¿Tu hijo o hija ronca?
Autore:El ronquido es el ruido que se produce por la vibración de los tejidos cuando el aire pasa por una zona más estrecha en la vía aérea superior.
Los ronquidos en los niños son muy frecuentes, pero no los podemos considerar normales si son:
- Habituales (no esporádicos y relacionados con un cuadro de catarro)
- Cuando van acompañados de apneas. Las apneas son pausas de respiración, cuando el niño o niña deja de respirar durante unos segundos y, a continuación, hace un ronquido más ruidoso.
Causas de los ronquidos
Las causas de los ronquidos esporádicos pueden ser:
- Infecciones respiratorias
- Rinitis alérgicas o no alérgicas
- Reflujo gastroesofágico
Pero cuando los ronquidos son habituales, la causa principal en los niños y niñas es la hipertrofia adenoamigdalar. Esto se produce cuando las amígdalas y los adenoides son más grandes de lo común.
Consecuencias de los ronquidos y las apneas
Se considera que, aproximadamente, el 5% de la infancia hacen apneas de forma habitual (Síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño – SAHOS). Las apneas hacen que el niño o niña no descanse lo suficiente bien y eso repercute en su desarrollo, en su aprendizaje y en su carácter.
Algunos de estos niños y niñas pueden ser incluso mal diagnosticados del trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), ya que a diferencia de los adultos donde la SAHOS provoca sobre todo somnolencia, en la infancia puede provocar más irritabilidad e hiperactividad.
El tamaño aumentado de las vegetaciones también provoca la obstrucción de la trompa de Eustaquio y dificultad de ventilación en la oreja mediana, pudiendo acumular mucosidad persistente en la oreja (otitis serosa), infecciones en la oreja (otitis mediana aguda) y, secundario a todo esto, también puede provocar problemas de sordera y retraso en el habla.
Tratamiento
Si se evidencia que la hipertrofia adenoamigdalar es la causa de los ronquidos y/o de las apneas, después de descartar que no sea un problema inflamatorio puntual, la solución definitiva es la cirugía. En la actualidad, cuando es necesario, se hace la adenoidectomía, que es la resección de los adenoides y reducción amigdalar. Hasta hace unos años, se resecaban todas las amígdalas (las conocidas anginas), pero actualmente, cuando el problema es por el gran tamaño, se hace una reducción amigdalar con radiofrecuencia, que es una técnica donde se introduce un tipo de energía mediante la radiofrecuencia dentro la amígdala para producir una reducción progresiva del tamaño de las amígdalas durante las siguientes semanas. Así, conseguimos una disminución de su volumen sin haberlas de sacrificar y provocando menos dolor y menos posibilidad de sangrado en el postoperatorio.
Además, si la hipertrofia adenoamigdalar también ha provocado problemas en las orejas (otitis serosa persistente), en el mismo acto quirúrgico se puede solucionar también este problema con la colocación de drenajes transtimpánicos.
Si vuestro hijo o hija ronca o si os parece que no oye bien, no dudéis en hacer una visita al especialista en otorrinonaringología.