del flujo sanguíneo) puede ser útil, así como la cirugía de senos paranasales o un trasplante de riñón.
¿Qué especialista lo trata?
Normalmente son los especialistas en Reumatología quienes tratan la vasculitis, dirigiendo la atención a los pacientes con enfermedades crónicas. No obstante, los enfermos con vasculitis deben también consultar a los especialistas que traten los órganos que tengan afectados. Así, también podrán ver a los pacientes con vasculitis los especialistas en Angiología y Cirugía Vascular, en Medicina Interna, en Dermatología, en Neurología, en Oftalmología, en Otorrinolaringología, en Nefrología o incluso en Neumología.