Los síntomas del cáncer de ovarios
Autore:El cáncer de ovarios es un cáncer que tiene lugar cuando se produce un crecimiento descontrolado de las células que recubren los ovarios, las trompas de Falopio o el peritoneo cercano a los ovarios. Es un tumor ginecológico poco frecuente, pero generalmente tiene mal pronóstico, porque en la mayoría de los casos se detecta en una fase avanzada.
Actualmente, existen distintas pruebas que se utilizan para detectar y diagnosticar el cáncer de ovario:
- Pruebas de imagen: la ecografía transvaginal o el TAC
- Pruebas de sangre, que se realizan con marcadores específicos de la enfermedad como el CA-125
Los principales síntomas del cáncer de ovario
Uno de los principales problemas de este tipo de cáncer es la inexistencia de síntomas específicos o concretos. De esta manera, la inexistencia de estos síntomas no alerta a la paciente de que debe acudir al médico en una fase inicial de la enfermedad.
En este sentido, en la mayoría de los casos, los síntomas se empiezan a sentir una vez que la enfermedad ya se ha propagado.
Los síntomas más frecuentes del cáncer de ovario son:
- Hinchazón abdominal
- Dolor abdominal
- Dolor pélvico
- Dificultad para ingerir alimentos
- Sensación de necesidad de orinar constantemente
Además de estos síntomas, también pueden aparecer otros signos como los siguientes:
- Cansancio
- Problemas de estómago
- Dolor de espalda
- Dolor durante las relaciones sexuales
- Diarrea
- Estreñimiento
- Cambios en el período menstrual
Es frecuente que estos síntomas sean provocados por otras patologías, pero si se presentan regularmente es fundamental que la paciente pida cita con el médico especialista para descartar un posible cáncer de ovarios.
La esperanza de vida con cáncer de ovario
Si el cáncer de ovarios se diagnostica de forma temprana, el 94% de los pacientes consigue vivir más de 5 años. El problema es que solamente el 20% de los casos de cáncer de ovarios se detectan en estadios tempranos. Por este motivo, es importante reconocer los síntomas del cáncer de ovarios y acudir a la consulta del ginecólogo para realizar revisiones de forma periódica.
Cáncer de ovario, de útero y de cérvix: diferencias
Es frecuente que la gente confunda el cáncer de ovario con el cáncer de útero y con el cáncer de cérvix. Los tres cánceres se localizan en el sistema reproductor femenino. Sin embargo, hay una serie de diferencias entre ellos.
El cáncer de útero hace referencia a los casos en los que la patología tiene su origen en el endometrio, es decir, en las paredes internas del útero. La mayor parte de los casos de cáncer de útero se diagnostican en una fase temprana, de manera que el tratamiento ofrece una alta probabilidad de supervivencia. El diagnóstico de cáncer de útero se realiza mediante una biopsia endometrial y una resonancia magnética pélvica. Y el tratamiento suele consistir en una intervención quirúrgica en la que extirpa el útero, los ovarios y, en algunos casos, los ganglios linfáticos cercanos al útero. Es posible que, tras la operación, sea necesario realizar un tratamiento de radioterapia y una quimioterapia.
El cáncer de cérvix tiene lugar cuando las células cancerígenas se localizan en la zona del cuello del útero. A diferencia de los otros, el cáncer de cérvix afecta a mujeres jóvenes y se diagnostica mediante la citología, la colposcopia y la biopsia cervical. Para valorar el tamaño del tumor también es necesario realizar una resonancia magnética pélvica. De esta manera, es posible decidir el tipo de tratamiento más adecuado. En los casos iniciales, el tratamiento consiste en realizar una intervención quirúrgica para extirpar el útero, los parametrios, los ovarios y los ganglios linfáticos cercanos al cérvix. En los estados más avanzados se realizan tratamientos de quimioterapia y radioterapia.
La cirugía representa más del 70% del éxito del tratamiento en los casos de cáncer. Por este motivo, es fundamental acudir a los especialistas para garantizar el éxito del tratamiento de la patología.