Tratamiento quirúrgico de la artrosis de los dedos de la mano
Autore:La artrosis de los dedos de la mano se refiere a la degeneración de las articulaciones de los dedos causada por una variedad de factores. Entre los más comunes se encuentran el uso repetitivo de las manos en ciertas profesiones, enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide y los daños resultantes de fracturas en las articulaciones. Los signos de esta condición suelen presentarse principalmente después de los 75 años, afectando mayormente al pulgar y siendo más prevalente en mujeres que en hombres.
El diagnóstico
Para el diagnóstico de esta enfermedad, es esencial realizar una exploración física detallada que evalúe la deformidad y rigidez de la articulación, así como la movilidad y los puntos de dolor. Esto se complementa con radiografías para determinar con precisión el nivel de daño articular. Aunque estudios adicionales como la tomografía computarizada y la resonancia magnética pueden ofrecer más información, no son fundamentales para establecer el diagnóstico.
¿En qué momento se necesita cirugía?
El tratamiento quirúrgico se considera cuando el dolor y la limitación funcional provocados por esta degeneración son severos y no responden a métodos conservadores como medicamentos antiinflamatorios, ortesis o fisioterapia después de un período de seis meses.
Es crucial señalar que el tipo de cirugía varía según la articulación afectada, centrándose este documento en las articulaciones interfalángicas, específicamente en la artrodesis para la interfalángica distal (IFD) y las prótesis para la interfalángica proximal (IFP).
¿Cuándo se hace la artrodesis IFD y qué es?
La artrodesis IFD consiste en retirar los cartílagos articulares y utilizar diversos sistemas o implantes para fusionar los huesos de la articulación, lo que resulta en la pérdida de movilidad a cambio de eliminar el dolor. Comúnmente, se emplea un tornillo intramedular que se introduce desde la punta del dedo. Este procedimiento no solo alivia el dolor, sino que también corrige deformidades preexistentes y alinea adecuadamente el dedo. Si se realiza correctamente, permite la movilización de las demás articulaciones desde el inicio del postoperatorio.
¿Y la prótesis IFP?
Por otro lado, la colocación de una prótesis o artroplastia en la IFP busca reemplazar los cartílagos articulares dañados por materiales sintéticos, como metal o plástico/silicona, para aliviar el dolor manteniendo cierta movilidad en la articulación. La decisión de implantar una prótesis depende de la severidad del daño articular y de la posibilidad de conservar movilidad. Aunque las prótesis no ofrecen un rango de movilidad completo ni corrigen totalmente la deformidad preexistente, presentan una mejora funcional significativa en comparación con la artrodesis, especialmente en articulaciones con requerimientos de movilidad más altos. Las prótesis más utilizadas hoy en día son las de silicona y las metálicas anatómicas, cada una con diferentes técnicas de implantación, expectativas de resultados a medio y largo plazo y riesgos de complicaciones.
Si desea más información, consulte con un especialista en Traumatología.